lunes, 26 de septiembre de 2011

3º4 Película de "Martín Fierro" (fragmento)

Dejo parte del comienzo de una vieja película sobre el texto. Si quieren ver el resto, está en Youtube.

3º4 "Martín Fierro" Cantos (capítulos) 1 y 7

MARTÍN FIERRO

1

Aquí me pongo a cantar

Al compás de la vigüela,

que el hombre que lo desvela

una pena estrordinaria,

como la ave solitaria

con el cantar se consuela.



Pido a los santos del cielo

que ayuden mi pensamiento:

les pido en este momento

que voy a cantar mi historia

me refresquen la memoria

y aclaren mi entendimiento.



Vengan santos milagrosos,

vengan todos en mi ayuda

que la lengua se me añuda

y se me turba la vista;

pido a mi Dios que me asista

en una ocasión tan ruda.



Yo he visto muchos cantores,

con famas bien otenidas

y que después de alquiridas

no las quieren sustentar:

parece que sin largar

se cansaron en partidas.



Mas ande otro criollo pasa

Martín Fierro ha de pasar;

nada lo hace recular

ni las fantasmas lo espantan,

y dende que todos cantan

yo también quiero cantar.



Cantando me he de morir,

cantando me han de enterrar

y cantando he de llegar

al pie del eterno Padre;

dende el vientre de mi madre

vine a este mundo a cantar.



Que no se trabe mi lengua

ni me falte la palabra;

el cantar mi gloria labra

y, poniendomé a cantar,

cantando me han de encontrar

aunque la tierra se abra.



Me siento en el plan de un bajo

a cantar un argumento;

como si soplara el viento

hago tiritar los pastos.

Con oros, copas y bastos

juega allí mi pensamiento.



Yo no soy cantor letrao

mas si me pongo a cantar

no tengo cuándo acabar

y me envejezco cantando:

las coplas me van brotando

como agua de manantial.



Con la guitarra en la mano

ni las moscas se me arriman;

naides me pone el pie encima,

y, cuando el pecho se entona,

hago gemir a la prima

y llorar a la bordona.



Yo soy toro en mi rodeo

y torazo en rodeo ajeno;

siempre me tuve por güeno

y si me quieren probar,

salgan otros a cantar

y veremos quién es menos



No me hago al lao de la güeya

aunque vengan degollando;

con los blandos yo soy blando

y soy duro con los duros,

y ninguno en un apuro

me ha visto andar tutubiando.



En el peligro !qué Cristos!

el corazón se me enancha,

pues toda la tierra es cancha,

y de eso naides se asombre;

el que se tiene por hombre

ande quiera hace pata ancha.



Soy gaucho, y entiendaló

como mi lengua lo esplica:

para mi la tierra es chica

y pudiera ser mayor;

ni la víbora me pica

ni quema mi frente el sol.



Nací como nace el peje

en el fondo de la mar;

naides me puede quitar

aquello que Dios me dio:

lo que al mundo truje yo

del mundo lo he de llevar.



Mi gloria es vivir tan libre

como el pájaro del cielo;

no hago nido en este suelo

ande hay tanto que sufrir,

y naides me ha de seguir

cuando yo remuento el vuelo.



Yo no tengo en el amor

quien me venga con querellas;

como esas aves tan bellas

que saltan de rama en rama,

yo hago en el trébol mi cama,

y me cubren las estrellas.



Y sepan cuantos escuchan

de mis penas el relato

que nunca peleo ni mato

sino por necesidá

y que a tanta alversidá

sólo me arrojó el mal trato.



Y atiendan la relación

que hace un gaucho perseguido,

que padre y marido ha sido

empeñoso y diligente,

y sin embargo la gente

lo tiene por un bandido.



7

De carta de más me vía

sin saber a donde dirme;

mas dijeron que era vago

y entraron a perseguirme.



Nunca se achican los males,

van poco a poco creciendo,

y ansina me vide pronto

obligado a andar juyendo.



No tenía mujer ni rancho

y a más, era resertor;

no tenía una prenda güena

ni un peso en el tirador



A mis hijos infelices

pensé volverlos a hallar,

y andaba de un lao al otro

sin tener ni que pitar.



Supe una vez por desgracia

que había un baile por allí,

y medio desesperao

a ver la milonga fuí.



Riunidos al pericón

tantos amigos hallé,

que alegre de verme entre ellos

esa noche me apedé.



Como nunca, en la ocasión

por peliar me dio la tranca.

y la emprendí con un negro

que trujo una negra en ancas.



Al ver llegar la morena,

que no hacía caso de naides,

le dije con la mamúa:

-Va...ca...yendo gente al baile.



La negra entendió la cosa

y no tardó en contestarme,

mirándome como a un perro:

-Mas vaca será su madre.-



Y dentró al baile muy tiesa

con más cola que una zorra,

haciendo blanquiar los dientes

lo mesmo que mazamorra.



-¡Negra linda!-... dije yo.

-Me gusta... pa la carona-;

y me puse a talariar

esta coplita fregona:



-A los blancos hizo Dios,

a los mulatos San Pedro,

a los negros hizo el diablo

para tizón del infierno.-



Había estao juntando rabia

el moreno dende ajuera;

en lo escuro le brillaban

los ojos como linterna.



Lo conocí retobao,

me acerqué y le dije presto:

-Po...r...rudo que un hombre sea

nunca se enoja por esto.



Corcovió el de los tamangos

y creyéndose muy fijo:

-¡Más porrudo serás vos,

gaucho rotoso!-, me dijo.



Y ya se me vino al humo

como a buscarme la hebra,

y un golpe le acomodé

con el porrón de ginebra.



Ahí nomás pegó el de hollín

mas gruñidos que un chanchito,

y pelando el envenao

me atropelló dando gritos.



Pegué un brinco y abrí cancha

diciéndoles: -Caballeros,

dejen venir ese toro.

solo nací... solo muero.



El negro, después del golpe,

se había el poncho refalao

y dijo: -Vas a saber

si es solo o acompañado.



Y mientras se arremangó,

yo me saqué las espuelas,

pues malicié que aquel tío

no era de arriar con las riendas.



No hay cosa como el peligro

pa refrescar un mamao;

hasta la vista se aclara

por mucho que haiga chupao.



El negro me atropelló

como a quererme comer;

me hizo dos tiros seguidos

y los dos le abarajé.



Yo tenía un facón con S,

que era de lima de acero;

le hice un tiro, lo quitó

y vino ciego el moreno;



Y en el medio de las aspas

un planazo le asenté,

que lo largué culebriando

lo mesmo que buscapié.



Le coloriaron las motas

con la sangre de la herida,

y volvió a venir jurioso

como una tigra parida.



Y ya me hizo relumbrar

por los ojos el cuchillo,

alcanzando con la punta

a cortarme en un carrillo.



Me hirvió la sangre en las venas

y me le afirmé al moreno,

dándole de punta y hacha

pa dejar un diablo menos.



Por fin en una topada

en el cuchillo lo alcé,

y como un saco de güesos

contra un cerco lo largué.



Tiró unas cuantas patadas

y ya cantó pal carnero:

nunca me puedo olvidar

de la agonía de aquel negro.



En esto la negra vino

con los ojos como ají

y empezó la pobre allí

a bramar como una loba.

Yo quise darle una soba

a ver si la hacía callar,

mas pude reflesionar

que era malo en aquel punto,

y por respeto al dijunto

no la quise castigar.



Limpié el facón en los pastos,

desate mi redomón,

monté despacio y salí

al tranco pa el cañadón.



Después supe que al finao

ni siquiera lo velaron,

y retobao en un cuero,

sin rezarle lo enterraron.



Y dicen que dende entonces,

cuando es la noche serena

suele verse una luz mala

como de alma que anda en pena.



Yo tengo intención a veces,

para que no pene tanto,

de sacar de allí los güesos

y echarlos al camposanto.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

3º4 Tarea domiciliaria opcional

PROPUESTA: COMPARAR ESTE POEMA CANTADO CON EL POEMA 20 DE NERUDA.


1) Ver similitudes y diferencias en temas, estructura, lenguaje o lo que puedan encontrar.

2) ¿Conoce otra canción que trate temas similares al Poema XX?

3) ¿Cómo cree que quedaría el Poema XX si se cantara al son de "A cartas vistas"? Fundamente su opinión.





Buitres A Cartas Vistas

Es la historia del regreso

por los pasos de tus versos

esta es nuestra canción.



Pedí jugar a cartas vistas

cuando se pierde así en la vida

se pierde y no se habla más.



La noche ya no es mi guarida

el vidrio solo abre

heridas tus ojos diez años atrás.



A veces siento

rodando en mi caída

tu voz que llama desde el mar

es el eco de



una canción herida al viento

y un solo corazón latiendo

o aún peor

lo que es vivir

la vida sin ti.



No me importa lo que digan

yo pagué por esta vida

y no quiero devolución.



De otro, sí, será de otro

como fue un día de mis besos

y eso no se quita más.



Dejame hablarle

también a tu silencio

porque así fue que te perdí

como el eco de



una canción herida al viento

y un solo corazón latiendo

o aún peor

lo que es vivir

la vida sin ti.

3º4 Videos relacionados a poemas de Neruda: Poema 20 (Alex Ubago), Tus manos (Laura Canoura) y Poema 15 (Alejandro Sanz).