jueves, 27 de abril de 2017

CONCURSO LITERARIO “CUENTOS DE AMOR DE LOCURA Y DE MUERTE"



CONCURSO LITERARIO “CUENTOS DE AMOR DE LOCURA Y DE MUERTE"

Se llama a los estudiantes los turnos matutino y vespertino del liceo IAVA  interesados en participar en un concurso literario de cuentos, en conmemoración de los 100 años de edición de un libro emblemático en nuestra literatura. Se aclara que los textos serán de libre creación del estudiante, en relación al nombre del presente concurso pero sin tener por ello que atenerse al estilo o los ambientes propios de Quiroga..
Los trabajos se recibirán hasta el 12 de mayo en la Biblioteca del liceo, en sobre cerrado, original y dos copias, todo firmado con seudónimo. Se adjuntará un sobre pequeño, que en la parte exterior dirá el seudónimo y en su interior tendrá el nombre real y el grupo del estudiante. También debe enviarse el texto por mail a: concursoliterarioiava2017@gmail.com .

Los cuentos no podrán tener más de cinco carillas, letra Arial o Times New Roman 12, interlineado 1.5. No se aceptarán trabajos manuscritos.

El jurado estará integrado por los profesores de Literatura del liceo y se expedirá durante la última semana de mayo.

Los premios serán determinados por la Dirección del Liceo.

5° año: Salmo 1

SALMO 1

Feliz de aquel hombre
que no anda en consejo de impíos
ni sigue la senda de los pecadores 
ni se sienta en el banco de los descreídos
sino que se complace en la ley de Yahveh,
que medita en su ley día y noche.
Él es como un árbol plantado 
a orillas de un curso de agua
que da su fruto en la estación propicia
y cuyas hojas jamás se marchitan.
Todo lo que haga prosperará.
No así el impío; nada de eso.
El impío será como basura
que arrastra el viento.
El impío no podrá defenderse en el juicio
ni el pecador en la asamblea de los justos.
Porque Yahveh conoce la senda del justo
mas la senda del impío se perderá.

5° año: Información sobre la Biblia.

5° año: Información de Biblia

                                               LITERATURA BÍBLICA                         
La Biblia es el libro sagrado de cristianos y judíos, y es una de las obras con mayor difusión e importancia en nuestra cultura. No es un libro, sino una colección de libros, una biblioteca sagrada que se ha conservado gracias al cuidado de incontables escribas y ha sido traducida a todas las lenguas conocidas. Sus libros son considerados por la tradición judeocristiana como inspirados por Dios, son religiosos porque tratan de la relación entre Dios y el hombre, y también revelados, porque contienen profecías. No es el único libro sagrado; los hare krishnas tienen el Baghavad Gita, los musulmanes el Corán, los hinduístas los Veddas y los mayas quichés el Pópol Vuh.
La Biblia puede estudiarse desde un punto de vista histórico, religioso, antropológico y literario, aunque en la mayoría de sus libros lo más importante era la creación de una obra didáctica, de interés nacional y religioso y no lo artístico, la intención literaria. En su mayor parte los textos han sido modificados, actualizados, y en muchos casos son el resultado de la fusión de escritos de autores de distintas épocas, lugares e ideas. De allí las contradicciones y las diferencias de vocabulario y de estilo que pueden encontrarse. Al escritor bíblico no le preocupa tanto la originalidad como la efectividad de su mensaje.
LOS HEBREOS
Su origen es mesopotámico, se sabe que abandonaron la ciudad de Ur entre los siglos XX y XVIII A.C. para instalarse en Egipto, donde permanecieron durante unos cinco siglos. Poco a poco se van haciendo más numerosos, lo que hace que el faraón los trate como esclavos, por miedo a una rebelión en su propia tierra. Salen de allí por la acción de Moisés, un hebreo rescatado de las aguas del Nilo por una princesa egipcia, en la época en que el faraón había ordenado matar a todos los varones nacidos de las hebreas. Moisés llegará a convertirse en el líder más importante del mundo hebreo, aunque hay quienes sostienen que en pudo haber tenido origen egipcio. Él será el encargado de conducir al pueblo a través del desierto hacia la tierra prometida de Canaán, una vez que escapan al yugo de Egipto. Se inicia una lenta marcha que dura, según la Biblia, cuarenta años, aunque los historiadores le atribuyen un tiempo mucho mayor, de varios siglos. Allí habrían tenido lugar sucesos milagrosos, como la revelación de Dios a Moisés, y el dictado de las Tablas de la Ley.
Una vez en la tierra prometida, los hebreos se organizaron en doce tribus, sin un gobierno central, que con el correr del tiempo derivará en una monarquía. David sería el segundo de estos reyes, y su gobierno abarcó cuarenta años, desde el año 1010 al 970 a.c.. Lleva la capital a Jerusalén, a donde traslada el Arca de la Alianza; también se ocupa de fortificar las fronteras del reino, construir o reconstruir ciudades, organizarlas administrativamente. Se le atribuye gran preocupación por la recopilación y conservación de textos sagrados, entre ellos los Salmos, de muchos de los cuales se lo considera autor.
Los babilonios toman Jerusalén, en el 586 A.C. Destruyen el templo, toman 40.000 cautivos, encarcelan al rey por 35 años y obligan al pueblo a pagar altos tributos, aunque no lo esclavizan. Algunos logran, pasado el tiempo, volver a su tierra y recomponer su religión, pero deben sufrir el rigor de diversas dominaciones de pueblos más fuertes, y son conquistados por Alejandro Magno, luego por los asirios, egipcios y romanos, y comienza la diáspora o dispersión del pueblo hebreo, aunque su fe y su tradición se mantienen.

LA RELIGIÓN HEBREA

MONOTEÍSMO: Los primitivos hebreos tenían una MONOLATRÍA, lo que significa que se adoraba a un solo dios, pero se admitía la existencia de otros. Con el tiempo esto derivó en una forma de nacionalismo religioso que se llama ENOLATRÍA: el culto al dios del pueblo, identificado con los intereses de Israel. El siguiente paso es el MONOTEÍSMO, la creencia en un solo dios, que es el mismo para toda la humanidad.
ALIANZA: en el Antiguo Testamento se habla de dos alianzas entre la divinidad y el pueblo elegido, a través de dos patriarcas. En primer lugar, el pacto que realiza Yahveh con Abraham, por el cual la divinidad promete darle una descendencia tan numerosa como las estrellas del cielo y la tierra prometida. En segundo lugar, la alianza entre Dios y Moisés, en el Monte Sinaí. Se promete a éste larga descendencia y la tierra de Canaán, y se le exige el cumplimiento de una larga serie de leyes (como los Diez Mandamientos). Una tercera alianza se propone en el Nuevo Testamento, esta vez con valor universal, entre Jesús y la humanidad.
MORAL: toda la vida del pueblo hebreo estaba orientada por los principios de fidelidad a Dios; la desobediencia no puede ni pensarse. Los Diez Mandamientos son preceptos religiosos y morales. Surge la noción del pecado como delito que no sólo perjudica al individuo, sino a la comunidad toda. Incluyen la prohibición de adorar a otros dioses, honrar a los padres, no matar, no robar, no cometer adulterio, no dar falso testimonio, etc.
MESIANISMO: los profetas anuncian la llegada de un Mesías, o salvador, al que a veces se muestra como un rey invencible, poderoso, fuerte, mientras que otras aparece como una víctima, un redentor del pueblo a costa de su propio sufrimiento. Su papel sería redimir a la humanidad. A partir de la figura de Jesús se produce un quiebre en la religión hebrea, ya que no todos lo aceptan como el Mesías, lo que dio lugar a dos grandes religiones. El CRISTIANISMO admite a Jesús como el Mesías y al Nuevo Testamento como libro sagrado junto al Antiguo, pero el JUDAÍSMO continúa esperando el Mesías y solo toma como sagrado al Antiguo Testamento.

EL ANTIGUO TESTAMENTO

Se llama así al conjunto de libros que los judíos consideran sagrados y que constituyen la primera parte de las Biblias cristianas. Los hebreos le llamaban “los escritos”. Para los griegos fue “Bibliae” (plural de “biblos”, papel, libro), pero luego se fue transformando en un singular, “Biblia”. El “error” de traducir un plural por un singular tal vez se base en el deseo de destacar su unidad como libro sagrado. De igual modo, originalmente se hablaba de una Antigua y Nueva Alianza, no de un testamento. La palabra griega “diatheké” significaba testamento, pero también pacto o alianza. El “error” es importante porque en una alianza ambas partes tienen obligaciones y derechos, lo cual se pierde al hablar de un “testamento”.
El Antiguo Testamento fue escrito en hebreo y arameo, y el Nuevo Testamento, en su mayoría, en griego. El hebreo es una lengua simple, de sintaxis sencilla y gran flexibilidad. Se dice que en virtud de la pobreza del idioma los escritores se vieron en la necesidad de recurrir frecuentemente a reiteraciones, paralelismos, comparaciones y metáforas, que son recursos literarios típicos de la Biblia. Se escribe de derecha a izquierda, sólo se escriben las consonantes y originalmente no existía la división de los libros en versículos y capítulos. Esto dificultó su comprensión a medida que el habla del pueblo fue cambiando y se fue olvidando la pronunciación original de las palabras. Al nombre de Dios estaba prohibido pronunciarlo, por lo cual en la Biblia sólo aparecen las consonantes YHWH, el “tetragrama sagrado”. De ahí deriva “Jehová” o “Yahveh”.
Los libros bíblicos fueron escritos en rollos de papiros o pergaminos, conservados en muy malas condiciones. Muchas copias fueron escondidas para eludir la destrucción o persecución, pero pese a ello hoy no queda un solo manuscrito original; los que se poseen han sido elaborados por los “masoretas”, sabios judíos que entre los siglos VI y X se dedicaron a la fijación del texto de la Biblia. Indicaron las vocales que faltaban, la acentuación y la puntuación, dividieron los textos en capítulos y versículos, y agregaron comentarios al margen.
            No toda la literatura hebrea está incluida en el Antiguo Testamento; para determinar qué libros forman parte de la Biblia se toma en cuenta el “canon”, regla de la Iglesia que establece el carácter sagrado o no de los libros. Los libros descartados del canon se consideran apócrifos, que significa supuesto, fingido, y son los que no están confirmados en su autenticidad por la Iglesia. Hay otros que nunca se consideraron sagrados, como los textos encontrados en una cueva del Mar Muerto, en 1947.
Los judíos solo aceptan el CANON HEBREO: 39 libros del Antiguo Testamento. En el CANON ALEJANDRINO el Antiguo Testamento tiene los 39 libros del canon hebreo más 7 libros “apócrifos”. El CANON CRISTIANO, fijado por la Iglesia Católica en el siglo XVI, incluye el Antiguo y Nuevo Testamento.
Los libros del Antiguo Testamento de carácter puramente literario, como los Salmos o El Cantar de los Cantares, son muy pocos. En algunos predomina el interés filosófico o didáctico, como en los Proverbios. En otros los fragmentos poéticos suelen pasar inadvertidos porque se llega a ellos tras muchas páginas de lectura monótona y agotadora. En la poesía hebrea no había rima, si bien pueden aparecer aliteraciones u otros efectos sonoros. Lo fundamental está en el ritmo, el número de sílabas y la colocación de los acentos.
Es frecuente el uso de PARALELISMOS, relación, por similitud u oposición, de dos o más versos, en la forma o en las ideas. Hay tres tipos de paralelismo en la Biblia. El SINONÍMICO tiene versos que dicen lo mismo con distintas palabras, con una estructura sintáctica semejante. (“¡No temas, porque contigo estoy yo!/ ¡No desmayes, porque yo soy tu Dios!”). El ANTITÉTICO es aquel en que un verso expone algo y el siguiente plantea lo opuesto, como en Proverbios: “El que labra su tierra se saciará de pan/ mas el que sigue a los ociosos se hartará de pobreza”. El SINTÉTICO O DE COMPOSICIÓN es una forma compleja: cada verso va añadiendo elementos, componiendo, desarrollando la idea.
En la Biblia se llama “hablar por parábolas” o “por semejanzas” a hacerlo empleando la comparación, metáfora, parábola, alegoría y personificación. Se recurre a ellas buscando una finalidad didáctica, se busca aclarar bien lo que se expresa. Pueden añadir belleza a la expresión, pero esa no es la finalidad principal. Se toman como elementos de referencia los que son sencillos, cotidianos, conocidos por todos.
LOS SALMOS
Su nombre viene del griego Psalmos, que significa originalmente tocar un instrumento de cuerda o cantar al son de dicho instrumento. Son los cánticos religiosos de los hebreos, no eran poemas para ser leídos sino que se cantaban en procesiones o fiestas rituales. El libro de los Salmos tiene 150 poemas, escritos a lo largo de mil años de la historia hebrea. Aparece toda la gama del sentimiento religioso: el desamparo, el temor, la confianza, el amor por su Dios. La tradición atribuyó a David (rey, músico y poeta) un importante número de salmos.
Clasificación según su carácter literario:
a)    HIMNOS. Los de alabanza exhortan a alabar a Yahveh, los de acción de gracias son referidos a una situación dolorosa que ha sido solucionada por su dios, y los mesiánicos anuncian la grandeza futura de los hebreos y el fin de sus enemigos.
b)   PLEGARIAS. En las individuales el hombre enfermo, preso, perseguido, pobre, expone su situación, proclama su inocencia: él no merece ese castigo. Termina con un ruego, que lo recuerde, salve de la muerte, castigue a los que lo angustian. En las colectivas se plantean problemas a nivel nacional: la derrota, el exilio. Se pide el castigo a los enemigos, el favor divino, el retorno a la tierra propia.
c)    CANTOS DE SABIDURÍA: plantean normas morales, exaltan la ley de Yahvé y su cumplimiento, aconsejan la confianza en Dios.

EL NUEVO TESTAMENTO


Es el conjunto de libros sagrados del cristianismo que hablan de la vida y enseñanzas de Jesús. Se compone de 27 libros considerados sagrados: los Evangelios (vida de Jesús), los Hechos de los Apóstoles (difusión de sus ideas), las Epístolas (fundamentación de su doctrina) y el Apocalipsis (libro profético, también llamado Revelación).

Evangelio significa “buena nueva”, y es una narración de la vida de Jesús y sus enseñanzas. Son escritos en griego entre los años 40 y 100 después de Cristo. Se ubican en una provincia del Imperio Romano, Palestina. De los cuatro Evangelios admitidos como sagrados, tres son muy similares, los escritos por Mateo, Marcos y Lucas, y se les conoce como “Evangelios sinópticos”; podrían provenir de la misma tradición oral, o se basaron en un mismo documento primitivo. El Evangelio según San Juan es más metafísico y doctrinario. 

El protagonista de estos libros es conocido con varios nombres en la Biblia: Jesús, Cristo, Mesías, entre otros. No dejó obra escrita pero su historicidad no se discute, ya que ha sido mencionado en numerosas obras de la época. La discusión estaría centrada en demostrar si existieron esos milagros, si era el Mesías, o un simple mortal con un gran carisma personal. La Biblia lo presenta como alguien que acepta su destino trágico sin negar sus enseñanzas, su persona se plantea como modelo de conducta, ideal de justicia, bondad, pureza y sacrificio. 

4° año: Romance del enamorado y la muerte

Romance del enamorado y la muerte
Un sueño soñaba anoche,
Soñito del alma mía,
Soñaba con mis amores
Que en mis brazos los tenía.
Vi entrar señora tan blanca
Muy más que la nieve fría.
- ¿Por dónde has entrado, amor?
¿Cómo has entrado, mi vida?
Las puertas están cerradas,
Ventanas y celosías.
- No soy el amor, amante:
la Muerte que Dios te envía.
- ¡Ay, Muerte tan rigurosa,
déjame vivir un día!
Un día no puede ser,
una hora tienes de vida.
Muy de prisa se calzaba,
Más de prisa se vestía;
Ya se va para la calle,
en donde su amor vivía.
- ¿Cómo te podré yo abrir
si la ocasión no es venida?
Mi padre no fue al palacio
Mi madre no está dormida.
- Si no me abres esta noche,
ya no me abrirás, querida;
la Muerte me está buscando,
junto a tí, vida sería.
- Vete bajo la ventana
donde labraba y cosía,
te echaré cordón de seda
para que subas arriba,
y si el cordón no alcanzare
mis trenzas añadiría.
La fina seda se rompe;
La Muerte que allí venía:
- Vamos, el enamorado,
que la hora ya es cumplida.

4° año. Información sobre romances,

ROMANCES: información general  

ORIGEN
La palabra “romance” deriva de “Roma” y designa al conjunto de lenguas derivadas del latín (castellano, francés, portugués, italiano y rumano). A partir del siglo XIV la palabra también refiere a cierto tipo de poemas.
Los romances se consideran derivados de otros, llamados “cantares de gesta”, que eran extensos, fundamentalmente históricos y épicos, compuestos entre los siglos XII y XIII. El “Cantar del mío Cid” es considerado la primera obra importante que se conserva de la literatura española.
Los cantares de gesta eran recitados por los juglares, profesionales del canto que recorrían los pueblos para brindar a su público tanto entretenimiento como información de sucesos recientes. Se cree que, con el paso del tiempo, el público fue memorizando los fragmentos preferidos del cantar, eliminando elementos narrativos que no eran esenciales. Pedirían al juglar que se detuviera y repitiera, especialmente, tal o cual parte. Con el tiempo los poetas empezaron a componer especialmente textos breves, siguiendo el gusto del público, por imitación de los cantares de gesta. Así surgen los “romances”.

DEFINICIÓN POÉTICA: Un romance es un breve poema de carácter épico-lírico, destinado al canto con acompañamiento de algún instrumento musical. El carácter épico está dado por lo narrativo: se cuentan sucesos. A la vez son líricos, porque aparecen los sentimientos y emociones del autor frente a esos hechos.
DEFINICIÓN FORMAL: Los romances son series indefinidas de versos octosílabos con rima asonante en los versos pares. No están divididos en estrofas, aunque las pausas se dan generalmente en los versos que riman. Quizá esto derive de los versos de los cantares de gesta, que eran de dieciséis sílabas.

CARACTERÍSTICAS
Se llama “Romancero” al conjunto de los romances conocidos. Constituyen el auténtico folklore español, la obra anónima y colectiva de los poetas populares en los siglos XIV, XV y XVI.  Los romances aparecen al final de la Edad Media y revitalizan los asuntos y personajes de los siglos pasados; el carácter medieval aparece en el hecho de ser anónimos, obra colectiva y popular. También muestran una adhesión a los asuntos terrenales que es propia del Renacimiento, que apareció en España tardíamente con respecto al país en que se originó (Italia).
Los romances son ANÓNIMOS, no porque se haya olvidado el nombre del autor, sino porque son una CREACIÓN COLECTIVA. Hubo un autor inicial para el poema, pero luego cada juglar que lo cantó, cada persona que lo fue transmitiendo oralmente a otra, pudo modificarlo un poco. Se olvidaron fragmentos, se le agregaron versos o se cambiaron palabras. Por ejemplo, un romance que comienza “Mira Nero de Tarpeya / a Roma como se ardía” (aludiendo a la contemplación del incendio que destruyó a Roma, por parte de Nerón, desde la roca Tarpeya) se convirtió en “Marinero de Tarpeya…”. Es decir, que los romances son de todos y no son de nadie, son poesía abierta y dinámica. En muchos casos se conservan varias versiones de un mismo romance. Por regla general, la más nueva es la más breve, porque lo más común es que el paso del tiempo los fue acortando, rescatando lo esencial, lo más intenso.
Los romances fueron de TRANSMISIÓN ORAL hasta mediados del siglo XVI. Allí, tal vez como consecuencia de la difusión de la imprenta, aparecen los primeros romanceros, o recopilaciones de romances, como el “Cancionero de romances” de Martín de Nuncio, en 1550, o el “Romancero”, de Lorenzo de Sepúlveda, en 1551. Eran librillos de muy bajo precio, lo que favoreció su divulgación. Fueron despreciados al principio por los nobles, quienes hablaban de “poetas ínfimos”, “aquellos que sin ningún orden, regla ni cuenta fazen estos romances e cantares que las gentes de baja e servil condición se alegran”.
Otra característica es el FRAGMENTARISMO: los romances destacan sólo una situación, sin dar preliminares, ni detalles, ni desenlace. Se suprime todo lo que no es esencial. Se habla de un COMIENZO ABRUPTO, o “in media res” (frase latina que quiere decir “en medio de los hechos”), ya que no hay introducción, no se dan nombres, fechas ni lugares concretos. En general terminan con un FINAL TRUNCO, interrumpiendo el texto en un momento de tensión, como para que el lector lo termine con su imaginación.
Son frecuentes las REITERACIONES, sea de palabras o de frases, que procuran un aumento de la fuerza del romance, a la vez que le dan musicalidad. Un ejemplo es el comienzo del Romance del prisionero: “Que por mayo, era por mayo”.
También abundan los DIÁLOGOS. Hay alternancia de voces, a veces con breves frases introductorias (“Allí habló el Infante Arnaldos”).
Se utilizan recursos de ACTUALIZACIÓN del discurso, los hechos que son del pasado (para el narrador) se muestran como presente (para el lector). Esto se logra con el uso de adverbios de tiempo (como “ya”), o con cambios en los tiempos verbales.
   Muchas veces se da el USO DE DIMINUTIVOS, para intensificar lo afectivo, como al hablar de un “soñito”. Aparece también el GUSTO POR LO SUNTUARIO, es decir, lo lujoso, lo fino, lo que el pueblo que escucha el romance admira, pero no posee.
Los temas de los romances son en general profanos, no religiosos. Los más frecuentes son el sentimiento amoroso, los conflictos entre un rey y sus vasallos y la caída de un príncipe. Se mantienen los mismos asuntos nacionales, revividos una y otra vez. A esto se le llama TRADICIONALISMO. A la vez, se habla de la POPULARIDAD de los romances, ya que son muy gustados por todo tipo de público.

CLASIFICACIÓN
   Podemos hablar de dos criterios principales. Según la época en que se compusieron, hablamos de ROMANCES VIEJOS (anónimos, de transmisión oral, compuestos en los siglos XIV, XV y principios del XVI) y ROMANCES NUEVOS O ARTÍSTICOS (imitación de los viejos, de transmisión escrita, con autor conocido, escritos a partir de la segunda mitad del siglo XVI).
En cuanto a sus temas, diferenciamos cuatro grupos:
a)      Romances heroico-caballerescos: tienen tema español, derivado de los cantares de gesta y las leyendas caballerescas.
b)      Romances noticieros: informan sobre hechos de la época, generalmente relacionados con la guerra entre moros y cristianos
c)      Romances novelescos: se basan en hechos ficticios, derivan de novelas y cuentos.

d)     Romances líricos: se centran en la expresión de emociones, más que en un relato.