sábado, 30 de abril de 2016

4º año: Información sobre Romances

ROMANCES: información general  

ORIGEN
La palabra “romance” deriva de “Roma” y designa al conjunto de lenguas derivadas del latín (castellano, francés, portugués, italiano y rumano). A partir del siglo XIV la palabra también refiere a cierto tipo de poemas.
Los romances se consideran derivados de otros, llamados “cantares de gesta”, que eran extensos, fundamentalmente históricos y épicos, compuestos entre los siglos XII y XIII. El “Cantar del mío Cid” es considerado la primera obra importante que se conserva de la literatura española.
Los cantares de gesta eran recitados por los juglares, profesionales del canto que recorrían los pueblos para brindar a su público tanto entretenimiento como información de sucesos recientes. Se cree que, con el paso del tiempo, el público fue memorizando los fragmentos preferidos del cantar, eliminando elementos narrativos que no eran esenciales. Pedirían al juglar que se detuviera y repitiera, especialmente, tal o cual parte. Con el tiempo los poetas empezaron a componer especialmente textos breves, siguiendo el gusto del público, por imitación de los cantares de gesta. Así surgen los “romances”.

DEFINICIÓN POÉTICA: Un romance es un breve poema de carácter épico-lírico, destinado al canto con acompañamiento de algún instrumento musical. El carácter épico está dado por lo narrativo: se cuentan sucesos. A la vez son líricos, porque aparecen los sentimientos y emociones del autor frente a esos hechos.
DEFINICIÓN FORMAL: Los romances son series indefinidas de versos octosílabos con rima asonante en los versos pares. No están divididos en estrofas, aunque las pausas se dan generalmente en los versos que riman. Quizá esto derive de los versos de los cantares de gesta, que eran de dieciséis sílabas.

CARACTERÍSTICAS
Se llama “Romancero” al conjunto de los romances conocidos. Constituyen el auténtico folklore español, la obra anónima y colectiva de los poetas populares en los siglos XIV, XV y XVI.  Los romances aparecen al final de la Edad Media y revitalizan los asuntos y personajes de los siglos pasados; el carácter medieval aparece en el hecho de ser anónimos, obra colectiva y popular. También muestran una adhesión a los asuntos terrenales que es propia del Renacimiento, que apareció en España tardíamente con respecto al país en que se originó (Italia).
Los romances son ANÓNIMOS, no porque se haya olvidado el nombre del autor, sino porque son una CREACIÓN COLECTIVA. Hubo un autor inicial para el poema, pero luego cada juglar que lo cantó, cada persona que lo fue transmitiendo oralmente a otra, pudo modificarlo un poco. Se olvidaron fragmentos, se le agregaron versos o se cambiaron palabras. Por ejemplo, un romance que comienza “Mira Nero de Tarpeya / a Roma como se ardía” (aludiendo a la contemplación del incendio que destruyó a Roma, por parte de Nerón, desde la roca Tarpeya) se convirtió en “Marinero de Tarpeya…”. Es decir, que los romances son de todos y no son de nadie, son poesía abierta y dinámica. En muchos casos se conservan varias versiones de un mismo romance. Por regla general, la más nueva es la más breve, porque lo más común es que el paso del tiempo los fue acortando, rescatando lo esencial, lo más intenso.
Los romances fueron de TRANSMISIÓN ORAL hasta mediados del siglo XVI. Allí, tal vez como consecuencia de la difusión de la imprenta, aparecen los primeros romanceros, o recopilaciones de romances, como el “Cancionero de romances” de Martín de Nuncio, en 1550, o el “Romancero”, de Lorenzo de Sepúlveda, en 1551. Eran librillos de muy bajo precio, lo que favoreció su divulgación. Fueron despreciados al principio por los nobles, quienes hablaban de “poetas ínfimos”, “aquellos que sin ningún orden, regla ni cuenta fazen estos romances e cantares que las gentes de baja e servil condición se alegran”.
Otra característica es el FRAGMENTARISMO: los romances destacan sólo una situación, sin dar preliminares, ni detalles, ni desenlace. Se suprime todo lo que no es esencial. Se habla de un COMIENZO ABRUPTO, o “in media res” (frase latina que quiere decir “en medio de los hechos”), ya que no hay introducción, no se dan nombres, fechas ni lugares concretos. En general terminan con un FINAL TRUNCO, interrumpiendo el texto en un momento de tensión, como para que el lector lo termine con su imaginación.
Son frecuentes las REITERACIONES, sea de palabras o de frases, que procuran un aumento de la fuerza del romance, a la vez que le dan musicalidad. Un ejemplo es el comienzo del Romance del prisionero: “Que por mayo, era por mayo”.
También abundan los DIÁLOGOS. Hay alternancia de voces, a veces con breves frases introductorias (“Allí habló el Infante Arnaldos”).
Se utilizan recursos de ACTUALIZACIÓN del discurso, los hechos que son del pasado (para el narrador) se muestran como presente (para el lector). Esto se logra con el uso de adverbios de tiempo (como “ya”), o con cambios en los tiempos verbales.
   Muchas veces se da el USO DE DIMINUTIVOS, para intensificar lo afectivo, como al hablar de un “soñito”. Aparece también el GUSTO POR LO SUNTUARIO, es decir, lo lujoso, lo fino, lo que el pueblo que escucha el romance admira, pero no posee.
Los temas de los romances son en general profanos, no religiosos. Los más frecuentes son el sentimiento amoroso, los conflictos entre un rey y sus vasallos y la caída de un príncipe. Se mantienen los mismos asuntos nacionales, revividos una y otra vez. A esto se le llama TRADICIONALISMO. A la vez, se habla de la POPULARIDAD de los romances, ya que son muy gustados por todo tipo de público.

CLASIFICACIÓN
   Podemos hablar de dos criterios principales. Según la época en que se compusieron, hablamos de ROMANCES VIEJOS (anónimos, de transmisión oral, compuestos en los siglos XIV, XV y principios del XVI) y ROMANCES NUEVOS O ARTÍSTICOS (imitación de los viejos, de transmisión escrita, con autor conocido, escritos a partir de la segunda mitad del siglo XVI).
En cuanto a sus temas, diferenciamos cuatro grupos:
a)      Romances heroico-caballerescos: tienen tema español, derivado de los cantares de gesta y las leyendas caballerescas.
b)      Romances noticieros: informan sobre hechos de la época, generalmente relacionados con la guerra entre moros y cristianos
c)      Romances novelescos: se basan en hechos ficticios, derivan de novelas y cuentos.

d)     Romances líricos: se centran en la expresión de emociones, más que en un relato.

jueves, 21 de abril de 2016

4ª año: Romance del enamorado y la muerte.

Romance del enamorado y la muerte
Un sueño soñaba anoche,
Soñito del alma mía,
Soñaba con mis amores
Que en mis brazos los tenía.
Vi entrar señora tan blanca
Muy más que la nieve fría.
- ¿Por dónde has entrado, amor?
¿Cómo has entrado, mi vida?
Las puertas están cerradas,
Ventanas y celosías.
- No soy el amor, amante:
la Muerte que Dios te envía.
- ¡Ay, Muerte tan rigurosa,
déjame vivir un día!
Un día no puede ser,
una hora tienes de vida.
Muy de prisa se calzaba,
Más de prisa se vestía;
Ya se va para la calle,

en donde su amor vivía.
- ¿Cómo te podré yo abrir
si la ocasión no es venida?
Mi padre no fue al palacio
Mi madre no está dormida.
- Si no me abres esta noche,
ya no me abrirás, querida;
la Muerte me está buscando,
junto a tí, vida sería.
- Vete bajo la ventana
donde labraba y cosía,
te echaré cordón de seda
para que subas arriba,
y si el cordón no alcanzare
mis trenzas añadiría.
La fina seda se rompe;
La Muerte que allí venía:
- Vamos, el enamorado,
que la hora ya es cumplida.

martes, 12 de abril de 2016

Prueba diagnóstica para quienes faltaron a la ya propuesta

Realice un comentario literario del texto, basado en lo que ha aprendido en Literatura en años anteriores. Por ejemplo, puede determinar cuál es el tema central, qué tipo de título tiene, cómo es su narrador, qué recursos literarios (como metáforas, comparaciones, personificaciones, etc.) encuentra en el cuento.
Opcional: escriba una historia (verìdica o ficticia) en la que todo gire alrededor de un mueble de alguna casa.


El armario

El señor Gerard no podía evitar recordar el armario cuando pensaba en la vieja casa de la abuela. Era un armario común, con espejos en las puertas y repisas fijas, con arabescos irregulares, con telarañas en el techo. El tesoro del armario estaba abajo, entre sus patas. Cuando era un niño travieso y sin miedo, el señor Gerard solía hurgar bajo el armario para acceder a los maravillosos objetos que allí se ocultaban. Sus ojos verdes relucían de felicidad ante cada cosa encontrada.

Nunca supo quién ponía esos objetos allí. Ahora suponía que eran lanzados por niños desde la calle, hipótesis factible pues el armario estaba frente a una ventana que permanecía abierta durante el día. No siempre encontraba algo, en ocasiones la búsqueda era vana; sin embargo, cada vez el objeto encontrado era distinto. Un reloj sin la aguja de la hora, un anillo al que le faltaba su piedra, la rueda dentada de alguna extraña máquina que debió de ser inmensa, una pata de conejo convertida en llavero, la cabeza de una muñeca; así de variados e inútiles, pero igualmente maravillosos, eran los hallazgos.

Tampoco tenía muy claro qué había sido de todos esos objetos. Al crecer, llegó el momento de ir a la capital a estudiar y desde entonces sus visitas a la casa fueron más espaciadas; finalmente, la abuela murió y la casa fue abandonada, aunque su madre la mantuvo como parte del patrimonio de la familia. Pero el señor Gerard nunca conservó, sin saber la razón, alguno de sus tesoros.

Ahora, con cincuenta y dos años recién cumplidos y su madre también muerta, el señor Gerard había vuelto sus ojos hacia la vieja casa, con la intención de venderla y deshacerse de ella y sacarle así algún provecho y evitar los gastos de su mantenimiento. Hacía mil años que no iba a visitarla. Un amigo se encargaba (al parecer con éxito) de la promoción y venta del inmueble; mientras tanto, el señor Gerard quiso visitar —por última vez antes de su inminente demolición— la casa donde transcurrieron sus primeros años. Reservamos vastos espacios de la memoria, libro donde se escriben nuestras vidas, para venerar cosas inanimadas.

Llegó al pueblo a media tarde, con el pensamiento fijo en la casa y el armario, aquel amigo de su niñez con el que tanto había compartido. Subió al segundo piso y entró a la habitación donde éste estaba. Caminaba con paso vacilante. Avanzaba con mirada ansiosa.

Sintió un largo estremecimiento cuando se enfrentó al viejo mueble. Ahora le parecía más pequeño y débil, y el espacio entre el borde inferior y el piso era tan angosto que dudaba que fuera suficiente para albergar una mano humana. Se preguntaba si seguía escondiendo tesoros. Así que se agachó y trató de meter la mano bajo el armario, pero tuvo que sacarla y arremangarse la camisa para poder hurgar a sus anchas.

Sus dedos se toparon con algo duro y redondo, como una pelota. La atrajo hacia afuera; se trataba de una extraña caja de música esférica con un pony azul en el centro. No se sintió satisfecho: volvió a introducir la mano y continuó la búsqueda.

Tres días más tarde, el amigo vendedor entró a la casa con una pareja que la compraría para instalar un albergue, y comenzaron a recorrerla, mientras charlaban, curioseaban y comentaban todo. Quizás ni siquiera sería preciso demolerla. Cuando entraron a la habitación del armario, hallaron al señor Gerard hinchado y hediondo, acostado en el piso, con una mano asida a una esfera y la otra oculta bajo el viejo mueble. El examen del forense determinó que había muerto a causa de la mordedura de una serpiente. El ofidio culpable jamás fue encontrado.



Jorge Gómez, 15/09/96 (adaptado por Mariela Rodríguez)

martes, 5 de abril de 2016

CERP: planes y bibliografía

LITERATURA IBEROAMERICANA 1
Programa del curso:

Literatura precolombina
 Anónimo: Popol Vuh. Lectura y aproximación a la Introducción y la creación del mundo y del hombre.  Análisis del episodio de la doncella Ixquic.

Barroco de Indias
Sor Juana Inés de la Cruz. Análisis del poema “Hombres necios que acusáis” y de la “Respuesta a Sor Filotea”, entre otros textos.

Neoclasicismo
Alonso Carrió de la Vandera (Concolorcorvo): Lazarillo de ciegos caminantes. Análisis del primer capítulo de la primera parte (en relación con Martín Fierro).

Romanticismo
Ricardo Palma: Tradiciones peruanas. Análisis de dos cuentos.

Poesía gauchesca
José Hernández: El gaucho Martín Fierro (análisis de los cantos 1 y 7) y La vuelta de Martín Fierro (Consejos del Viejo Vizcacha).

Modernismo en la ensayística
José Martí: Análisis de “Nuestra América” y poemas V y IX de versos sencillos.

Modernismo en la lírica
Rubén Darío: Cantos de vida y esperanza. Análisis de los poemas “Sinfonía en Gris mayor”, “Nocturno” y “Lo fatal”, entre otros.

Modernismo en la narrativa
Joaquim Machado de Assis: Memorias póstumas de Blas Cubas.


Prof. Mariela Rodríguez.
Marzo de 2015


POPOL VUH

Bibliografía sugerida para su estudio

José Miguel Oviedo. Historia de la literatura hispanoamericana. Madrid, Alianza, 1995.

Davies, Alfred. Los enigmáticos códices mayas. Andrómeda, Bs. As., 2006.

Sodi, Demetrio. La literatura de los mayas, Joaquín Mortiz, México, 1964.

Thompson, Eric. Historia y religión de los mayas, Siglo XXI, México, 1970.

National Geographic, “Misterios de la cultura maya”, México, 2008.

Rafael Girard. Esoterismo del Popol Vuh, Stylo, México, 1948.

Rubbo de Licandro, Isobel – Antúnez, Illaney. Aproximaciones al Popol Vuh, Técnica, Montevideo, 1989.

Andrade Warner, Fernando. El Popol Vuh. Fernández editores, México, 1985.

Capítulo Universal, número 86, CEDAL, Bs. As., 1970.

Capítulo Universal, número 154, CEDAL, Bs. As., 1970

López, Carlos. Los Popol Wuj y sus epistemologías. Huntington, Abyayala.

López, Carlos: “Epigrafía del apócrifo. Revisión del juicio colonial”, en [SIC], Año 1, número 2, Montevideo, Agosto de 2011.

Cardoza y Aragón, Luis. Guatemala, las líneas de su mano.

Recinos, Adrián. “Introducción”, en Popol Vuh, FCE, México, 1952.

Galich, Manuel. “Prólogo”, en Popol Vuh, Casa de las Américas, La Habana, sin fecha.

Canseco, Manuel. “El legado de los quichés”, en Popol Vuh, Ediciones del Nuevo Mundo, Montevideo, 1987.

Portilla, Miguel León: La visión de los vencidos. México, UNAM, 1997.

 Portilla, Miguel León: Historia y cultura en el México prehispánico. México, Secretaría de Relaciones Exteriores, 1990.


Lienhard, Martín. La voz y su huella. Escritura y conflicto étnico-social de la América Latina (1492-1988). La Habana. Casa de las Américas, 1989.





LITERATURA URUGUAYA, 1
Programa del curso:
1) Petrona Rosende: información sobre su vida y obra; análisis de “Elegía”, “La Cotorra y los Patos” y “A los que hacéis versos por todo”
2) Bartolomé Hidalgo: la poesía gauchesca; concepto de diálogos y cielitos, inflexiones rurales en su lenguaje. Análisis de “Nuevo diálogo patriótico…”
3) Isidoro de María: las crónicas como forma privilegiada de la prosa uruguaya del siglo XIX. Análisis de dos de ellas.
4) Juan Zorrilla de San Martín: el Romanticismo en el Río de la Plata. Análisis de “Tabaré”.
5) Eduardo Acevedo Díaz: el realismo y naturalismo en nuestras letras, concepto de novela histórica y análisis de “El combate de la tapera”.
6) Literatura uruguaya en la frontera intercultural: Conde de Lautréamont, análisis de “Los cantos de Maldoror”.
7) Generación del 900, Modernismo y Modernidad.
a. Rodó: “Ariel”
b. Quiroga: “El hijo”
c. Mª Eugenia Vaz Ferreira: “Barcarola de un escéptico”, entre otros poemas.
d. F. Sánchez: “Barranca abajo”.