jueves, 1 de mayo de 2014

4º año. Obras de teatro breves.


Estuve buscando obras cortas de teatro; estaría bueno leer unas cuantas y después pensar en cómo adaptarlas: cambiarles algunas palabras para que no suenen muy alejadas de nuestro lenguaje, por ejemplo, o relacionar varios textos.


1) Hay varias obras en esta dirección (por ejemplo "La nieve es un lugar" y mañana veremos"): 

www.letrasperdidas.galeon.com





2)  "Quién paga el pato" , de Mauricio Rosencof: 


ESCENA 1
Son las tres de la tarde de un día otoñal. Un hombre, con un pato de raza criolla y sexo masculino agarrado por las patas, se detiene ante el hogar de Doña Edugives Garcette de Marimón. Toca timbre y Doña Edugives sale a atender.

EDUGIVES: -¿Qué deseaba?
SEÑOR: - Buenas tardes, señora. Su marido me manda para que le deje este pato… Dice que lo prepare para la noche porque viene con invitados.
EDUGIVES: - ¿Para la noche? ¡Y recién me lo trae! ¿No sabe cuántos son los invitados?
SEÑOR: - Creo que son dos, señora.
EDUGIVES: - Está bien. ¿Hay que abonar algo?
SEÑOR: - No, señora. Está pago.
EDUGIVES: - A ver… Permítame… (toca el pato y mirándolo) Gordo está.
SEÑOR: - Él mismo lo eligió.
EDUGIVES: - En fin… Traiga… (agarra el pato) ¿Está seguro que es para acá, no?
SEÑOR: - ¿Familia Marimón?
EDUGIVES: - La misma. (Sacando una propina del bolsillo) Sírvase… Para usted.
SEÑOR: - De ninguna manera, señora. Propinas no. Soy amigo de su esposo.
EDUGIVES: - Ah, perdone.
SEÑOR: - Buenas tardes… y gracias de cualquier manera.
EDUGIVES: - Buenas tardes… buenas tardes…
SEÑOR: - Ah, qué cabeza la mía. Casi me olvidaba… Dice su marido que le mande el sobretodo… Como refrescó, sabe.
EDUGIVES: - ¿El sobretodo? ¿Cuál?
SEÑOR: - El nuevo.
EDUGIVES: - En fin… ¿Usted va para la oficina?
SEÑOR: - No… pero se lo puedo llevar.
EDUGIVES: - Muchísimas gracias. Le voy a dar la bufanda, también… Un momentito ¿eh? Un momentito.

ESCENA II
EDUGIVES: - ¿Ya estás de vuelta, querido?
MARIMÓN: - Sí, querida.
EDUGIVES: - ¿Está muy fresco afuera?
MARIMÓN: - Regular…
EDUGIVES: - ¿A qué hora llegan los invitados?
MARIMÓN: - ¿Qué invitados?
EDUGIVES: - Los que ibas a traer para comer el pato.
MARIMÓN: - ¿Qué pato?
EDUGIVES: - El que me mandaste hoy de tarde.
MARIMÓN: - ¿Yo?
EDUGIVES: - Pero viejo. El pato que me mandaste por el amigo ese que te llevó el sobretodo.
MARIMÓN: - ¿Qué sobretodo?

ESCENA III
En la Comisaría. Está Marimón muy indignado frente al escribiente.

MARIMÓN: - ¿Se da cuenta? Tome nota… tome nota.
ESCRIBIENTE: - Un momentito… un momentito… ¿No ve que tengo que escribir a mano?
MARIMÓN: - Parece mentira, amigo. Ni máquina de escribir tienen.
ESCRIBIENTE: - Tenemos… tenemos.
MARIMÓN: - ¿Dónde?
ESCRIBIENTE: - En la chacra del Comisario. Recién nomás la vino a buscar un amigo… Muy servicial el hombre. El Comisario nos mandó por él una yunta de pollos de regalo… Mírelos… ahí están. ¿Cómo era su asunto, amigo? Le llevaron un pato ¿y qué más?

Telón lento





3) Este es un diálogo que puede integrarse (tal vez) como parte de alguna obrita breve:

Diálogo porteño
--¡Oiga!... ¡Diga!... 
--¿A mí me hablan? 
--Sí. ¿Conoce la calle Artigas, maestro? 
--¿Maestro, yo? ¡Si apenas terminé la primaria! 
Tuve que ayudar a mi papá desde chico. 
--¿Qué me está diciendo, mozo? 
--Eso sí que no lo hice, ¿ve? De mozo nunca 
trabajé. 
--Estoy apurado, hermano. ¿Conoce o no conoce 
esa calle? 
--Siempre me dijeron que era hijo único, ¿hermano 
de dónde? 
--¿Me está tomando el pelo, compañero? 
--Le aclaro: peluquero tampoco soy. En cuanto a lo 
de compañero... ¿De qué colegio? 
--Amigo: la calle Artigas 
--Amigo puede ser mientras no me pida plata. 
--¡Vamos, viejo, si lo único que le pido...! 
--Viejo no: me queda mucha cuerda todavía. 
--¡Nene: no me haga bromas! 
--Tampoco hay que exagerar; hace años que dejé el 
chupete. 
--¡Dale, negro! 
--Un poco quemadito, nada más, y por el sol. 
--Qué complicado es usted, tío. 
--Más tío será su abuelo. 
--Me está aburriendo, loco; ¿sabe o no sabe? 
--Bueno. Dicen que los locos son los más sabios... 
--Lo único que quiero es encontrar esa calle, joven. 
--¿Usted cree? ¿Qué edad me da? 
--Me ganaste, flaco; abandono. 
--¿Flaco con noventa kilos?... Mire: si busca esa calle pregúntele a aquel señor. 
--¿El mono que viene allá? ¡Gracias, m´hijo!... ¡Oiga!... ¡Diga!... ¡Coso!... ¡Che!... ¿Conoce la calle Artigas, maestro?
                                                                                    Horacio Clamente
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4) Otra pieza que se podría integrar a una historia mayor:


Título: ¡Vamos a la playa! 
Autor: Fabián Choque
               
Personajes
Don Rogelio (El Papá) 
Doña Lola (La mamá) 
Timmy (El hermano menor) 
Sabina (La hermana mayor)

(Se abre del telón y aparece toda la familia corriendo por todo el escenario totalmente apurados) 
Doña Lola: ¡Apúrense por favor que ya tenemos que irnos! ¡Ay! (Sigue corriendo por todo el escenario)
Sabina: (Se pone frente al público toda desesperada. Se queda en silencio por un momento) ¡No encuentro mi bloqueador! (Se coge la mejillas) ¡Me voy a quemar la piel! 
Timmy: (Poniéndose a su lado, la abraza y le jala de la mejilla) ¡Gran cosa por este pellejo! 
Sabina: (Lo empuja) ¡Cállate, renacuajo! ¡Vete! (Grita desesperada) ¡¡¡Mamá!!! 
Doña Lola: (Va hacia ella) ¡Qué pasa, hija! 
Sabina: (La abraza) Mamá, no podré ir. 
Doña Lola: (La mira sorprendida) ¡Por qué no, hija! (Se acerca a ella) 
Sabina: (Se coge la cara mientras mira a su mamá) ¡Porque me malograré el cutis con el sol! 
Timmy: (De lejos) ¡Es pellejo! 
Sabina: ¡¡¡Mira, ya cállate!!! (Ve a su mamá) ¡Qué hago, mami! (Apoya la cabeza en su pecho) 
Doña Lola: (Le golpea suavemente la cabeza) Ya hijita (Mira a todos lados como buscando a alguien) Ya, ya, ya (Ve a su esposo) ¡Mira, acá está tu papá! (Toma su mano y lo jala hacia Sabina) ¡Él sabrá cómo ayudarte! (Mira a su esposo y le habla en secreto) ¡Ayuda a tu hija, oye! (Se va) 
Don Rogelio: (Abrazándola mientras mira a su esposa, molesto y le habla en secreto) ¿¡Cómo safaz del bulto, no!? (Mira a su hija) ¡A ver, qué pasa hija! 
Sabina: ¡Papá, se me ha perdido mi bloqueador y se va a malograr mi tersa piel! 
Timmy: ¡Se va a parecer a la vieja del “Titanic”! (Se ríe) 
Sabina: (Toma un adorno de la mesa de centro y se lo lanza a su hermano) ¡¡¡Ya cállate!!! 
Don Rogelio: (Ve a su Timmy) ¡Ya no molestes a tu hermana! (Ve a su hija y la sigue abrazando) 
Sabina: ¡Qué hago, papi! 
Don Rogelio: ¡Ya no te preocupes, hija! (Pasa su esposa y le muestra su reloj en señal que se apure) Mira, llegando allá te compraré un sachet para ti solita, ¿OK? 
Timmy: ¡Sí, cómprale porque si no todos van a preferir ahogarse en el mar! (La mamá se acerca a él por detrás y se lo lleva de las orejas fuera de escena) 
Doña Lola: (Mientras se lo lleva fuera de escena) ¡Deja de molestar a tu hermana! 
Timmy: ¡Auch….mamá me duele! (Mira a su hermana) ¡Ya ves lo que causas, “pellejitos”! 
Sabina: ¡Fuera de acá! (Mira a su papá) ¡Papi! (Coloca la cabeza en el pecho de su papá) 
Don Rogelio: Vamos hija (La abraza y camina con ella) ya verás que seguirás siendo la misma chica linda de siempre con o sin bloqueador, ¿Está bien? 
Sabina: (Con voz triste) Eso espero (Van saliendo de escena) ¡Ya mi hijita, ya! 
Timmy: (Desde fuera del escenario) ¡Ay, Freddy Krugger! 
Sabina: ¡¡¡Mamá!!! (Luego de unos momentos, entra Timmy a escena de puntas y se pone a buscar algo debajo del sofá) (Después, saca el bloqueador de su hermana, con mirada maliciosa) 
Timmy: Acá está (Se ríe. Después, toma un recipiente con mayonesa y le pone otra etiqueta) 
Timmy: (Va saliendo de escena, caminando y saltando) ¡Hermanita, ya encontré tu bloqueador! (Se va cerrando el telón) 
Fin







%) Aquí va una versión simplificada (en el lenguaje) de "La isla desierta" de Roberto Arlt



 “LA ISLA DESIERTA” (simplificada)                Roberto Arlt

ACTO ÚNICO
Oficina rectangular blanquísima, con ventanal a todo lo ancho del salón, enmarcando un cielo azul. Frente a las mesas escritorios, dispuestos en hilera como reclutas, trabajan, inclinados sobre las máquinas de escribir, los empleados. En el centro y en el fondo del salón, la mesa del JEFE, emboscado tras unas gafas negras y con el pelo cortado como la pelambre de un cepillo. Son las dos de la tarde.
EL JEFE.- Otra equivocación, Manuel.
MANUEL.- ¿Señor?
EL JEFE.- Ha vuelto a equivocarse, Manuel.
MANUEL.- Lo siento, señor.
EL JEFE.- Yo también. (Alcanzándole la planilla.) Corríjala. (Un minuto de silencio.)
EL JEFE.- María.
MARÍA.- ¿Señor?
EL JEFE.- Ha vuelto a equivocarse, María.
MARÍA.- (Acercándose al escritorio de EL JEFE.) Lo siento, señor.
EL JEFE.- También yo lo voy a sentir cuando tenga que hacerlos echar. Corrija. (Nuevamente hay otro minuto de silencio. Durante este intervalo se oye el bronco pito de un buque. Automáticamente todos los EMPLEADOS enderezan las espaldas y se quedan mirando la ventana.)
EL JEFE.- (Irritado.) ¡A ver si siguen equivocándose! (Pausa.)
EMPLEADO 1º.- (Con un apagado grito de angustia.) ¡Oh! no; no es posible. (Todos se vuelven hacia él.)
EL JEFE.- (Con venenosa suavidad.) ¿Qué no es posible, señor?
MANUEL.- No es posible trabajar aquí.
EL JEFE.- ¿No es posible trabajar aquí? ¿Y por qué no es posible trabajar aquí? (Con lentitud.) ¿Hay pulgas en las sillas? ¿Cucarachas en la tinta?
MANUEL.- (Poniéndose de pie y gritando.) ¡Cómo no equivocarse! ¿Es posible trabajar sin equivocarse aquí? Contéstame. ¿Es posible trabajar sin equivocarse aquí?
EL JEFE.- No me falte, Manuel. Su antigüedad en la casa no lo autoriza a tanto. ¿Por qué se arrebata?
MANUEL.- Yo no me arrebato, señor. (Señalando la ventana.) Los culpables de que nos equivoquemos son esos malditos buques.
EL JEFE.- (Extrañado.) ¿Los buques? (Pausa.) ¿Qué tienen los buques?
MANUEL.- Sí, los buques. Los buques que entran y salen, chillándonos en las orejas, metiéndosenos por los ojos, pasándonos las chimeneas por las narices. (Se deja caer en la silla.) No puedo más.
TENEDOR DE LIBROS.- Don Manuel tiene razón. Cuando trabajábamos en el subsuelo no nos equivocábamos nunca.
MARÍA.- Cierto; nunca nos sucedía esto.
EMPLEADA 1ª.- Hace siete años.
EMPLEADO 1º.- ¿Ya han pasado siete años?
EMPLEADO 2º.- Claro que han pasado.
TENEDOR DE LIBROS.- Yo creo, jefe, que estos buques, yendo y viniendo, son perjudiciales para la contabilidad.
EL JEFE.- ¿Lo creen?
MANUEL.- Todos lo creemos. ¿No es cierto que todos lo creemos?
MARÍA.- Yo nunca he subido a un buque, pero lo creo.
TODOS.- Nosotros también lo creemos.
EMPLEADA 2ª.- Jefe, ¿ha subido a un buque, alguna vez?
EL JEFE.- Y para qué un jefe de oficina necesita subir a un buque?
MARÍA.- ¿Se dan cuenta? Ninguno de los que trabajan aquí ha subido a un buque.
EMPLEADA 2ª.- Parece mentira que ninguno haya viajado.
EMPLEADO 2º.- ¿Y por qué no ha viajado usted?
EMPLEADA 2ª.- Esperaba casarme...
TENEDOR DE LIBROS.- Lo que es a mí, ganas no me han faltado.
EMPLEADO 2º.- Y a mí. Viajando es como se disfruta.
EMPLEADO 3º.- Vivimos entre estas cuatro paredes como en un calabozo.
MANUEL.- Cómo no equivocarnos. Estamos aquí suma que te suma, y por la ventana no hacen nada más que pasar barcos que van a otras tierras. (Pausa.) A otras tierras que no vimos nunca. Y que cuando fuimos jóvenes pensamos visitar.
EL JEFE.- (Irritado.) ¡Basta! ¡Basta de charlar! ¡Trabajen!
MANUEL.- No puedo trabajar.
EL JEFE.- ¿No puede? ¿Y por qué no puede, don Manuel?
MANUEL.- No. No puedo. El puerto me produce melancolía.
EL JEFE.- Le produce melancolía. (Irónico.) Así que le produce melancolía. (Conteniendo su furor.) Siga, siga su trabajo.
MANUEL.- No puedo.
EL JEFE.- Veremos lo que dice el Director General. (Sale violentamente.)
MANUEL.- Cuarenta años de oficina. La juventud perdida.
MARÍA.- ¡Cuarenta años! ¿Y ahora?...
MANUEL.- ¿Y quieren decirme ustedes para qué?
EMPLEADA 3ª.- Ahora lo van a echar...
MANUEL.- ¡Qué me importa!
EMPLEADA 2ª.- ¿Quiere una aspirina, Don Manuel?
MANUEL.- Gracias, señorita. Esto no se arregla con aspirina. Cuando yo era joven creía que no podría soportar esta vida. Me llamaban las aventuras... los bosques. Me hubiera gustado ser guardabosques. O cuidar un faro...
TENEDOR DE LIBROS.- Y pensar que a todo se acostumbra uno.
MANUEL.- Hasta a esto...
TENEDOR DE LIBROS.- Sin embargo, hay que reconocer que estábamos mejor abajo. Lo malo es que en el subsuelo hay que trabajar con luz eléctrica.
MARÍA.- ¿Y con qué va a trabajar uno si no?
EMPLEADO 1º.- Uno estaba allí tan tranquilo como en el fondo de una tumba.
TENEDOR DE LIBROS.- Cierto, se parece a una tumba. Yo muchas veces me decía: "Si se apaga el sol, aquí no nos enteramos"...
MANUEL.- Y de pronto nos sacan del sótano y nos meten aquí. En plena luz. ¿Para qué queremos tanta luz? ¿Podés decirme para qué queremos tanta luz?
TENEDOR DE LIBROS.- Francamente, yo no sé...
EMPLEADA 2ª.- El jefe tiene que usar lentes negros...
EMPLEADO 2º.- Yo perdí la vista allá abajo...
EMPLEADO 1º.- Sí, pero estábamos tan tranquilos como en el fondo del mar.
TENEDOR DE LIBROS.- De allí traje mi reumatismo. (Entra CIPRIANO.. Es MULATO, simple y complicado, exquisito y brutal, y su voz por momentos persuasiva.)
MULATO.- ¿Y el Jefe?
EMPLEADA 2ª.- No está. ¿No ve que no está?
EMPLEADO 2º.- Fue a la Dirección...
MULATO.- (Mirando por la ventana.) ¡Hoy llegó el "Astoria"! Yo lo imaginaba en Buenos Aires.
EMPLEADA 2ª.- (Acercándose a la ventana.) ¡Qué chimeneas grandes tiene!
MULATO.- Desplaza cuarenta y tres mil toneladas...
EMPLEADO 1º.- Ya bajan los pasajeros...
MANUEL.- Y nosotros quisiéramos subir.
MULATO.- Y pensar que yo he subido a casi todos los buques que dan vuelta por los puertos del mundo.
EMPLEADO 2º.- Hablaron mucho los diarios...
MULATO.- Sé los metros que miden. En qué ciudades se construyeron. De qué año son. Yo, cuando menos, merecía ser ingeniero naval.
EMPLEADO 2º.- Vos, ingeniero naval... No me hagas reír.
MULATO.- O capitán de un barco. He sido cadete, lavaplatos, marinero, cocinero de veleros, maquinista de yates, piloto de cruceros…
EMPLEADO 2º.- ¿Por donde viajaste? ¿Por el lago del Parque Rodó?
MULATO.- (Sin mirar al que lo interrumpe.) Desde los siete años que doy vueltas por el mundo, y juro que jamás en la vida me he visto entre chusma tan insignificante como la que tengo que tratar a veces...
MARÍA.- (A empleada 1ª.) Pequeña indirecta...
MULATO.- Conozco el mar de las Indias. El Caribe, el Mediterráneo... hasta el océano Ártico conozco. Las focas, recostadas en los hielos, lo miran a uno como mujeres aburridas, sin moverse...
EMPLEADO 2º.- ¡Che, debe hacer un frío bárbaro por ahí!
EMPLEADA 2ª.- Cuente, Cipriano, cuente. No haga caso.
MULATO.- (Sin volverse.) No voy a hacer caso de los perros que ladran… En una canoa me he recorrido el Ganges. Y había que ver los cocodrilos que nos seguían...
MARÍA.- No sea exagerado, Cipriano.
MULATO.- Se lo juro, señorita.
EMPLEADO 2º.- Indudablemente, este no pasó de Paso Carrasco.
MULATO.- (Violento.) A mí nadie me trata de mentiroso, ¿sabe? (Arrebatado, se quita la chaquetilla, y luego la camisa, que muestra una camiseta roja, que también se saca.)
EMPLEADA 1ª.- ¿Qué hace, Cipriano?
EMPLEADA 2ª.- ¿Está loco?
EMPLEADA 3ª.- Cuidado, que puede venir el jefe.
MULATO.- Vean, vean estos tatuajes. Digan si estos son tatuajes hechos entre Punta Gorda y Carrasco. Vean...
EMPLEADA 2ª.- ¡Una mujer sin ropa!
MULATO.- Este tatuaje me lo hicieron en Madagascar, con una espina de tiburón.
EMPLEADO 2º.- ¡Qué mala espina!
MULATO.- Vean esta rosa que tengo sobre el ombligo. Observen que delicadeza de pétalos. Un trabajo de indígenas australianos.
EMPLEADO 2º.- ¿No será una calcomanía?
EMPLEADA 2ª.- ¡Qué va a ser calcomanía! Este es un tatuaje de veras.
MULATO.- Le aseguro, señorita, que si me viera sin pantalones se asombraría...
TODOS.- ¡Oh... ah!...
MULATO.- Sin pantalones soy extraordinario.
EMPLEADA 1ª.- No se los pensará quitar, supongo.
MULATO.- ¿Por qué no?
EMPLEADA 3ª.- No, no se los quite.
MULATO.- No voy a quedar desnudo por eso. Y verán qué tatuajes tengo en las piernas.
EMPLEADA 1ª.- Es que si entra alguien...
EMPLEADA 3ª.- Cerrando la puerta. (Va a la puerta.)
MULATO.- (Quitándose los pantalones y quedando con un calzoncillo corto y rojo con lunares blancos.) Miren estos dibujos. Son del más puro estilo malasio. ¿Qué les parece esta línea de monos pelando bananas? (Murmullos de "Oh... ah...") Lo menos que merezco es ser capitán de una isla. (Toma un pliego de papel  y rasgándolo en tiras se lo coloca alrededor de la cintura.) Así van vestidos los salvajes de las islas.
EMPLEADA 1ª.- ¿A las mujeres también les hacen tatuajes?...
MULATO.- Claro. ¡Y qué tatuajes! Como para resucitar a un muerto.
EMPLEADA 2ª.- ¿Y es doloroso tatuarse?
MULATO.- No mucho... Lo primero que hace el brujo tatuador es ponerlo a uno bajo un árbol...
EMPLEADA 2ª.- Uy, que miedo.
MULATO.- Ningún miedo. El brujo acaricia la piel hasta dormirla. Y uno acaba por no sentir nada.
EMPLEADO 1º.- Claro...
MULATO.- Siempre bajo los árboles hay hombres y mujeres haciéndose tatuar. Y uno termina por no saber si es un hombre, un tigre, una nube o un dragón.
TODOS.- ¡Oh, quién lo iba a decir! ¡Si parece mentira!
MULATO.- (Fabricándose una corona con papel y poniéndosela.) Los brujos llevan una corona así y nadie los mortifica.
EMPLEADA 1ª.- Es notable.
EMPLEADA 2ª.- Las cosas que se aprenden viajando...
MULATO.- Allá no hay jueces, ni cobradores de impuestos, ni divorcios, ni guardianes de plaza. Cada hombre toma a la mujer que le gusta y cada mujer al hombre que le agrada. Todos viven desnudos entre las flores, con collares de rosas colgantes del cuello y los tobillos adornados de flores. Y se alimentan de ensaladas de rosas y sopas de violetas.
TODOS.- Eh, eh...
EMPLEADA 2ª.- ¡Eh! ¡Cipriano, que no nacimos ayer!
MULATO.- Juro que se alimentan de ensaladas de rosas.
TODOS.- Nooo!
MULATO.- Sí!
EMPLEADO 2º.- Esto es demasiado...
MULATO.- Digo que sí. Y además los árboles están siempre cargados de toda clase de fruta.
MANUEL.- No será como la que uno compra aquí, en la feria.
MULATO.- Allá no. Cuelgan libremente de las ramas y quien quiere, come, y quién no quiere, no come... y por la noche, entre los grandes árboles, se encienden fogatas y ocurre lo que es natural que ocurra entre hombres y mujeres.
EMPLEADA 1º.- ¡Qué países, qué países!
MULATO.- Y digo que es muy saludable vivir así libremente. Al otro día la gente trabaja con más ánimo en los arrozales y si uno tiene sed (toma un vaso de agua y bebe.) parte un coco y bebe su deliciosa agua fresca.
MANUEL.- (Tirando violentamente un libro al suelo.) ¡Basta!
MULATO.- ¿Basta qué?
MANUEL.- Basta de trabajo. Se acabó. Me voy.
EMPLEADA 2ª.- ¿A dónde va, don Manuel?
MANUEL.- A recorrer el mundo. A vivir la vida. Basta de oficina. Basta de números. Basta de reloj. Basta de aguantarlo a este otro desgraciado. (Señala la mesa del jefe.) (Pausa.)
EMPLEADO 1º.- ¿Quién es el otro?
TODOS.- ¿Quién es?
MANUEL.- (Perplejo.) El otro... el otro... el otro... soy yo.
EMPLEADA 3ª.- ¡Usted, don Manuel!
MANUEL.- Sí, yo; que desde hace veinte años le llevo los chismes al jefe. Mucho tiempo hacía que me amargaba este secreto. Pero trabajábamos en el subsuelo. Y en el subsuelo las cosas no se sienten.
TODOS.- ¡Oh!...        
EMPLEADO 1º.- ¿Qué tiene que ver el subsuelo?
MANUEL.- No sé. La vida no se siente. Uno es como una lombriz solitaria en un intestino de cemento. Pasan los días y no se sabe cuándo es de día, cuándo es de noche. Misterio. (Con desesperación.) Pero un día nos traen a este décimo piso. Y el cielo, las nubes, las chimeneas de los barcos nos entran en los ojos. Pero entonces, ¿existía el cielo? Pero entonces, ¿existían los buques? ¿Y las nubes existían? ¿Y uno, por qué no viajó? Por miedo. Por cobardía. Mírenme. Viejo. Enfermo. ¿Para qué sirven mis cuarenta años de trabajo y de chismerío?
MULATO (enfático). - Miren qué noble es su corazón. Miren qué responsables son sus palabras. Miren qué inocentes son sus intenciones. Deberían avergonzarse. Llorar lágrimas de tinta. Todos ustedes se van a pudrir como asquerosas ratas entre estos malditos libros. Un día se encontrarán con el sacerdote que vendrá a despedirlos del mundo y en ese momento se preguntarán: "¿Qué he hecho de mi vida? Consagrarla a la oficina. Bestias.
MANUEL. - Quiero vivir los pocos años que me quedan de vida en una isla desierta. Tener mi cabaña a la sombra de una palmera. No pensar en horarios.
EMPLEADO 1º - Iremos juntos, don Manuel.
MARÍA. - Yo iría, pero para cumplir este deseo tendría que cobrar los meses de sueldo que me acuerda la ley 11.729.
EMPLEADO 2º -Para que nos amparase la ley 11.729, tendrían que echarnos.
MULATO. - Aprovechen ahora que son jóvenes. Piensen que cuando les estén dando el último adiós no podrán hacerlo.
MARÍA. -La pena es que tendré que dejar a mi novio.
EMPLEADO 2° -¿Por qué no lo conserva en un freezer?
EMPLEADA 2ª - Cállese, odioso.
MULATO. - Señores, procedamos con corrección. Cuando don Manuel declaró que él era el chismoso, un nuevo amanecer pareció iluminar a la humanidad. Todos le miramos y nos dijimos: "He aquí un hombre honesto; he aquí un hombre digno; he aquí la estatua misma de la virtud cívica y ciudadana".(Grave.) Don Manuel. Usted ha dejado de ser don Manuel. Usted se ha convertido en Simbad el Marino.
EMPLEADA 3ª - Qué bonito!
MANUEL. - Ahora, lo que hay que buscar es la isla desierta.
TENEDOR DE LIBROS. - ¿Hay todavía islas desiertas?
MULATO. - Sí, las hay. Vaya si las hay. Grandes islas. Y con árboles de pan. Y con
plátanos. Y con pájaros de colores. Y con sol desde la mañana a la noche.
EMPLEADO 2º - ¿Y nosotros? ...
MULATO. - ¿Cómo nosotros?
EMPLEADA 2ª -¿Claro? ¿Y a nosotros nos van a largar aquí?
MULATO. - Vengan ustedes también.
TODOS. - Eso... vámonos todos.
MULATO. - Ah... y qué les diré de las playas de coral.
EMPLEADA 1ª Cuente, Cipriano, cuente.
MULATO. - Y los arroyuelos cantan entre las rocas. Y también hay negros. Negros que por la noche tocan el tambor. Así. (El MULATO toma la tapa de la máquina de escribir y comienza a batir el tambor, al mismo tiempo que baila. Sugestionados por el ritmo, van entrando todos en la danza. )
MULATO. -Y también hay hermosas mujeres con collares de flores. Que se alimentan de ensaladas de rosas. Y hermosos hombres que bailan bajo los árboles, como ahora nosotros bailamos aquí... (canta)
 (La danza se ha ido generalizando a medida que habla el MULATO, y los viejos, los empleados y las empleadas giran en torno de la mesa.) Y bailan, bailan, bajo los árboles cargados de frutas... (Histéricamente todos los hombres se van quitando los sacos, los chalecos, las corbatas; las muchachas se recogen las faldas y arrojan los zapatos. El MULATO bate frenéticamente la tapa de la máquina de escribir. Y cantan un ritmo de rumba.).
EL JEFE.- (Entrando bruscamente con el DIRECTOR con voz de trueno.) ¿Qué pasa aquí?
MARÍA.- (Después de alguna vacilación.) Señor... esta ventana maldita y el puerto... Y los buques... esos buques malditos...
EMPLEADA 2ª.- Y este negro.
DIRECTOR.- Oh... comprendo... comprendo. (a EL JEFE). Despida a todo el personal. Haga poner vidrios opacos en la ventana.



6) Esta obra, a continuación, igual que las siguientes, no sé de quién es; me las dio un ex alumno que estudiaba teatro. Son todas superficiales, pero cómicas. No me hago responsable si hay errores de ortografía, porque solo recorté y pegué aquí.




EL AULA            (Los alumnos ya están en clase… Entra el profesor)

Profesor - Buenos días… Pónganse de pie los que estaban sentados y siéntense los que estaban de pie… (Los alumnos obedecen).  Bueno ayer quedamos en que dos y dos son cinco, ¿no?

Agustina - Señor profesor, ¿no eran siete?

Profesor - Depende, Agustina, depende. Pero bueno, ahora que están todos atentos, aprovecharé para hacer unas preguntas, ¿Ok? A ver. Tú Luisa, dime dos pronombres.

Luisa- ¿Quien? ¿Yo?

Profesor - Muy bien, si Luisa, dos pronombres… Ahora tú, Manuela, dime una palabra que empiece por "jota"

Manuela - ¿Hoy?

Profesor - ¿Hoy?.. Claro, no va a ser mañana

Manuela - Perdone profe, quiero decir que hoy es jueves, que empieza por "j"

Profesor - Pero muchacho, si hoy no es jueves… da igual… A ver tú, Luisa!! ¿Qué haces? ¿Por qué te das golpes con la cabeza?...Vas a romper el pupitre

Luisa- Es que no lo entiendo...

Profesor - ¿Qué es lo que no entiendes?

Luisa- Que "todo junto" se escribe separado, y "separado" se escribe todo junto...

Profesor – Déjalo, Luisa, que te puede explotar la cabeza... Piensa en otra cosa.

Sofía - Profe , profe , profe; tengo una duda....

Profesor - A ver si te la puedo ampliar… Sofía, ¿cuál es tu duda?

Sofía - Profe,"ayer" ¿se escribe con hache?

Profesor - No

Sofía - ¿Y "hoy"?

Profesor - "Hoy " sí, Matías, "hoy" sí

Sofía - ¿Y cómo puede cambiar tanto de un día para otro? (Golpean la puerta, es la madre de Agustina)

Madre - Perdone que interrumpa, señor profesor, pero es que tengo que averiguar si es cierto lo que me cuenta mi hija, aquí presente...

Profesor - No es una manera muy correcta de entrar, pero tengo curiosidad... ¿qué le cuenta su hija?
Padre - Pues que usted le hace a la pobre chica las preguntas más difíciles. ¿Es verdad?

Profesor – No, señora madre, nada fuera de su capacidad… Precisamente ahora estaba preguntando a los alumnos... ¿Quiere usted comprobar las preguntas?

Padre - Si, claro, a eso he venido.

Profesor - Está bien… Vamos a ver, Agustina. No te pongas nerviosa y contestá: ¿cuánto son dos más dos?

Agustina- (Mirando a su madre). ¿Ves, mamá?, ¡ya empieza!

Profesor - ¿Se convence usted señora madre?... Además, tengo que comunicarle que su hija ha copiado en un escrito. Lo supe en seguida, al corregir la prueba… Le copió a Miguel.

Padre - ¿Y como sabe usted que le copió a Miguel y  que no fue al revés?

Profesor - Pues porque Miguel, en la 3ª pegunta escribió: " Esta no me la sé", y su hija, en la misma pregunta, puso” yo, tampoco”… ¿Qué le parece?... ¿Se convence usted?

Padre - Qué vergüenza hija… Qué ridículo me has hecho pasar. Gracias profesor… (se retira)

Profesor - Seguimos preguntando… A ver tú, Manuela, ¿qué es un polígono?

Manuela - ¿Es un señor que tiene muchas mujeres?

Profesor - No sé si reír o llorar… A ver, Agustina, ¿quién escribió El Quijote?

Agustina– (a punto de llorar) Yo no fui profesor… ¡yo no fui! (se va llorando)

Manuela - Profe, Agustina nunca cuenta mentiras… Si dice que no fue, es que no fue.

Profesor –No entiendo nada. (Entra un señor elegante, hablando por teléfono)

Inspector – Eh…sí, listo, mi vida, te consigo el trabajo en un minuto, ya vas a ver… (al profesor) Buenos días. Soy el inspector de Educación Secundaria, He visto salir a una alumna llorando. ¿Qué pasa?

Profesor - Que estoy desesperado, señor inspector. Aquí nadie escribió El Quijote... la alumna que vio dice que ella no fue… ¿qué le parece?, ¿qué podemos hacer?

Inspector - Pero, señor profesor, tenga paciencia. Menos mal que he llegado yo... (Se dirige a los alumnos) "El Quijote no es un graffiti ni nada de eso. Es una obra muy famosa de la literatura española, escrita por un no menos famoso escritor, llamado  Mario Benedetti.

Profesor (Llevándose las manos a la cabeza): -Ay, nooo!!! Esto es mucho para mí…¡Renunciooo!

Novia (desde la puerta) _Corazón… ¿Está listo lo que me prometiste?

Inspector _Claro, divi… eh… claro, señorita Fagúndez, claro. Chicos: ¡les presento a la nueva profesora!













LA BASURA

Se encuentran en el área de servicio. Cada uno con su bolsa de basura. Es la primera vez que se hablan.
ÉL: Buenos días.
ELLA: Buenos días.
ÉL: La señora es del 610.
ELLA: Y el señor del 612.
ÉL: Sí.
ELLA: Yo aún no lo conocía personalmente…
ÉL: De hecho…
ELLA: Disculpe mi atrevimiento pero he visto su basura.
ÉL: ¿Mi qué?
ELLA: Su basura.
ÉL: Ah.
ELLA: Me he dado cuenta que nunca es mucha. Su familia debe ser pequeña.
ÉL: En realidad solo soy yo.
ELLA: Mmmhhh… Me di cuenta también que usted usa mucha comida enlatada.
ÉL: Es que tengo que hacer mi propia comida y como no sé cocinar…
ELLA: Entiendo.
Él: Y usted también.
ELLA: Puede tutearme.
ÉL También perdone mi atrevimiento, pero he visto algunos restos de comida en su basura. Champiñones, cosas así…
ELLA: Es que me gusta mucho cocinar. Hacer platos diferentes. Pero como vivo sola a veces sobra.
ÉL: Usted… eh… vos, ¿no tenés familia?
ELLA: Tengo. Pero no son de por aquí.
ÉL: Son de Melo.
ELLA: ¿Cómo lo sabe?
ÉL: Veo unos sobres en su basura. De Melo.
ELLA: Claro. Mi madre me escribe todas las semanas.
ÉL: ¿Ella es profesora?
ELLA: ¡Esto es increíble! ¿Cómo adivinó?
ÉL: Por la letra del sobre. Pensé que era letra de profesora.
ELLA: Usted no recibe muchas cartas, a juzgar por su basura.
ÉL: Así es.
ELLA: Pero el otro día tenía un sobre de telegrama arrugado.
ÉL: Así fue.
ELLA: ¿Malas noticias?
ÉL: Mi padre. Murió.
ELLA: Lo siento mucho.
ÉL: Él ya estaba viejito. Allá en el Sur. Hacía mucho tiempo que no nos veíamos.
ELLA: ¿Fue por eso que volviste a fumar?
ÉL: ¿Cómo lo sabés?
ELLA: De un día para otro comenzaron a aparecer paquetes de cigarrillos arrugados en tu basura.
ÉL: Es cierto. Pero conseguí dejarlo de nuevo.
ELLA: Yo gracias a dios nunca fumé.
ÉL: Ya lo sé. Pero he visto unos frascos de pastillas en tu basura.
ELLA: Tranquilizantes. Fue una etapa. Ya pasó.
ÉL: ¿Te peleaste con tu novio, no es cierto?
ELLA: ¿Eso también lo descubriste en la basura?
ÉL: Primero el ramo de flores, con la tarjetita, tirado a la basura. Después muchos pañuelitos de papel.
ELLA: Es que lloré mucho, pero ya pasó.
ÉL: Pero incluso hoy vi unos pañuelitos.
ELLA: Es que hoy estoy un poquito resfriada.
ÉL: Ah.
ELLA: Veo muchos crucigramas en tu basura.                                                                          
ÉL: Claro... Sí, bien… me quedo solo en casa… No salgo mucho. Vos me entendés.
ELLA: ¿Novia?
ÉL: No.
ELLA: Pero hace unos días tenías una fotografía de una mujer en tu basura. Parecía linda.
ÉL: Estuve limpiando unos cajones. Cosa del pasado.
ELLA: No rasgaste la foto. Eso significa que, en el fondo, vos querés que ella vuelva.
ÉL: ¡Vos estás analizando mi basura!
ELLA: No puedo negar que tu basura me interesó.
ÉL: Qué divertido. Cuando revisé tu basura, decidí que quería conocerte. Creo que fue la poesía.
ELLA: ¡Nooo! ¿Viste mis poemas?
ÉL: Los vi, y me gustaron mucho.
ELLA: Pero, ¡si son tan malos!
ÉL: Si vos creís que eran realmente malos los hubieras rasgado. Y solo estaban doblados…
ELLA: Si hubiera sabido que los ibas a leer…
ÉL: Pero no los guardé porque, al final, los estaría robando. Aunque no sé: ¿la basura de una persona aún es propiedad de ella?
ELLA: Creo que no. La basura es de dominio público.
ÉL Tenés razón. A través de la basura lo privado se vuelve público. Lo que sobra de nuestra vida privada se mezcla con las sobras de los demás. La basura es comunitaria, es nuestra parte más social. ¿Será así?
ELLA: Bueno, ahí estás yendo un poco lejos con la basura… Yo creo que…
ÉL: Ayer, en tu basura.
ELLA: ¿Qué?
ÉL: ¿Me equivoco, o eran cáscaras de nuez?
ELLA: Acertaste. Ayer me compré unas nueces y las pelé.
ÉL: ¡Me encantan las nueces!
ELLA: Las pelé, pero aún no las comí. Son para una salsa… Quién sabe, tal vez podamos…
ÉL: ¿Cenar juntos?
ELLA: ¿Por qué no?
ÉL: No quiero darte trabajo.
ELLA: No es ningún trabajo.
ÉL: Pero vas a ensuciar tu cocina.
ELLA: Tonterías. En un instante limpio todo y pongo los restos en la basura.
ÉL: ¿En tu basura o en la mía?







LA SUEGRA

EL: Mamá, mamá...
ELLA: No la molestes, ya vendrá
EL: Te encantará la vieja, vas a ver.
ELLA: Tengo unos nervios!
EL: Tranquilizate che! Es bárbara la jovata! No te va a comer!
MADRE: (saliendo) ya estás aquí nene?!
EL: Ella es Laura mamá!
MADRE: Laurita querida!, tantísimo gusto.
ELLA: Igualmente señora Carola. (besos)
MADRE: Eres encantadora. Te felicito hijo!
ELLA: José me habló tanto de Usted.
MADRE: Ah! Él es la luz de mis ojos, desde que se fue el finadito, que Dios lo tenga en la gloria, él es todo para mí.
EL: Buenos, las dejo para que conversen a gusto (le da un beso a la novia). Ya vengo (Comienza a salir)
MADRE: Y a su madre no le da un beso?
EL: A la vieja más buena del mundo? (le da un beso aparatoso y sonoro)
MADRE: Viejos son los trapos che! Andá, sinvergüenza (José sale)
ELLA: Estoy contenta de haber venido.
MADRE: Chusmeemos un poco, Laurita... ¿cómo te trata mi hijo?
ELLA: No entiendo
MADRE: José, ¿cómo se porta con vos?
ELLA: Ay! Es divino! Tan cálido! Tierno! (gestos de la madre de celos con cada palabra de ella)
MADRE: ¡Hum! Bueh!, es cierto, es tan bueno! (intencional) Lástima cuando se enoja!
ELLA: ¡Nunca se enoja!
MADRE: ¿Ah no? Tenés razón querida, es un pan de Dios. Claro, por ahí tiene sus arranques, pero se le pasan enseguida (llorisquea un poquito). Después del tratamiento quedó bien…
ELLA: ¿Qué tratamiento?
MADRE: ¿No te contó? Bueno, no es nada (pausa) le venían unos ataques, ¿viste? (no le da importancia) entraba a romper todo pero ya está bien, desde la semana pasada que no rompe nada. ¡Se ve que vos lo tranquilizás bastante!
ELLA: ¿Ataques? ¿La semana pasada?... (reacciona) Ah sí! Algo me contó.
MADRE: (Falsa): Ah, pero de algo estoy feliz; José ha madurado mucho, eso te lo debe a vos Laurita. ¡Qué alegría me das! ¡Te juro, estaba tan preocupada! ¡Pero lo que es tener una buena novia al lado! Eso sí, vas a tener que aprender a tratarlo, el nene es muy exigente!
ELLA: ¿Cómo exigente?
MADRE: Te cuento, a la mañana temprano le tenés que preparar un jugo de naranjas y se lo llevás a la cama, sin semillas ¿eh? No aguanta las semillas. Ayer le preparé el jugo como siempre y tenía una semilla, ¿sabés qué? ¡Me tiró el vaso por la cabeza!
ELLA: ¡Dios mío!
MADRE: Lo hace de puro consentido. ¡Es tan cariñoso! Después hay que dejarlo dormir hasta las diez y prepararle un café , cargado, con tostadas. Cuidado con las tostadas, tienen que estar a punto. Ayer nomás se me quemaron un poco y ¿sabés qué?
ELLA: ¡Ya sé! ¿Le tiró con las tostadas por la cabeza?
MADRE: ¡Me tiró con la tostadora el nene! ¡Él es así! Claro, a lo mejor cuando se case cambia. ¿Uds. Piensan casarse pronto?
ELLA: Sí, pensamos, estamos buscando casa.
MADRE. Es lo primero hija, el casado casa quiere, los esposos tienen que vivir solos.
ELLA: Que suerte que piense así. ¡No lo esperaba!
MADRE: ¡Por favor querida! Te digo más, fijate que, no,... dejá, no tiene importancia...
ELLA: Cuente, cuente.
MADRE: Uds. Tienen que luchar para conseguir una casita para Uds, pero mientras tanto, podrían arreglar la pieza de José, le hacen otra cocina. Por un tiempo nada más! Hasta que consigan algo... hacen un bañito también.
ELLA: Ya lo hablamos con José y decidimos no molestarla, además como Ud. dijo (con intención) el casado...
MADRE: (interrumpiendo) ¿Molestarme a mí? ¿A mí?!! ¿Cómo se te ocurre?, no m’hijita. Tenía miedo de decírtelo. Qué va pensar esta chica me decía... no sabés lo contenta que estoy que te guste la idea.
ELLA: (cortada) la idea me gusta, pero le repito...
MADRE: (Tajante) No se hable más entonces. Si te gusta la idea los voy a ayudar. ¡Ah eso sí! Me ponen un timbre para que llame al nene.
ELLA: (desolada) ¿Un timbre?
MADRE: Querida! La jaqueca me vuelve loca. El nene me pone unos paños fríos y me hace masajes en la espalda. Tiene que estar cerca de mí (dulce) dos ó tres noches por semana nada más.
ELLA: Pero Ud. Dijo que...
MADRE: (entusiasmada) Mirá, el finadito me dejó una casa en Atlántida. Se las presto para que pasen la luna de miel, ¿qué te parece? (sin esperar respuesta) No, no es nada, no me agradezcas... una madre, es una madre!
ELLA: ¿Sabe qué pasa Carola? A mí me gusta ir al Hotel... que me atiendan.
MADRE: (contentísima) Para qué estoy yo? Me voy con Uds... y les preparo la comida. Les llevo el desayuno a la cama, las tostadas para el nene, el juguito de naranja...
ELLA: Ya sé, sin semillas.
MADRE: Últimamente él se quedaba poco en casa, pero ya no, ¡ah! Se ve que sos todo para él, fijate que hace como dos meses que ninguna chica lo llama.
ELLA: (sorprendida) ¿Y antes lo llamaban?
MADRE: ¡Es un picarón!, cinco o seis chicas por día. Siempre una diferente. Es así, él las cambia enseguida... pero no te preocupes, ya hace como dos meses que no lo vienen a buscar, cuánto te lo agradezco. A propósito, hace mucho que salís con él?
ELLA: (con bronca) ¡Ya cumplimos el año Carola!
MADRE (tose) ¿Cómo pasa el tiempo, no?
ELLA: (Comienza a caminar confundida) ataques...mujeres... tostadas... rompe todo...
JOSE: (entrando) ¡Buenas! (Laura camina amenazante hacia José)
MADRE: ¡Te felicito hijo! Nos vamos a llevar muy bien con Laurita.
ELLA: (amagando con la cartera) así que amiguitas eh?
EL: ¿Qué decís? ¿Estás loca?
ELLA: (Le pega un carterazo) Todas las semanas una distinta, ¿eh? ¿Así que te llaman por teléfono? (José se ataja sin reaccionar, extrañado) y encima neurótico, sos? Así que hasta el mes pasado, ¿eh? (a carterazos lo saca de escena).
MADRE: ¡Lo que es el instinto de madre! ¡Apenas la vi me di cuenta que era muy poco para mi hijo! ¡Qué carácter Dios mío, bien podrido.... y se hacía la mosquita muerta!... Pobre mi hijo! Menos mal que me todavía estoy viva para protegerlo… (largo suspiro de madre)




LA BASURA

SRA.- Lo vamos a extrañar, vecino.
SR.- ¿Perdón?
SRA.- Digo que lo vamos a extrañar de menos cuando se vaya del edificio.
SR.- Muy amable, señora. ¿cómo se enteró de que me mudo?
SRA.- Por el diario que tiró a la basura. Vi que estuvo marcando los alquileres de los clasificados.
SR.- ¡Ajá!
SRA.- A usted le vendía bien algún apartamentito en Maroñas, así está cerca de los burros.
SR.- ¿Y eso que tiene que ver?
SRA.- Vamos, conmigo no tiene que mandarse la parte, me di cuenta de que también marcó la página de las carreras.
SR.- ¿Siempre revisa mi basura?
SRA.- No, no, permítame que le haga una corrección, la basura no es suya ni es mía, la basura es comunitaria. El tacho es un lugar público.
SR.- ¿Qué dice? Usted no puede andar inspeccionando lo que tiran los demás.
SRA.- Un momentito que yo no soy ninguna hurgadora. A mí no me anima la curiosidad sino la vocación de servicio. Yo lo quiero ayudar, Julián.
SR.- ¿De qué me está hablando? ¿Cómo sabe mi nombre?
SRA.- Está escrito en cada sobre de correspondencia que recibe.
SR.- Muy observadora.
SRA.- Lo necesario para reconocer a un hombre huérfano de amor.
SR.- ¿Cómo dice?
SRA.- La última carta que le mandó Susana me partió el corazón. No hay nada más doloroso que un amor no correspondido.
SR.- ¿Lee mis cartas?
SRA.- No me lo agradezca, cualquiera en mi lugar hubiera hecho lo mismo. Le escribí a la dirección del remitente y le dije que era una desalmada, una insensible...
SR.- ¿Usted le escribió a Susana?
SRA.- Bueno, no con esas palabras. Usé una metáfora equina, más adecuada a su pasión burrera. Le puse que era una yegua.
SR.- Pero que... ¿Cómo puede insultar a una persona que ni siquiera conoce?
SRA.- No se preocupe que firmé con su nombre.
SR.- ¿Eh?
SRA.- Le copié la firma de un recibo que encontré en el tacho.
SR.- ¡Usted está enferma!
SRA.- Un resfrío sin importancia.
SR.- No, no, está mal de la cabeza. Tiene que hacerse ver. ¿Sabe una cosa? En ese tacho tendría que estar usted, porque es una basura?
SRA.- ¡Qué carácter más podrido! Eso es por comer tanta carne roja, mire todos esos huesos en la basura... Dime lo que tiras y te diré quién eres.






(La próxima me parece de mucho humor negro, no me parece representarla... la copio por si algún "chiste" sirve...)

LA FAMILIA DE AL LADO

Un señor, Ricardo, está leyendo el diario a la mesa. En eso entra su esposa, María con un álbum de fotos.

M- Ricardo, mira estas fotos que lindas. Que lindos recuerdos!
R- es cierto…qué felices éramos a los 15 años!
M- pero Ricardo, a los 15 años no nos conocíamos.
R- por eso…
M- ay Ricardo, qué enamorada que estaba en nuestra juventud.
R- es verdad. Lo mío fue amor a primera vista.
M- ¿vos crees en el amor a primera vista?
R- claro que creo…
M- por fin, que romántico Ricardo
R- es que si te hubiera mirado dos veces no me hubiera casado.
M- siempre el mismo ordinario vos. Tenes que ser más romántico Ricardo
R- bueno mi amor, acá va…tu voz me recuerda al mar
M- no sabía que mi voz te impresionaba tanto
R- no me impresiona…me marea
M- siempre igual Ricardo
R- no me embromes Maria, si vos a mi me queres menos que al perro
M- por que decís eso celoso, sabes que los quiero a los dos iguales
R- ya vas a ver, el día que me muera vas a llorar eh!, vas a llorar…
M- si Ricardo, voy a llorar, vos ya sabes que lloro por cualquier estupidez.
R- bueno, entonces prométeme que si me muero te vas a casar con Antonio
M- pero…si es tu peor enemigo
R- por eso…que se embrome el desgraciado!
M- no se puede hablar en serio con vos
R- (se acuerda de algo) bueno Maria, justamente quería hablar con vos de algo muy importante. Un problema enorme que TENGO en la oficina.
M- hay mi amor, gracias por compartirlo conmigo. Pero…seguro ya se va a resolver. Aparte, no digas TENGO decí TENEMOS bien sabes que los matrimonios unidos como nosotros compartimos los problemas y las alegrías.
R- bueno, esta bien. Nuestra secretaria, Marisa, va a tener un hijo nuestro
M- como!
(Entra una la abuela e interrumpe)
V- nena, este hombre no te merece. Te lo dije siempre.
M- mama…no te metas en mi matrimonio. Anda a ver la telenovela anda.
V- (dirigiéndose a R) che atorrante! ¿Cuándo vas a llevar a mi hija a algún lado?
R- pero si yo la llevo siempre a todas partes! lo malo es que siempre encuentra el camino de regreso.
M- y vos ¿no fuiste a trabajar?
R- no, es que ayer se cayó un compañero de un andamio y falleció.
M- ay mi amor. Perdóname. Qué tragedia!
R- si…pobre familia. Por lo menos el seguro le va a pagar 10 millones de pesos
V- ¿y dónde estabas vos, que no estabas trabajando con tu compañero?
M- mama (aconsejándola) vos tendrías que tratar de llevarte mejor con Ricardo. Él en el fondo te aprecia.
V- sí…en el fondo de la fosa fúnebre.
M- es que esta guerra entre ustedes al final nos afecta a nosotras, tu hija y tus nietas.
V- esta bien, si es por ustedes. (Se acerca a Ricardo) yerno…¿le molesta si me quedo a comer con ustedes?
R- de ninguna manera suegrita. ¿A usted le molesta comer milanesas de ayer?
V- como me va a molestar... siempre fui muy humilde
R- entonces venga mañana.
(Entran las hijas)
H2- papa, papito…papa
R- qué pasó nena?
H2- acá traje mi carne de la escuela
R- pero, estas notas merecen una paliza
H2- ¿viste? Yo pensé lo mismo…vamos, yo te digo donde vive la maestra…
(Sale padre)
H3- mama… ¿te acordás que ayer se me salio un diente?
M- sí nena ¿lo pusiste debajo de la almohada como te dije???
H3- sí mama (triste)
M- Hija, qué te paó? ¿Qué te dejó?
H3- nada…solo un papelito que decía “seguí participando”
H1- ¡Mamá, mamá! ¿Cómo nací yo? 
M- Te trajo la cigüeña. 
H1- ¿Y tú? 
M- A mí me mandaron de Paris. 
H1- ¿Y papá?
 M- Lo encontraron en un repollo. 
H1- ¡che! ¡No hubo ni un nacimiento normal en esta familia!
(Entra el padre corriendo)
R- mi amor…tu madre se cayó por la ventana hace una hora
M- ¿hace una hora? ¿Y por que no avisaste antes?
R- es que no podía hablar. No podía parar de reírme.
M- pobre mamá (sale)
R- bueno hijas, nosotros como familia debemos mantenernos unidos ante la muerte de su abuela. ¿Están dispuestas a apoyarnos a su madre y a mí en esta situación? ¿A ayudarnos en lo que necesitemos?
H (todas) sí papa
R- bueno a ver, vos tomá y trae las masas, vos colgá los globos y vos llamá a los invitados que voy a ver si consigo una discoteca.
(Salen todos)

Fin

SE ROMPIÓ LA TV

Un hombre y una mujer sentados mirando la televisión sin cambiar palabras. De pronto la tele deja de funcionar

Mujer - ¿qué paso?
Hombre - no sé. (Se levanta. toca los cables. la golpea) nada. Parece que la quedó
m - ¿y ahora?
h -vamos a tener que conversar
m - ¿vamos a tener que qué?
h - conversar. Es cuando uno habla con otro.
m - ¿hablar de qué?
h – de cualquier cosa. boludeces
m - ¿perder el tiempo con boludeces?
h – ¿y la televisión qué es?
m – íi, pero son boludeces que le pasan a otros. la gente solo mira. pero hablar así…con otro….en vivo…no se…
h – vamos a tener que improvisar nuestras propias boludeces
m – entonces, empezá vos
h – (después de una pausa) me gusta tu peinado, así….
m – hace meses que esta así, Eduardo. lo que pasa es que vos….
h – Gerardo
m - ¿que?
h – Gerardo. mi nombre no es Eduardo, me llamo Gerardo
m – ¿desde cuando?
h – desde el bautismo
m – espera un poquito. el hombre con el que me casé se llamaba Eduardo
h – yo me llamo Gerardo, María Ester
m - ¿Gerardo Maíia Ester?
h – no. Gerardo solo. María Ester es tu nombre
m – no. no lo es
h - ¿cómo que no?
m – mi nombre es Valdusa
h - ¿te volviste loca, María Ester?
m – por amor de dios, Eduardo…
h – Gerardo
m – por amor de dios, mi nombre siempre fue Valdusa. ¿no te acordás?
h – yo nunca conocí a ninguna Valdusa. ¿cómo puedo estar casado con una mujer que nunca?.... espera. Valdusa. ¿no era la mujer de… de…uno de bigotes?
m – Eduardo
h - ¡Eduardo!
m – exactamente, Eduardo. vos
h – mi nombre es Gerardo, María Ester
m – Valdusa. y pensándolo bien… ¿qué pasó con tu bigote?
h - ¡yo nunca usé bigote!
m - ¡vos me querés volver loca, Eduardo!
h – calma. vamos con calma
m – si esto es una broma tuya….
h – uno de los dos está loco. de eso no hay duda
m – vamos a recapitular. ¿qué día nos casamos?
h – fue… fue…
m – ahí esta. vos siempre te olvidaste de nuestro aniversario. prueba de que vos te llamas Eduardo y la loca no soy yo
h – ¿y el bigote? ¿cómo explicas el bigote?
m – fácil. te afeitaste
h – ¡yo nunca tuve bigote, María Ester!
m - Valdusa
h – está bien. calma. vamos a tratar de ser razonables. digamos que tu nombre sea realmente Valdusa. ¿no te suena ninguna María Ester?
m – déjame pensar….María Ester… ¿nosotros no tuvimos una vecina llamada María Ester?
h – de la única vecina que me acuerdo es de una tal Valdusa
m - ¡María Ester! claro. ahora me acordí. y el nombre del marido era… ¡Jesús!
h – ¿el marido se llamaba Jesús?
m – no. Gerardo. se llamaba Gerardo
h – Gerardo
m – sí
h – era yo. todavía soy yo
m – (cayéndole la ficha) entonces…
h – ¿cómo fue que pasó?
m – las casas pegadas
h – la rutina de todos los días…
m – el marido vuelve a la casa cansado, el hombre y la mujer apenas se miran
h – un día el marido cansado se equivoca de puerta, la mujer no se da cuenta…
m - ¿cuánto hace que ustedes se mudaron de acá?
h - nosotros nunca nos mudamos. usted y Eduardo son los que se mudaron
m – yo y Eduardo, no María Ester y Eduardo
h – es verdad
m - ¿y ellos ya se habrán dado cuenta?
h – no creo... si no se les rompió el televisor...





7) ESPERANDO LA CARROZA de Jacobo Langsner 

Esta es una versión corta; el texto lo pueden ver completo en 

https://docs.google.com/file/d/0BxDPHv5WqJzId0NjQjV6akwwaUU/edit

La película, con Gasalla haciendo de protagonista, está en youtube.

PRIMER CUADRO
(entran el hijo y su esposa)

RAUL- Ya te dije una y mil veces que no puedo meter a mamá en un asilo...
SILVIA- esa vieja de mierda...
R- momentito...que hablás de mi Santa Madre...
(discuten)
S- será muy santa, pero no sos vos el que tenes que ponerle la chata, levantarte a las tres de la mañana para darle la pastillita, aguantar sus comentarios...basta Raúl, basta...
R- claro...vos hablas de mi madre, pero cuando viene tu hermano y la mujer, que realmente son insoportables yo los soporto estoicamente.
S- ¿qué tenes que decir de mi hermano?
R- que es un cheto petulante. Un tipo cuya vida gira en torno a hacerme sentir un piojo
S- ¿por qué decís eso??
R- cuando me compre el Fusca, se compro el Mercedes, cuando me ascendieron a supervisor, el paso a Gerente, cuando compramos la casita en parque del plata él se compro el Penthouse en Punta. Es un enfermo...
S- lo que pasa es que tiene clase.
R- Silvia, no me jodas, si al gato ese que tiene de mujer vos tampoco lo soportas.
S- ella es otra cosa, mi hermano es mi hermano, la sangre tira...
(aplacándola, la abraza)
R- Silvia, vamonos un fin de semana a Parque del Plata, a la casita...dejemos todo acá, démonos un descanso.
S- Raúl, ¿ves lo que estas haciendo? Ayer te pedí el viaje a Brasil y vos me salís con esto...no seas amarrete Raúl.
R- es que la crisis geopolítica de América latina denota un periodo inflacionario capaz de una suba macroeconómica en la cotización de la divisa
S- ¿qué decís?
R- que no tengo un mango Silvia!
S- empecemos por ahí...
R- en definitiva...¿vamos a hacer una segunda luna de miel Silvia? Imagínate la luna llena...nuestro amor, nosotros...
S- y tu madre...
R- no empecemos otra vez Silvia
S- Raúl, estoy cansada. (gritando) can-sa-da...
(entra la hija Sofía)
So- (gritando) mamá....
S- que pasa?
So- la vieja otra vez se tomo mi esmalte de uñas.
S- ¿qué?
So- si, se piensa que es el jarabe para el estreñimiento y se lo manda.
R- che...paciencia, es una persona mayor. Ustedes también van a llegar a viejos.
S- Claro...para vos es fácil. Porque la que tiene que cambiarle los pañales y lavarle el culo soy yo. Ahora con esto se va a agarrar una diarrea bárbara y la voy a tener que cambiar cada dos minutos. (gritando) ponete en mi lugar Raúl.
R- si...yo se. Pero es mi mamá. ¿qué queres que le haga Silvia? Es una persona mayor.
S- Raúl...(gritando) me tiene podrida.
(sale Silvia)
So- Papá, es que nos tiene cansados. Para mama es un peso enorme.
R- pero ustedes qué quieren que yo haga? ¿qué la deje tirada?
So- no puede estar en casa papá, ya es muy difícil de sobrellevar. Ella duerme conmigo y se pasa la noche tirándose pedos. Anoche tuve que abrir la ventada a las dos de la mañana y el vecino de al lado se quejaba porque decía que teníamos un caño tapado. Ronca como una locomotora. Me toma el esmalte. Ya es algo insoportable.

(entra Osvaldo revoleando una llave y la esposa Susana)
O- qué dice pichaje???
R- (pensando en voz alta) ya cayó este cheto.
Su- ¿cómo estas sobrina? Che...¿qué es esa facha? Tantas veces te he enseñado a vestirte con clase. Mirá...yo en casa tengo unas ropitas viejas que te puedo facilitar.
So- no gracias, no sea cosa que se me pegue lo arpía.
(se retira Sofía)
Su- ¿qué le pasa a esta chica? Esta como renegada con el mundo. De chiquita no era así.
O- ¿cómo va todo Raúl, como estas?
R- muy bien...ahora disfrutando del autito nuevo
O- ¿qué compraste?
R- ah...nada...un autito familiar...un FIAT 600
O- mira ...(le muestra la llave)
R- ¿qué es eso?
O- asómate afuera
R- (se asoma y piensa en voz alta) que hijo de p...
O- ¿te gusta? Es un Mercedes.
R- eh (disimulando) mas o menos...se nota que no es full equip.
O- mira esto ...(aplaude y se escucha un motor)
R- se nota que es nafta
O- diesel turbo
R- la radio se ve que es mono
O- stereo, con DVD y heladera en la guantera.
R. los cristales se ve que se bajan manualmente, a manijita (hace el gesto)
O- cristales eléctricos, desempañador, GPS y piloto automático.
R- (entre dientes y con bronca) que lo disfrutes.
O- igualmente el tuyo.
(entra Silvia)
Su- Silvia, amorosa...¿cómo estas? Aunque se te ve arruinada. Tenes mucho crecimiento. Si no tenes para la peluquería me decís, yo te ayudo Silvia.
S- (entre dientes) gracias Susana. Me voy a la cocina a terminar los tallarines.
Su- espérame...no me ofrezco a ayudarte ya que en la vida cociné nada, pero si querés te hago compañía.
S- (piensa) de esta no zafo.
(entra la vieja con una pelela)
V- Raúl...la verdad no se que le pasa a Silvia. Me pidió que le batiera dos huevos y cuando le llevo el bol resulta que se pone a llorar y se va. Esa mujer esta muy mal eh...
R- mamá...deje eso, vaya un rato a dormir la siesta.
V- pero, lo que pasa es que una no va a estar de arriba. Todavía que vivo acá trato de dar una mano en la cocina. ¿te acordás cuando vos no podías cagar y yo te hacía un purecito de durazno con leche? Después cagabas tres días. Me acuerdo que una vuelta te comiste el purecito y saliste a jugar. Como te cagabas ibas dejando la huella. Para encontrarte iba siguiendo la cagada.
R- mamá, no hable de esas cosas. Vaya a ver la novela...
(suena el timbre. La vieja atiende el teléfono)
V- ¿hola? Hable! usted debe ser algún degenerado. Seguramente esta esperando que yo quede sola para violarme. Depravado, oportunista. Por que no viene ahora eh! cobarde. Hágame eso que desea va a ver como le va
O- pobre hombre...
R- mamá...es el timbre de la puerta
V- ¿ya llegó el violador? Bueno hombre, si es así de rápido para todo no me sirve que venga.
O- no doña Cora, lo que sonaba era el timbre de la puerta.
V- con razón no me hablaban.
(Raúl va y abre la puerta, entra Estela)
E- Raúl, ¿cómo le va?
R- muy bien...
E- doña Cora, menos mal que la encuentro! necesito hablar con usted en privado (se hacen a un lado y hablan en privado)
V- ¿qué pasa m´ hija?
E- doña Cora, como usted sabe, el papa del nene se voló hace como dos años ya.
V- atorrante ese...sí, me acuerdo.
E- bueno, resulta que para pasarme pensión no había manera de encontrarlo. Ahora, resulta que una amiga mía lo vio hoy trabajando de almacenero. Yo necesito ir urgente a sacarle una foto para presentar ante el juez para que me pase algo. Con lo mío solo no me da. Pero necesito pedirle si usted no me vicha al nene.
V- quédate tranquila...anda que yo ahora voy para tu casa y me quedo con él.
E- gracias doña Cora, no sabe lo que le agradezco.
V- anda tranquila que yo ya voy.
(aparece Sofía, Silvia y Susana. Se genera entre ellas Raúl y Osvaldo una conversación bulliciosa. Doña Cora trata de hablar con ellos pero nadie la escucha)
V- Raulito...Sofía nena... Silvia...me voy a lo de Estela a cuidarle el nene, luego vengo....ninguno me escucha...che...bueno, pareciera que los viejos no tenemos mas nada que decir. Seguramente piensan que ya escucharon todo de nosotros. Me voy, a ver si con el nene puedo conversar mejor.
(sale Doña Cora y el resto se van hablando)
(se cierra el telón)

SEGUNDO CUADRO
(entran Raúl y Sofía
R- Sofía ¿viste a tu abuela?
So- la verdad que hace rato que no la veo
(ENTRA OTRA VIEJA)
OV- Raúl....Raúl (llama desesperada)
R- Isadora...¿qué le pasa?
OV- Raúl...no viste las noticias. Un camión de Pórtland atropelló una vieja acá a la vuelta. La hizo puré. Y por la descripción me pareció que era Cora
R- (sollozando) mamá...noooo, no puede ser. Mamá, mamita...
So- cálmate papá.
(entran Susana y Silvia)
S- qué pasa??? Tanto alboroto
Su- parece que hubieran visto un fantasma
OV- atropellaron a Cora
(entra Osvaldo)
O- che...vengo de acá a la vuelta y parece que atropellaron una vieja. La hicieron puré.
R- (llorando) mamá...no puede ser
O- che...no es para tanto. Se ve que era una vieja porque llevaba una mantilla negra.
R- como la de mamá
O- si...igualita, ¿cómo sabes?
S- tranquilízate Raúl. Doña Cora andaba acá. Vamos a buscarla.
R- (la llama) mamá, mamá
O- che...mira, poniéndote así no vas a lograr nada. Vení, sentate y cálmate. Te voy a servir un whisky así te recomponés.
So- nosotras vamos a buscarla.
(salen las mujeres. Se sientan Raúl y Osvaldo)
O- pero que macana che, ahora una desgracia de estas
R- no puede ser. Mi mama. Mamita
O- lo bueno que tiene que te va a quedar un lugar libre en la casa.
R- ¿cómo vas a decir eso?
O- bueno che... te lo digo por bien. Como se que ustedes pasan tan mal, por lo menos es un respiro.
(entran las mujeres y cortan el diálogo)
S- mi amor...tu mama no está
So- la buscamos por todas partes y no aparece.
(suena el teléfono. Osvaldo atiende)
O- si....diga. si, así es...acá, si, una señora de noventa, si. Como no oficial. Perfecto oficial. En minutos estamos por allí oficial. Gracias oficial. (corta)

R- ¿qué paso?
O- era de la comisaría. Están averiguando porque dicen que la señora que falleció estaba en el entorno de los noventa años
R- como mamá...
O- llevaba una mantilla negra...
R- como la de mamá...
O- el documento quedo ilegible, pero parece que terminaba en 832
R- como el de mamá
S- bueno...tranquilízate, capaz que era una coincidencia.
O- dice el comisario que pasemos a reconocer el cuerpo.
R- ya mismo voy
S- pobre doña Cora.
(salen todos y entra la vieja)
V- (llama) Raúl....Silvia...Sofía nena. Yo no sé para que me gasto, si total...no me escuchan. Resulta que el nene se siente mal, no puede hacer caca. Vine a buscar unos duraznitos que tengo en la heladera para hacerle un puré de durazno con leche. ¿qué habrá pasado que salieron todos? Ahhh...creo que hoy es el corso en el barrio. Bueno, ojalá estén pasando bien.
(sale la vieja y entra Raúl con Osvaldo)
O- cómo no te diste cuenta de llevar el número de documento completo
R- es que en esta situación me pongo mal Osvaldo.
O- bueno, tranquilízate
R- a ver, lo voy a buscar acá
(la vieja cruza por detrás, ellos no la ven. Sale de escena)
R- listo, acá está, vamos.
(se cierra el telón)

TERCER CUADRO
(entra toda la familia consolando a Raúl)
R- no puede ser...era mama, estoy seguro
Su- pero Raúl, como podes saberlo, eso era un puré
R- mi instinto me lo dijo
S- pero vos le dijiste al policía que estabas seguro.
R- estoy seguro. Silvia, vamos a organizar todo para el velorio.
S- qué velorio?
R- el de mamá
S- acá?
R- ¿y dónde querés que la velemos? Me gaste la ultima cuota de previsión en el fitito.
S- no pagaste, inconsciente?
R- y yo qué sabía que se iba a morir!
S- tenía noventa años Raúl!
R- bueno, bueno, el hecho es que la tenemos que velar en casa
S- y dónde?
R- en la habitación de la nena
(se desmaya Sofía. Osvaldo y Susana la ayudan.)
S-Siempre lo mismo con vos. Tomando decisiones solo.
R- Osvaldo...llama a la empresa fúnebre y encarga u cajón. Yo voy a llamar a los familiares.
O- quién paga???
R- pagá vos, después arreglamos.
O- cagué
(sale Raúl)
S- como pudo pasar esto. Pobre doña Cora.
Su- no seas mosquita muerta, si vos estabas deseando que se muriera la vieja.
S- si, lo deseaba, pero a su vez la mujer era buena. No merecía un final así.
O- ahora te quedó para vos la vajilla de cristal
S- vos lo decís porque querés quedarte con el cristalero
Su- ¿y vos para qué lo querés? Acá no se te luce.
(comienzan a discutir, mientras tanto la vieja pasa por detrás.)
S- llévense todo, no me interesa.
O- seguramente la vieja tenía plata en el banco y vos sabes algo. Por eso nos das el cristalero.
S- yo no sé nada...
Su- ya lo veremos mosquita muerta
S- pero cállate, cheta asquerosa
Su- Seré asquerosa, pero por lo menos no le limpio el culo a la vieja
S- pero te acostás con el plomero
O- cómo?
(entra Raúl y Sofía)
R- che...¿qué son esos gritos? Estamos de duelo.
(suena el timbre)
R- debe ser la empresa trayendo el cuerpo de mamá...
O- ¿dónde la ubicas?
R- acá... en el cuarto de la nena.
So- mama...(llorando) ¿tiene que ser en mi cuarto? ¿por qué no la velan en la terracita?
S- lo que pasa es que era tu abuela. Papa la quiere mucho y vos también. Merece un velorio como la gente.
So- bueno, pero por lo menos me va a quedar el cuarto libre.
R- ayúdame a entrarla
(entran el cajón)
comienzan a llorar y lamentarse.
O- qué buena que era doña Cora...
S- si, la verdad una santa
R- mama...mamita
Su- pobre doña Cora
(aparece atrás la vieja)
V- che Raulito, ¿vos no te habrás comido los duraznos que traje de la feria? Estoy meta buscarlos y no los encuentro.
R- siento la voz de mamá.
O- se nota que esta insatisfecha.
V- es que el nene está estreñido y no puede cagar. Le voy a hacer un purecito de durazno con leche.
R- se ve que el espíritu de mama tiene regresiones. Se acuerda de cuando me daba el puré de durazno.
V- como los dejé encima de la heladera en el canastito de la fruta y no están, seguro te los comiste vos. Vení un poco acá.
R- se ve que me queda poco. Me está llamando.
V- pero Raúl ...vení...
R- nena, te dejó a vos el fitito, a vos Osvaldo te dejó las cuentas, a vos te dejó...
(lo interrumpe)
V- pero vení zanguango
(la ve)
R- mamá
Su- doña Cora
S- suegrita
So- Abuuuuu





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