martes, 14 de noviembre de 2017

PROGRAMA PARA EL EXAMEN REGLAMENTADO DE LITERATURA (4º año)

PROGRAMA PARA EL EXAMEN REGLAMENTADO DE LITERATURA (4º año)

I) ROALD DAHL: “CORDERO ASADO”.
Comentario del texto en sus aspectos generales y análisis del comienzo, hasta la muerte de Patrick.
II) “ROMANCE DEL ENAMORADO Y LA MUERTE”. 
Concepto de Romancero. Definición de romance. Su origen y relación con los cantares de gesta. Características. Clasificación según criterios temporales y temáticos. Comentario del romance mencionado. 
III) GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER: “RIMA LIII”
El Romanticismo: definición, relación con el neoclasicismo, autores y características del mismo. El Romanticismo español. Rimas de Bécquer. Comentario de la Rima LIII. 
IV) GREGORIO DE LAFERRÈRE: “LAS DE BARRANCO”
El teatro argentino a comienzos del siglo XX. Ubicación histórico-literaria del autor. Información general sobre “Las de Barranco”. Comentario del comienzo hasta la llegada de Linares inclusive (Acto I). Análisis de los principales personajes: María Barranco, sus hijas, Morales y Linares. 
V) FEDERICO GARCÍA LORCA: “LA CASA DE BERNARDA ALBA”
Obra  literaria de García Lorca. “La casa de Bernarda Alba”: título, subtítulo, intención del autor, nombres significantes de los personajes, indicaciones escénicas. Análisis de los principales personajes. Comentario del comienzo hasta la primera conversación a solas entre Bernarda y La Poncia (Acto I), el diálogo Adela-Martirio (Acto II) y el final de la obra, desde que se va Mª Josefa.  
VI) “LAZARILLO DE TORMES”. 
Concepto de siglos de oro españoles. La novela en España en el siglo XVI. El pícaro como personaje, definición y caracterización. Información general sobre el texto. Comentario de la infancia de Lázaro hasta el episodio del toro de piedra.

Prof.  Mariela Rodríguez, noviembre de 2017.

PROGRAMA: EXAMEN REGLAMENTADO DE LITERATURA (5º AÑO)

PROGRAMA: EXAMEN REGLAMENTADO DE LITERATURA (5º AÑO)

1) SÓFOCLES: “Edipo Rey”
   La cultura griega y su influencia en la civilización occidental. El clasicismo griego. Surgimiento del drama en relación con el ditirambo y el mito de Dionisos. Definición de tragedia griega. Las representaciones teatrales: papel del coro y de los actores, los concursos dramáticos, estructura de las obras, principales autores. Concepto de héroe trágico. El mito de Edipo en relación con “Edipo rey”.
   Análisis literario del prólogo y primer episodio de la obra.

2) BIBLIA: “Salmos” 
    El pueblo hebreo: evolución histórica y principales aspectos del mismo. Características de la religión hebrea (monoteísmo, alianza, mesianismo, moral). Conservación y fijación del texto bíblico. Noción de libro religioso, sagrado e inspirado. Concepto de canon. El Antiguo Testamento. Los Salmos (autores, temas, clasificación). 
Análisis literario  del Salmo 1.

    3) DANTE ALIGHIERI : “Divina Comedia”
    La literatura en la Edad Media. La “Divina Comedia” de Dante. Concepción del trasmundo a través de la obra. Estructura externa de la misma. Los reinos de ultratumba y sus características. Principales personajes y episodios. Título, versificación, estilo y temas del texto.
Análisis literario de los cantos I y III del Infierno.

4) WILLIAM SHAKESPEARE: “Macbeth”            
    El teatro isabelino: ubicación histórica, origen, formas de representación, principales autores. Cambios en la estructura y concepción de las obras. El teatro de Shakespeare: temas, antecedentes, fuentes, concepto de drama poético. “Macbeth”: relación entre la base histórica de la obra y los aportes personales del autor. Personajes, temas, elementos sobrenaturales. 
    Comentario de las escenas 1, 3, 5 y 7 del acto I, 2 del acto II y 1 del acto V.

5) MIGUEL DE CERVANTES: “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”
Concepto de siglos de oro españoles. Tipos de novelas en España en la época de Cervantes: de caballerías, picarescas, pastoriles y sentimentales. Información general sobre “Don Quijote”: intención del autor, estructura, personajes, narrador. 
Argumento del capítulo 1 de la primera parte.



Prof. Mariela Rodríguez, Noviembre de 2017.

jueves, 5 de octubre de 2017

5º año: INFORMACIÓN GENERAL SOBRE CERVANTES Y “DON QUIJOTE”



INFORMACIÓN GENERAL SOBRE CERVANTES Y “DON QUIJOTE”

SIGLOS DE ORO ESPAÑOLES

Se conoce con este nombre a un período muy importante para España en lo artístico y literario. Abarca los siglos XVI y XVII, Renacimiento y Barroco respectivamente, época que el español de hoy recuerda a la vez con orgullo (por el esplendor artístico, por la unificación nacional) y vergüenza (por la rígida diferenciación de clases y el racismo existentes en su país por entonces).

RENACIMIENTO
Es una época en que resurgen las ideas y formas de la Antigüedad clásica, modificadas por la influencia de la Edad Media y el cristianismo. 
Se produce un movimiento cultural nuevo, el Humanismo, iniciado en Italia, que considera al hombre el centro del universo y dedica sus esfuerzos al estudio de las letras humanas. Adquieren gran importancia las universidades y florecen los “mecenas”, los protectores de los artistas. Se quiere restaurar el ideal educativo de la Antigüedad, que apuntaba a formar al hombre por igual en lo físico, moral, intelectual y artístico.
Entre los rasgos significativos de la cultura renacentista se destaca el individualismo, el hombre como centro del mundo y dueño de su destino. Hay gran vitalidad en la cultura: en el arte, la literatura, y también se percibe el esplendor de sus cortes y palacios. Es una época de optimismo, en la que se piensa que el universo y la naturaleza están a disposición del ser humano, que se cree capaz de dominarlos racionalmente. La confianza en el poder de la razón explica la idea de progreso propia del Renacimiento: se considera que el saber puede hacer cada vez mejor al hombre. 
España se encuentra unificada en lo político (monarquía), en lo religioso (catolicismo) y en lo lingüístico (castellano), pero esa unidad es todavía inestable. Hay en España muchos judíos y musulmanes “conversos”, que se convirtieron al cristianismo (o lo simularon) para evitar la expulsión del país. 
Pese a las riquezas obtenidas de América, los gastos de las continuas guerras llevaron a la pobreza. Los campos se van despoblando y aumentan los impuestos. La nobleza se organiza en jerarquías; en la cúspide están los títulos más altos (duques, condes, marqueses), luego vienen los caballeros y por último los hidalgos. Todos ellos estaban eximidos de pagar impuestos, por lo que los que no eran nobles hicieron cuanto pudieron para adquirir al menos la categoría de hidalgo, sea por compra de títulos, por soborno o adquisición de tierras. 
Culturalmente, el panorama se va haciendo cada vez más difícil, se publican listas de libros prohibidos y se censura previamente cualquier publicación. La Iglesia y el Estado tienen un fuerte control de todos los asuntos humanos, incluyendo el arte.
La literatura del Renacimiento en general busca la perfección, el orden, la claridad, sencillez, equilibrio y simetría. Es un arte para minorías, severo y exquisito.

BARROCO
El término “barroco” tuvo en su origen un significado peyorativo (“perla irregular”), pero ha sido aceptado luego para definir el conjunto de rasgos propios de la cultura del siglo XVII. No se produce una ruptura con el Renacimiento, sino una continuidad y evolución. Es un período en general visto como confuso, caprichoso y falto de reglas, con una actitud de angustia y decepción, por oposición a la euforia renacentista. Se vuelve a insistir en ideas medievales como la brevedad de la vida, la fugacidad de lo terrenal, el desengaño, una concepción negativa del mundo, que aparece como caos, desorden y confusión. 
En cuanto a las artes, podemos notar que se utiliza una rica ornamentación, con figuras en movimiento, con gran detallismo y expresividad. En pintura, las masas de color sustituyen a las líneas, se buscan los contrastes entre luz y sombras y las perspectivas sorprendentes. “El arte barroco sustituye la serenidad y severidad del arte clásico por un arte acumulativo que busca impresionar los sentidos y la imaginación con estímulos poderosos e inusuales”. Apunta al entendimiento a través de imágenes brillantes y juegos de conceptos, pero también al sentimiento, excitando la admiración, el terror, la compasión y sorpresa del lector. Toca temas pintorescos, grotescos o monstruosos, y se caracteriza por el gusto por lo irregular, lo complicado, detallado, sobrecargado, la exageración, las ambigüedades, los contrastes y las ironías.
Es un siglo de crisis, en el que España ha perdido su supremacía en el continente, las ganancias de las Indias se hacen cada vez menores, hay numerosas guerras, epidemias, decaen la agricultura, la industria y el comercio. La burguesía va perdiendo influencia, la nobleza y el clero acaparan las tierras, dejando gran parte de los campos sin cultivar. La miseria se extiende entre las clases populares, que abandonan el campo, donde la delincuencia es un fenómeno común, y buscan la supervivencia en las grandes ciudades, en las que crece de modo alarmante el número de desempleados, mendigos, pícaros y ladrones.



Miguel de Cervantes

Nació  en 1547; de su época de estudiante datan sus primeros trabajos poéticos. Típico hombre renacentista, su vida se dividió entre las armas y las letras. En ambas su labor fue destacada, aunque no igualmente reconocida. Como soldado, participó en varias batallas, incluyendo la de Lepanto, donde perdió el uso de la mano izquierda. Por ese tiempo fue hecho prisionero por los piratas turcos, y debió estar cautivo en Argel en espera de un rescate por dinero durante cinco años. A su regreso a España se encontró en la mayor pobreza, por lo cual tuvo que desempeñar diversos oficios, hasta el de recaudador de impuestos para la Armada Invencible, que lo lleva a la cárcel en 1602 por deudas y quiebras de sus aseguradores. Tal vez fue en prisión que comenzó a escribir su obra maestra, Don Quijote, ya que de ella afirma que “se engendró en una cárcel, donde toda incomodidad hace su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación”, si bien esto puede haber sido dicho en sentido metafórico, aludiendo a  la cautividad de la vida terrena, al cuerpo cautivo del espíritu.
A partir de la derrota de la Armada Invencible, en 1588, se inicia en España un sentimiento de fracaso generalizado: ya no existe la esperanza de un dominio español mayor. Las novelas de caballerías que satiriza Cervantes en el Quijote habían sido leídas por hombres que creían posible la mayor grandeza. América guardaba para ellos misterios, leyendas, aventuras, todo lo que termina en la época en que aparece esta novela. Este es un tiempo de desengaño, de choque entre la realidad presente y lo soñado.
  La obra de Cervantes comprende poesía lírica, narraciones y obras dramáticas.
a) Poesía lírica: se conservan unas 38 composiciones de variado valor, a veces con formas cultas, a veces con formas populares
b) Dramas: cultivó este autor la comedia, la tragedia y el entremés (obra pequeña, con asuntos cotidianos, con personajes de pueblo y un lenguaje cercano y gracioso), obteniendo un reconocimiento moderado.
c) Narraciones: escribe Cervantes novelas pastoriles (“La Galatea”), caballerescas (“Don Quijote”), de aventuras (“Los trabajos de Persiles y Segismunda”) y una serie de doce novelas breves, de intención moralizante, que él llama “novelas ejemplares”.
Desde la publicación en España de la novela de caballerías “Amadís de Gaula”, los lectores comienzan a deleitarse con las historias grandiosas, aunque inverosímiles, propias de este tipo de obras. Cervantes también las leyó, pero con mirada crítica. Les critica su falta de enseñanza (deleitan, pero no enseñan),que carecen de verdad histórica, que no son verosímiles, que su estilo es muy artificioso. De allí que las parodie en la obra que estudiaremos. Allí hay también personajes y situaciones propios de la novela pastoril y picaresca, si bien el autor no se burla de ellos, tal vez sintiéndolos más cercanos espiritualmente.

“EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA”

Esta obra es hoy considerada el origen de la novela moderna, obra maestra de su autor. Su primera parte apareció publicada en 1605. 
Comienza con una dedicatoria al duque de Béjar, protector de Cervantes, seguida de un prólogo donde el autor, con tono desenfadado, plantea una crítica contra ciertos escritores de su época, deseosos de mostrar su erudición. Era frecuente que las obras aparecieran acompañadas por elogios de personas importantes, y Cervantes plantea que un amigo le aconsejó inventar dichos elogios, ya que no los tenía. Es por eso que a continuación hay una serie de poemas dedicados a Don Quijote, a Dulcinea, a Sancho, poemas firmados por personajes de ficción, que terminan con un diálogo en verso entre el caballo del Cid y el de Don Quijote. La narración propiamente dicha se articula en 52 capítulos, en los cuales se relatan dos salidas del personaje, una en la que va solo y otra en que es acompañado por Sancho, como escudero. Este último es el complemento perfecto para el idealismo de Don Quijote, ya que es un personaje práctico, que sólo cree lo que ve, con lo cual la percepción de la “realidad” no siempre es la misma para el caballero y el escudero. Otros, como el cura y el barbero, reaparecen en distintas partes de la novela. Además hay gran cantidad de personajes episódicos, cada uno con su historia, que complican la intriga. Toda esta acumulación de personajes, de historias, de aventuras, esta complejidad y diversificación de la trama, dan a la obra su carácter abierto y barroco.

La primera parte de la obra es una novela de forma abierta, formada por episodios cuya unidad surge del personaje central y de la relación que él establece con todos los demás.

En 1614, mientras Cervantes estaba escribiendo la segunda parte de la novela, aparece la continuación de la misma, firmada por Fernández de Avellaneda, seudónimo de un autor que no se dio a conocer. Es la suya una versión inferior, con un Quijote antipático y empequeñecido, sin mayor éxito. Esto motivó a Cervantes a desmentirlo reiteradas veces en su segunda parte, que aparece en 1615. Está dedicada al Conde de Lemos, otro protector, y consta de 74 capítulos y una sola salida del personaje, con un estilo más trabajado y preciso, y con mayor unidad de composición. Termina con la muerte del personaje, para evitar continuaciones.

Se discute a veces el origen de la historia, si tiene base real o literaria. Si bien Don Quijote es un personaje de ficción, se habló en la época de casos de personas que perdieron el juicio por leer novelas de caballerías. Por otro lado hay una obra, “El entremés de los romances”, cuyo protagonista enloqueció por leer romances. No sabemos si es o no anterior a la obra de Cervantes, o si influyó en ella.

Cervantes, quien se presenta como autor del prólogo y narración de ambas partes, aparece como recopilador de distintas tradiciones. Afirma la existencia de autores que escribieron sobre el Quijote, para darle verosimilitud, y a partir del capítulo 9 dice apelar a un supuesto manuscrito árabe, de un tal Cide Hamete Benengeli, que parece agotarse en la primera parte, pero reaparece sin explicaciones en la segunda. Benengeli significa “hijo de ciervo”, lo que coincide sugestivamente con el apellido del autor, Es como un juego de espejos: Cervantes crea a Cide Hamete, quien crea a Alonso Quijana, quien crea a Don Quijote...

Por último, digamos que la obra tiene a la vez elementos del estilo barroco y manierista. El carácter barroco está en la forma abierta de la novela, la acumulación de elementos, personajes y acciones, los múltiples contrastes de los personajes y el ritmo dinámico de la narración. El Manierismo fue un estilo artístico y literario de fines del siglo XVI y comienzos del XVII, de espíritu aristocrático, intelectualista. Se da en esta obra en el planteo de la relación entre el creador y el arte, la doble naturaleza del héroe (ridículo y sublime) y la inclusión de narraciones menores dentro de la novela, lo que se conoce como “arte dentro del arte”.

4ºaño: Información para Lazarillo de Tromes




SIGLOS DE ORO ESPAÑOLES

Se conoce con este nombre a un período muy importante para España en lo artístico y literario. Abarca los siglos XVI y XVII, Renacimiento y Barroco respectivamente, época que el español de hoy recuerda a la vez con orgullo (por el esplendor artístico, por la unificación nacional) y vergüenza (por la rígida diferenciación de clases y el racismo existentes en su país por entonces).    

    RENACIMIENTO
    
Es una época en que resurgen las ideas y formas de la Antigüedad clásica, modificadas por la influencia de la Edad Media y el cristianismo. 
Se produce un movimiento cultural nuevo, el Humanismo, iniciado en Italia, que considera al hombre el centro del universo y dedica sus esfuerzos al estudio de las letras humanas. Adquieren gran importancia las universidades y florecen los “mecenas”, los protectores de los artistas. Se quiere restaurar el ideal educativo de la Antigüedad, que apuntaba a formar al hombre por igual en lo físico, moral, intelectual y artístico.
Entre los rasgos significativos de la cultura renacentista se destaca el individualismo, el hombre como centro del mundo y dueño de su destino. Hay gran vitalidad en la cultura: en el arte, la literatura, y también se percibe el esplendor de sus cortes y palacios. Es una época de optimismo, en la que se piensa que el universo y la naturaleza están a disposición del ser humano, que se cree capaz de dominarlos racionalmente. La confianza en el poder de la razón explica la idea de progreso propia del Renacimiento: se considera que el saber puede hacer cada vez mejor al hombre. 
España se encuentra unificada en lo político (monarquía), en lo religioso (catolicismo) y en lo lingüístico (castellano), pero esa unidad es todavía inestable. Hay en España muchos judíos y musulmanes “conversos”, que se convirtieron al cristianismo (o lo simularon) para evitar la expulsión del país. 
Pese a las riquezas obtenidas de América, los gastos de las continuas guerras llevaron a la pobreza. Los campos se van despoblando y aumentan los impuestos. La nobleza se organiza en jerarquías; en la cúspide están los títulos más altos (duques, condes, marqueses), luego vienen los caballeros y por último los hidalgos. Todos ellos estaban eximidos de pagar impuestos, por lo que los que no eran nobles hicieron cuanto pudieron para adquirir al menos la categoría de hidalgo, sea por compra de títulos, por soborno o adquisición de tierras. 
Culturalmente, el panorama se va haciendo cada vez más difícil, se publican listas de libros prohibidos y se censura previamente cualquier publicación. La Iglesia y el Estado tienen un fuerte control de todos los asuntos humanos, incluyendo el arte.
La literatura del Renacimiento en general busca la perfección, el orden, la claridad, sencillez, equilibrio y simetría. Es un arte para minorías, severo y exquisito.    



    BARROCO

El término “barroco” tuvo en su origen un significado peyorativo (“perla irregular”), pero ha sido aceptado luego para definir el conjunto de rasgos propios de la cultura del siglo XVII. No se produce una ruptura con el Renacimiento, sino una continuidad y evolución. Es un período en general visto como confuso, caprichoso y falto de reglas, con una actitud de angustia y decepción, por oposición a la euforia renacentista. Se vuelve a insistir en ideas medievales como la brevedad de la vida, la fugacidad de lo terrenal, el desengaño, una concepción negativa del mundo, que aparece como caos, desorden y confusión. 
En cuanto a las artes, podemos notar que se utiliza una rica ornamentación, con figuras en movimiento, con gran detallismo y expresividad. En pintura, las masas de color sustituyen a las líneas, se buscan los contrastes entre luz y sombras y las perspectivas sorprendentes. “El arte barroco sustituye la serenidad y severidad del arte clásico por un arte acumulativo que busca impresionar los sentidos y la imaginación con estímulos poderosos e inusuales”. Apunta al entendimiento a través de imágenes brillantes y juegos de conceptos, pero también al sentimiento, excitando la admiración, el terror, la compasión y sorpresa del lector. Toca temas pintorescos, grotescos o monstruosos, y se caracteriza por el gusto por lo irregular, lo complicado, detallado, sobrecargado, la exageración, las ambigüedades, los contrastes y las ironías.
  Es un siglo de crisis, en el que España ha perdido su supremacía en el continente, las ganancias de las Indias se hacen cada vez menores, hay numerosas guerras, epidemias, decaen la agricultura, la industria y el comercio. La burguesía va perdiendo influencia, la nobleza y el clero acaparan las tierras, dejando gran parte de los campos sin cultivar. La miseria se extiende entre las clases populares, que abandonan el campo, donde la delincuencia es un fenómeno común, y buscan la supervivencia en las grandes ciudades, en las que crece de modo alarmante el número de desempleados, mendigos, pícaros y ladrones.

“LAZARILLO DE TORMES”

Es una novela, es decir, un relato extenso, en prosa, en el que intervienen personajes y se desarrollan sucesos en un marco social determinado. Se ubica en España, a mediados del siglo XVI, durante el reinado de Carlos V. Podemos encontrar en la época distintos tipos de novelas, a saber:
a) NOVELA DE CABALLERÍA: es la que narra las hazañas de un héroe joven, noble y hermoso, que resulta casi invencible frente a cualquier enemigo, ya sea humano, mago o monstruo. Está por lo general enamorado de una hermosa y virtuosa dama, a quien dedica sus triunfos. 
b) NOVELA SENTIMENTAL: tiene por tema el relato de los amores desventurados, apasionados y trágicos de una pareja, que logra vencer dificultades casi insalvables para llevar a buen término sus sentimientos. 
c) NOVELA PASTORIL: aquí también hay un tema amoroso, pero lo más importante es el marco natural en que se ubican, paisaje muy armónico y pacífico, con pastores cultos, que cantan a sus amadas en bellas poesías. 
d) NOVELA PICARESCA: es en cierta forma la antítesis de las otras, ya que habla de problemas tan reales como el hambre, la hostilidad del mundo, la soledad del individuo. Se trata de un género nuevo, propio de España.
Las novelas picarescas son en general relatos que parecen autobiográficos, es decir que es el propio protagonista el que cuenta su historia. El pícaro es un ser tan insignificante, socialmente hablando, que no tiene alguien que se ocupe de contar su vida: él mismo debe tomar la palabra. Por contraste, el héroe caballeresco siempre tiene un biógrafo, alguien que conoce todas sus hazañas.
Estas novelas se desenvuelven de modo lineal, sin saltos ni cambios bruscos en la temporalidad. Generalmente se presentan como una sucesión de episodios, y tienen como personaje central a un muchacho que pasa por muchos amos y atraviesa una serie de conflictos resueltos con humor. No hay grandes pasiones, y por eso carece de complicaciones trágicas. Su protagonista es con frecuencia antiheroico.
Se define al pícaro como “un mozo nacido casi siempre de padres pobres y de baja extracción, rara vez honrados, el cual por culpa de malas compañías o por falta de instrucción, al verse lanzado a la confusión de la vida y entregado a sí mismo, cae en la vagancia, se aparta del trabajo y lucha contra la vida como puede, con osadía y falta de escrúpulos, con engaño, malicia y malas artes. Su distintivo externo es el aspecto andrajoso, pero no la deformidad física. Sus ocupaciones son el pedir limosna, los bajos trabajos de ocasión, el vagar perezosamente de ciudad en ciudad. La necesidad de vivir lo hace desvergonzado y sin escrúpulos, pero no quisiera ser otra cosa que lo que es, no cambiaría su libre y despreocupada existencia por una sedentariedad honorable, a cambio de una cama y un techo.”
“Lazarillo de Tormes” no coincide con esto en todos los aspectos: él trata de cambiar su suerte, y se siente feliz cuando lo logra. No es, entonces, una típica obra picaresca, sino un antecedente de la misma. Por otra parte la novela picaresca tiene la tendencia a moralizar, a incluir reflexiones morales luego que han transcurrido, en la ficción, muchos años de los hechos narrados. El pícaro solo ve en la vida algo pasajero, que no vale la pena ser tomado en serio ni con mucho esfuerzo. Hay en esto un fondo trágico que el humor no puede borrar, si bien en “Lazarillo” la visión pesimista es menos fuerte. Lázaro es simpático, con una alegría de vivir típicamente renacentista. 
El título de la obra que nos ocupa es “Vida de Lazarillo de Tormes, de sus fortunas y adversidades”. Se supone que tuvo una primera edición en el año 1553, que no se ha conservado. En 1554 se edita la obra en tres ciudades, y cinco años más tarde se prohíbe su circulación en España, aunque muchos ejemplares entraron por los países limítrofes. En 1573 se publica “Lazarillo castigado”, una versión censurada de la obra, sin los tratados que más criticaban al clero, y no volvió a ser editada en forma completa hasta el siglo XIX. En cuanto a la fecha de composición, es incierta, apenas delimitada por dos alusiones históricas presentes en el texto: se menciona la batalla de los Gelves, contra los moros, lo cual nos ubicaría en 1510 o 1520, y también las cortes de Toledo, que se desarrollaron en 1525 y 1538.
El autor de la obra prefirió ocultar su identidad, lo que ha dado pie a muchas teorías sobre los motivos que lo llevaron al anonimato. ¿Sería un destacado político, o un religioso, que no quiso arriesgar su prestigio en esta obra? ¿Un judío converso? ¿O tal vez alguien inhibido por el carácter autobiográfico de la obra? Lo cierto es que no se sabe con certeza quién fue.
No pasó mucho tiempo antes de que aparecieran continuadores para obra tan exitosa como esta. Nuevas versiones continuaron surgiendo, incluso en pleno siglo XX.
En cuanto a su estructura, la novela cuenta en primera persona la vida de un joven que pasa de amo en amo, desde su infancia hasta su juventud. Se narra la vida de Lázaro, a la vez que se describe un cuadro de su sociedad con intención crítica, describiendo sus tipos y costumbres. La obra está desarrollada como una sucesión de episodios de desigual extensión. Se organiza en siete tratados y un prólogo, y su unidad se asegura por la figura del personaje central, siempre presente. Los distintos amos sirven para presentar a distintas clases de personas de la época: los mendigos, los curas, los nobles empobrecidos, los artistas, por ejemplo.
El argumento de la novela al final muestra el estado de miseria y deshonor al que las circunstancias habrían conducido a Lázaro. Los tres primeros tratados están centrados en el tema del hambre, así como los últimos tienen en común el afán de ascenso social y el paralelo descenso moral del protagonista. Lazarillo es un tipo humano, que va madurando y perdiendo ingenuidad a lo largo de la obra, hasta terminar en el desilusionado conformismo del final, cuando acepta una situación indigna al ser engañado por su esposa –si bien nunca lo reconoce abiertamente- con el jefe de ambos, el Arcipreste de San Salvador, a cambio de casa, ropa y trabajo.
El estilo en este libro es sobrio, nunca se acumulan detalles innecesarios, las descripciones y los diálogos son sencillos, sin elementos fantásticos. La novedad de la obra estaba en el uso de la primera persona: toda la novela parece ser una carta dirigida a alguien a quien el protagonista llama “vuestra merced”. Lázaro no cuenta toda su vida, sino aquello que quiere mostrar para explicar (y justificar) su forma de vivir. 

domingo, 1 de octubre de 2017

5º año Artístico: segunda prueba

La propuesta para la segunda prueba de 5º año Diversificación Artística implica una o dos instancias, dependiendo de la última calificación del estudiante después del escrito de Shakespeare. Todos deben realizar la propuesta creativa, pero solo quienes tienen calificación 7 o menos deberán hacer también la prueba escrita (y en ese caso la nota será un promedio entre ambas). 


PRUEBA ESCRITA

Si la calificación es 1, 2, 3 o 4 el estudiante deberá preparar la información y el análisis de tres unidades (cada unidad implica un autor y un texto), si es 5 o 6, dos, y si es 7 preparará solo una. Los estudiantes que tengan calificación de 8 o más no tienen que hacer la parte escrita. El día de la prueba vienen a clase y tendrán una tarea grupal para desarrollar con otros compañeros.
Los autores propuestos son los estudiados en la segunda mitad del año, es decir Dante, Shakespeare y Cervantes. Según cuánto hayamos dado de cada uno la docente elegirá qué autor/es le tocará preparar a cada persona.
Cabe aclarar que esta modalidad de prueba diferenciada no busca castigar a quien hasta ahora no ha alcanzado una buena calificación sino, por el contrario, premiar a quien ha tenido un buen desempeño en el curso.



PROPUESTA CREATIVA

La propuesta es elegir un fragmento de uno de los textos que hemos dado en el curso y crear, a partir de él, una obra nueva, que puede ser: un corto, una animación, una recreación fotográfica, una representación teatral, un audiotexto u otra forma de expresión artística, previa consulta con la profesora.
Debe existir una sólida fundamentación de la propuesta desarrollada; la profesora puede interrogar a cualquier integrante del equipo respecto a sus decisiones artísticas y los por qués de las mismas. 
La evaluación de esta propuesta tendrá en cuenta el conocimiento del texto demostrado, la creatividad, el esfuerzo invertido y el ajuste a la tarea solicitada.

Se realizará en forma individual o grupal, con un máximo de cuatro integrantes, que pueden ser de diferentes clases, si lo desean (2DA1 y 2DA2). En caso de optar por una creación literaria o plástica (un cuadro, una escultura) solo se aceptarán trabajos individuales.
El plazo para presentar esta parte de la prueba tiene como último plazo  el viernes 27 de Octubre. Las obras serán presentadas en clase. 

Por consultas: laprofedelit@gmail.com
¡Suerte, y a sacar lo mejor de todos!

martes, 15 de agosto de 2017

5º año: información del W. Shakespeare









WILLIAM SHAKESPEARE


Vivió en el Renacimiento, período cuyo nombre deriva del interés que se despertó por la antigüedad grecolatina y por el conocimiento científico en general. En el plano ideológico, es importante recordar que en esta época se produce el paso del teocentrismo al antropocentrismo: el interés por el hombre y sus posibilidades pasa a un primer plano.

Al igual que en el resto del mundo, las expresiones teatrales tienen un origen religioso. Durante la Edad Media las modalidades fundamentales del teatro eran MILAGROS (representaciones de la vida de los santos), MISTERIOS (historia sagrada) y MORALIDADES (representaciones de carácter alegórico que planteaban la lucha entre el bien y el mal). Hubo también INTERLUDIOS (piezas breves de carácter profano, que criticaban las costumbres de la época para divertir a su público).

Se llama TEATRO ISABELINO a la producción teatral comprendida entre la asunción de Isabel en 1559 y el cierre de los teatros dispuesto por el parlamento en 1642, cuando reinaba Carlos I. Esta época se conoce como la “era isabelina”, donde se pone fin a un período de luchas dinásticas y religiosas y conflictos internacionales. A treinta años de su reinado Isabel había logrado robustecer el espíritu de nacionalidad, derrotando a España con la destrucción de la “armada invencible” y logrando la uniformidad religiosa. La economía y la sociedad se hallaban en plena expansión y la cultura se encontraba en su apogeo. La reina se interesó en particular por el desarrollo del arte y la cultura y con ello se produce el auge del teatro. 

Este teatro se aparta de dos unidades aristotélicas (de tiempo, de espacio) y su tipo más corriente es aquel donde los personajes luchan contra acontecimientos sobre los cuales no tienen poder. A diferencia de la tragedia clásica, incluye motivos reideros que sirven para relajar la tensión del espectador. El ingreso de un grupo de autores (entre ellos Shakespeare), llamados “ingenios universitarios” posibilitó un teatro que integrará armónicamente el drama culto y el popular. 

El primer edificio teatral se construyó fuera de Londres, porque la iglesia reformada y el partido republicano condenaban al teatro como causa de corrupción y pecado. Esto explica que las mujeres no pudieran actuar, lo cual hubiera sido muy mal visto, lo que llevó a que los papeles femeninos estuvieran a cargo de adolescentes. Las compañías estaban compuestas por unos quince actores, que a veces llegaron a constituir fuertes sociedades económicas. Estaban autorizadas a actuar con el nombre del noble que les servía de patrón y a ellas se unía a veces un escritor, como en los casos de Shakespeare y Marlowe, quienes escribían exclusivamente para su compañía, que tenía los derechos sobre sus obras.

Al principio, las representaciones se hacían en las posadas, que tenían patios centrales rodeados de galerías. El escenario se colocaba a un extremo del patio. Cuando estas funciones fueron prohibidas hubo que construir locales especiales. En 1576 se edificó en Londres “El teatro”, al que siguieron “El Telón”, “La Rosa”y “El Globo”, que fue el más conocido porque Shakespeare fue su copropietario.

Se actuaba al aire libre, sin escenografía pero con un lujoso vestuario. El espectador no tenía, entonces, ayudas visuales para localizar los hechos, lo que explica el rápido cambio de escenas que es característico de este teatro. La importancia residía en el texto de las obras y el peso del espectáculo en el poder de los actores para crear la ilusión.

El edificio teatral era de forma circular o hexagonal, sin techo. Uno de los lados correspondía a la escena y los otros estaban recorridos por una galería, donde se ubicaba parte del público. La escena consistía en una plataforma de poco más de un metro de alto que avanzaba sobre lo que ahora es la platea, separada de los vestuarios por una simple cortina y sin telón al frente, por lo que todos los cambios se hacían a la vista del público. Este escenario, como todo el teatro, tiene tres pisos, cada uno de ellos con un balcón central y dos ventanas a los lados, utilizados para las escenas como la del balcón en “Romeo y Julieta”. Había tres áreas de actuación: en el proscenio se realizaban las batallas, los duelos y las fiestas. En la parte trasera, en una alcoba cubierta por una cortina, se consumaban los adulterios y los fallecimientos. El balcón podía representar lo mismo la habitación de una doncella o las murallas de una fortaleza. Una trampa colocada en el suelo dejaba paso a los espectros y demonios, mientras que del techo (o cielo) descendían los seres celestiales. Como se comprende, un teatro semejante recurría constantemente a la complicidad de los espectadores.

William Shakespeare incursionó en diversas modalidades dentro del género dramático, desde la comedia a la tragedia, pasando por los dramas de carácter histórico, e insertando muchas veces momentos humorísticos o grotescos en medio de lo trágico. Como todo hombre del Renacimiento, recibió la influencia de los autores griegos y latinos, pero fue innovador en cuanto a la estructura formal de sus obras, ya que no se guió por las tres unidades que regían el teatro griego: en sus obras hay frecuentes cambios espaciales y el tiempo transcurre más allá de las 24 hs. establecidas. Hay también una alternancia de los pasajes en prosa y los pasajes en verso por lo que en muchas oportunidades se habla de ellas como “dramas poéticos”.

Atrajo a los más diversos públicos, porque daba a cada uno lo que quería ver. Tal vez una de las razones por las que hoy se sigue representando sea por lo verosímil que resultan sus personajes, con sus contradicciones, sus debilidades y virtudes. Sus obras traen mensajes universales, válidos hasta hoy, pero fueron también representativas de la atmósfera de su tiempo: la magia, lo sobrenatural, la confianza en el hombre, lo engañoso de las apariencias, son temas frecuentes.

Se discutió durante mucho tiempo si Shakespeare fue el autor de los dramas que se estrenaron e imprimieron con su nombre o si fue una pantalla para otro autor que quería permanecer en el anonimato por razones particulares. Se propusieron varios nombres al respecto, ninguno comprobable, y la cuestión quedó de lado. 

Este autor no inventó todos los argumentos de sus obras, sino que estos provienen a veces de textos de otros autores, mejorados por él, de la historia de su país o de leyendas. Entre 1580 y 1600 aparece una serie de obras históricas con el nombre común de “crónicas”, como la de Holinshed, que fue una de sus fuentes directas de información. Además de las fuentes literarias, es posible señalar la influencia de temas reales, contemporáneos del escritor, que él supo dramatizar.

Para Shakespeare el hombre es la sede de las luchas entre el bien y el mal y el drama es la expresión artística de esa lucha. La obra de teatro es concebida como la lucha entre un destino y un carácter que pretende destruir el orden, lucha en la cual el individuo es aniquilado por la justicia eterna que le castiga y restablece el orden. Los protagonistas de sus obras son “caracteres”, concebidos con la complejidad y posibilidades de cambio propias de un ser humano, no “tipos”, representantes de una pasión o virtud determinada.

El gusto por los elementos sobrenaturales, que estaba en todos los espectadores isabelinos, fue sabiamente explotado por el poeta. En las brujas, las hadas y fantasmas, se encarna un mundo maravilloso con una presencia efectiva en el mundo humano. En ese mundo creía Shakespeare y creían sus espectadores, que frecuentemente veían quemar brujas; creía hasta el mismo rey, Jacobo, que había escrito un tratado sobre demonología. Pero también el dramaturgo lo usa como recurso dramático allí donde lo necesita. También está lo maravilloso psicológico, en forma de alucinaciones, que es la manera dramática de expresar el desorden interior, la angustia o el miedo de sus personajes.

4º año: EL TEATRO DE FEDERICO GARCÍA LORCA





EL TEATRO DE FEDERICO GARCÍA LORCA

La producción teatral de Lorca, compuesta sobre todo en sus últimos años de vida, es hoy admirada, representada y leída en todo el mundo. Su temática profunda está relacionada con el conflicto entre el deseo y la realidad y eso lleva a muchos de sus personajes, especialmente femeninos, a destinos trágicos. Las mujeres en la España de comienzos del siglo XX eran marginadas, y por ello gozan del apoyo del autor, quien habló una vez de su “comprensión simpática de los perseguidos: del gitano, del negro, del judío, del morisco que todos llevamos dentro”. La frustración vital de sus personajes se da a la vez en dos planos: en lo social (carga de prejuicios y convenciones sociales) y en lo metafísico (por el paso del tiempo y la posibilidad de la muerte).
El suyo es un “teatro poético”, cargado de elementos simbólicos (como la luna, el agua, el caballo, la sangre), metáforas y comparaciones originales. Para Lorca “el teatro es la poesía que se levanta del libro y se hace humana. Y al hacerse, habla y grita, llora y se desespera”. Aparece una idea didáctica del teatro, “una escuela de llanto y de risa, y una tribuna libre donde los hombres pueden poner en evidencia morales viejas o equívocas, y explicar con ejemplos vivos normas eternas del corazón y del sentimiento del hombre”.
Este autor mezcla el verso y la prosa; en sus últimas obras predomina esta última, aunque el lenguaje sea esencialmente poético. Recibe influencia de autores clásicos (como Lope de Vega), de los dramas rurales, el teatro de títeres y el teatro experimental o de vanguardia.
“La casa de Bernarda Alba” fue escrita en pocos días. Lorca la leyó a varios amigos en sus últimos meses. Lo subtitula como “drama” y no tragedia (pese a que hay una muerte) porque no hay elementos míticos y por el realismo del lenguaje, de tono coloquial, aunque es tragedia por lo inexorable de la frustración y la necesidad de la catástrofe final.
La obra empieza y termina con una muerte. 
Comienza por el luto de 8 años que impone una madre a sus hijas, lo que exagera una costumbre real y genera una situación límite. Los temas de la obra son el enfrentamiento entre autoridad y libertad y el conflicto entre realidad y deseo. Aparecen también los temas de la moral tradicional y la presión social sobre los individuos, las diferencias sociales y la condición de la mujer en la sociedad española de su época.
La acción transcurre en un espacio cerrado (la casa), que es el mundo del luto, de la ocultación, del silencio. Se alude a la casa con palabras como “presidio”, “infierno” o “convento”. Del mundo exterior llegan ecos, historias, voces. Es el mundo del “qué dirán”, de la crítica y las convenciones. Se describe como “este maldito pueblo sin río, pueblo donde siempre se bebe el agua con miedo a que esté envenenada”.

Bernarda representa el autoritarismo, habla casi siempre ordenando o prohibiendo algo y pretende que la realidad se adapte a sus deseos. Su bastón representa el poder que posee sobre los demás. Las hijas tienen una gama de actitudes, desde la mayor sumisión a la rebeldía más abierta. Viven en una reclusión impuesta y están más o menos obsesionadas por lo erótico. En cuanto a la abuela, María Josefa, en sus palabras se mezclan locura y realidad al enunciar el deseo de salir, de casarse y de ser madres, que sienten las hijas de Bernarda. 

martes, 6 de junio de 2017

4º año: link para acceder a Las de Barranco, de Gregorio de Laferrère.

http://www.biblioteca.org.ar/libros/150081.pdf

DIVINA COMEDIA: INFIERNO, CANTOS 1 Y 3

CANTO I
            A la mitad del viaje de nuestra vida me encontré en una selva oscura, por haberme apartado del camino recto. ¡Ah! Cuán penoso me sería decir lo salvaje, áspera y espesa que era esta selva, cuyo recuerdo renueva mi pavor, pavor tan amargo, que la muerte no lo es tanto. Pero antes de hablar del bien que allí encontré, revelaré las demás cosas que he visto. No sé decir fijamente cómo entré allí; tan adormecido estaba cuando abandoné el verdadero camino. Pero al llegar al pie de una cuesta, donde terminaba el valle que me había llenado de miedo el corazón, miré hacia arriba, y vi su cima revestida ya de los rayos del planeta que nos guía con seguridad por todos los senderos. Entonces se calmó algún tanto el miedo que había permanecido en el lago de mi corazón durante la noche que pasé con tanta angustia; y del mismo modo que aquel que, saliendo anhelante fuera del piélago, al llegar a la playa, se vuelve hacia las ondas peligrosas y las contempla, así mi espíritu, fugitivo aún, se volvió hacia atrás para mirar el lugar de que no salió nunca nadie vivo.
            Después de haber dado algún reposo a mi fatigado cuerpo, continué subiendo por la solitaria playa, procurando afirmar siempre aquel de mis pies que estuviera más bajo. Al principio de la cuesta, aparecióseme una pantera ágil, de rápidos movimientos y cubierta de manchada piel. No se separaba de mi vista, sino que interceptaba de tal modo mi camino, que me volví muchas veces para retroceder. Era a tiempo que apuntaba el día, y el sol subía rodeado de aquellas estrellas que estaban con él cuando el amor divino imprimió el primer movimiento a todas las cosas bellas. Hora y estación tan dulces me daban motivo para augurar bien de aquella fiera de pintada piel. Pero no tanto que no me infundiera terror el aspecto de un león que a su vez se me apareció; figuróseme que venía contra mí, con la cabeza alta y con un hambre tan rabiosa, que hasta el aire parecía temerle. Siguió a éste una loba que, en medio de su demacración, parecía cargada de deseos; loba que ha obligado a vivir miserable a mucha gente. El fuego que despedían sus ojos me causó tal turbación, que perdí la esperanza de llegar a la cima. Y así como el que gustoso atesora y se entristece y llora con todos sus pensamientos cuando llega el momento en que sufre una pérdida, así me hizo padecer aquella inquieta fiera, que, viniendo a mi encuentro, poco a poco me repelia hacia donde el sol se calla. Mientras yo retrocedía hacia el valle, se presentó a mi vista uno, que por su prolongado silencio parecía mudo.
            Cuando le vi en aquel gran desierto:
            - Piedad de mí -le grité- quienquiera que seas, sombra u hombre verdadero.          Respondióme:
            - No soy ya hombre, pero lo he sido; mis padres fueron lombardos y ambos tuvieron a Mantua por patria. Nací sub Julio, aunque algo tarde, y vi Roma bajo el mando del buen Augusto en tiempo de los dioses falsos y engañosos. Poeta fui, y canté a aquel justo hijo de Anquises, que volvió de Troya después del incendio de
la soberbia llión. Pero, ¿por qué te entregas de nuevo a tu aflicción? ¿Por qué no asciendes al delicioso monte, que es causa y principio de todo goce?
            - ¡Oh! ¿Eres tú aquel Virgilio, aquella fuente que derrama tan ancho raudal de elocuencia? -le respondí ruboroso-. ¡Ah!, ¡honor y antorcha de los demás poetas! Válganme para contigo el prolongado estudio y el grande amor con que he leído y meditado tu obra. Tú eres mi maestro y mi autor predilecto; tú sólo eres aquél de quien he imitado el bello estilo que me ha dado tanto honor. Mira esa fiera debido a la cual retrocedía; líbrame de ella, famoso sabio, porque a su aspecto se estremecen mis venas y late con precipitación mi pulso.
            - Te conviene seguir otra ruta -respondió al verme llorar-, si quieres huir de este sitio salvaje; porque esa fiera que te hace prorrumpir en tales lamentaciones no deja pasar a nadie por su camino, sino que se opone a ello matando al que a tanto se atreve. Su instinto es tan malvado y cruel, que nunca ve satisfechos sus ambiciosos deseos, y después de comer tiene más hambre que antes. Muchos son los animales a quienes se une, y serán aun muchos más hasta que venga el Lebrel y la haga morir entre dolores. Éste no se alimentará de tierra ni de peltre, sino de sabiduría, de amor y de virtud, y su patria estará entre Feltro y Feltro. Será la salvación de esta humilde Italia, por quien murieron de sus heridas la virgen Camila, Euríalo y Turno y Niso. Perseguirá a la loba de ciudad en ciudad hasta que la haya arrojado en el infierno, de donde en otro tiempo la hizo salir la envidia. Ahora, por tu bien, pienso Y veo claramente que debes seguirme; yo seré tu guía, y te sacaré de aquí para llevarte a un lugar eterno, donde oirás aullidos desesperados; verás los espíritus dolientes de los antiguos condenados, que llaman a gritos a la segunda muerte; verás también a los que están contentos entre las llamas, porque esperan, cuando llegue la ocasión, tener un puesto entre los bienaventurados. Si quieres, en seguida, subir hasta ellos, te acompañará en este viaje un alma más digna que yo, te dejaré con ella cuando yo parta; pues el Emperador que reina en las alturas no quiere que por mediación mía se entre en su ciudad, porque fui rebelde a su ley. Él impera en todas partes y reina arriba; arriba está su ciudad y su alto solio: ¡Oh! ¡Feliz el elegido para su reino!
            Y yo le contesté:
- Poeta, te requiero por ese Dios a quien no has conocido, que me hagas huir de este mal y de otro peor; condúceme adonde has dicho, para que yo vea la puerta de San Pedro y a los que, según dices, están tan desolados.
Entonces se puso en marcha, y yo seguí tras él.

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CANTO III
            Por mí se va a la ciudad del llanto; por mí se va al eterno dolor; por mí se va hacia la raza condenada; la justicia animó a mi sublime arquitecto; me hizo la divina potestad, la suprema sabiduría y el primer amor. Antes que yo no hubo nada creado, a excepción de lo eterno, y yo duro eternamente. ¡Oh vosotros los
que entráis, abandonad toda esperanza!
            Vi escritas estas palabras con caracteres negros en el dintel de una puerta, por lo cual exclamé:
            - Maestro, el sentido de estas palabras me causa pena.
            Y él, como hombre lleno de prudencia me contestó:
            - Conviene abandonar aquí todo temor; conviene que aquí termine toda cobardía. Hemos llegado al lugar donde te he dicho que verías a la dolorida gente, que ha perdido el bien de la inteligencia.
            Y después de haber puesto su mano en la mía con rostro alegre, que me reanimó, me introdujo en medio de las cosas secretas. Allí, bajo un cielo sin estrellas, resonaban suspiros, quejas y profundos gemidos, de suerte que al escucharlos comencé a llorar. Diversas lenguas, horribles blasfemias, palabras de dolor, acentos de ira, voces altas y roncas, acompañadas de palmadas, producían un tumulto que va rodando siempre por aquel espacio eternamente oscuro, como la arena impelida por un torbellino. Yo, que estaba horrorizado, dije:
            - Maestro, ¿qué es lo que oigo, y qué gente es ésa, que parece doblegada por el dolor?
            Me respondió:
            - Esta miserable suerte está reservada a las tristes almas de aquellos que vivieron sin merecer alabanzas ni vituperio; están confundidas entre el perverso coro de los ángeles que no fueron rebeldes ni fieles a Dios, sino que sólo vivieron para sí. El Cielo los lanzó de su seno por no ser menos hermoso, pero el profundo Infierno no quiere recibirlos por la gloria que con ello podrían reportar los demás culpables.
            Y yo repuse:
            - Maestro, ¿qué cruel dolor les hace lamentarse tanto?
            A lo que me contestó:
            - Te lo diré brevemente. Éstos no esperan morir; y su ceguedad es tanta, que se muestran envidiosos de cualquier otra suerte. El mundo no conserva ningún recuerdo suyo; la misericordia y la justicia los desdeñan: no hablemos más de ellos, míralos y pasa adelante.
Y yo, fijándome más, vi una bandera que iba ondeando tan de prisa, que parecía desdeñosa del menor reposo; tras ella venía tanta muchedumbre, que no hubiera creído que la muerte destruyera tan gran número. Después de haber reconocido a algunos, miré más fijamente, y vi la sombra de aquel que por cobardía hizo la gran renuncia. Comprendí inmediatamente y adquirí la certeza de que aquella turba era la de los ruines que se hicieron desagradables a los ojos de Dios y a los de sus enemigos. Aquellos desgraciados, que no vivieron nunca, estaban desnudos, y eran molestados sin tregua por las picaduras de las moscas y de las avispas que allí había; las cuales hacían correr por su rostro la sangre, que mezclada con sus lágrimas, era recogida a sus pies por asquerosos gusanos.
            Habiendo dirigido mis miradas a otra parte, vi nuevas almas a la orilla de un gran río, por lo cual, dije:
            - Maestro, dígnate manifestarme quiénes son y por qué ley parecen ésos tan prontos a  atravesar el río, según puedo ver a favor de esta débil claridad.
            Y él me respondió:
            - Te lo diré cuando pongamos nuestros pies sobre la triste orilla del Aqueronte.
            Entonces, avergonzado y con los ojos bajos, temiendo que le disgustasen mis preguntas, me abstuve de hablar hasta que llegamos al río. En aquel momento vimos un anciano cubierto de canas, que se dirigía hacia nosotros en una barquichuela, gritando:
            - ¡Ay de vosotras, almas perversas! No esperéis ver nunca el Cielo. Vengo para conduciros a la otra orilla, donde reinan eternas tinieblas, en medio del calor y del frío. Y tú, alma viva, que estás aquí, aléjate de entre esas que están muertas. Pero cuando vio que yo no me movía, dijo: Llegarás a la playa por otra orilla, por otro puerto, mas no por aquí: para llevarte se necesita una barca más ligera.
            Y mi guía le dijo:
            - Carón, no te irrites. Así se ha dispuesto allí donde se puede todo lo que se quiere; y no preguntes más.
            Entonces se aquietaron las velludas mejillas del barquero de las lívidas lagunas, que tenía círculos de llamas alrededor de sus ojos. Pero aquellas almas, que estaban desnudas y fatigadas, no bien oyeron tan terribles palabras, cambiaron de color, rechinando los dientes, blasfemando de Dios, de sus padres, de la especie humana, del sitio y del día de su nacimiento, de la prole de su prole y de su descendencia: después se retiraron todas juntas, llorando fuertemente, hacia la orilla maldita en donde se espera a todo aquel que no teme a Dios. El demonio Carón, con ojos de ascuas, haciendo una señal, las fue reuniendo, golpeando con su remo a las que se rezagaban; y así como en otoño van cayendo las hojas una tras otra, hasta que las ramas han devuelto a la tierra todos sus despojos, del mismo modo los malvados hijos de Adán se lanzaban uno a uno desde la orilla, a aquella señal, como pájaros que acuden al reclamo. De esta suerte se fueron alejando por las negras ondas, pero antes de que hubieran saltado en la orilla opuesta, se reunió otra nueva muchedumbre en la que aquéllas habían dejado.
            - Hijo mío -me dijo el cortés Maestro-, los que mueren en la cólera de Dios acuden aquí de todos los países, y se apresuran a atravesar el río, espoleados de tal suerte por la justicia divina, que su temor se convierte en deseo. Por aquí no pasa nunca un alma pura; por lo cual, si Carón se irrita contra ti, ya conoces ahora el motivo de sus desdeñosas palabras.
Apenas hubo terminado, tembló tan fuertemente la sombría campiña, que el recuerdo del espanto que sentí aún me inunda la frente de sudor. De aquella tierra de lágrimas salió un viento que produjo rojizos relámpagos, haciéndome perder el sentido y caer como un hombre sorprendido por el sueño.

Dante: Información



INFORMACIÓN SOBRE "DIVINA COMEDIA"
LA EDAD MEDIA
El estudio de la época a la cual pertenece es fundamental para acercarse a la obra de Dante Alighieri, de la que se dice que es una "síntesis del pensamiento medieval". Recordemos que la Edad Media comprende un extenso período de tiempo, de los siglos V al XV aproximadamente, y que en general ha sido vista como una época de "oscurantismo". Los últimos cinco siglos, llamados “Baja Edad Media”, suponen un renacer en todos los planos de la actividad humana. Comienzan a resurgir las ciudades y la economía se hace monetaria y mercantil; los caminos se animan y llenan de viajeros y las clases altas comienzan a ver en el lujo en el vestido, en la mesa o en la ornamentación de la casa un símbolo de poder y un disfrute de lo terrenal.
El hombre cambia su visión de la divinidad, del miedo que lo dominaba en el comienzo de la Edad Media pasa ahora a sentirse protegido por un amoroso ser superior. El culto a la virgen María pasa a un primer plano y se la ve como intermediaria ideal entre el hombre y Dios. Por otra parte, la educación se va separando del poder de la Iglesia y surgen las primeras Universidades. Poco a poco las lenguas romances se van independizando del latín.

DANTE ALIGHIERI

Nace en mayo de 1265 en un pueblito cercano a Florencia. Esta era en ese momento una ciudad dividida en dos bandos políticos llamados güelfos y gibelinos.
A los nueve años de edad Dante ve por primera vez a Beatrice de Portinari, a quien inmortalizará en su obra. De este encuentro dirá: “mi espíritu quedó tan preocupado que fue inhábil para todo, entregado por completo mi pensamiento al de la hermosa y gentil criatura”. Esta joven, que se casa con otro hombre en 1283, muere poco después, en 1290. Cinco años más tarde, Dante contrae matrimonio con Gemma Donati, con la que tendrá tres hijos, pero no olvidará sus fugaces encuentros con Beatrice, aunque estos no pasaran de un simple intercambio de saludos. Ella será la figura inmortal de “La Vita Nova” y será también la conductora de Dante en el Paraíso, en “La Divina Comedia”.
A partir de 1302 el poeta debe ir al exilio como consecuencia de su compromiso con sus ideales políticos, mientras las luchas civiles se continuaban en su ciudad natal, a la que él nunca podrá retornar. Muere en Rávena, en 1321.

LA DIVINA COMEDIA

La “Commedia” es un extenso poema escrito por Dante en lengua vulgar (es decir, no en latín), con 14.333 versos, obra maestra de la literatura italiana. Cuando hablamos de una comedia nos referimos a una obra dramática, y no parece lógico aplicar tal término a una obra que no está escrita para ser representada, sino que es un poema narrativo. El título tiene, sin embargo, su justificación porque en esa época se ponía mayor atención al contenido que a la forma para determinar la pertenencia a un género literario. La Comedia va de un comienzo agitado a un final sereno y tranquilo (del Infierno al Paraíso), y está escrita en lengua vulgar (toscano) y no en latín, como se acostumbraba. En el siglo XIV Bocaccio le agregó el calificativo “divina” por su calidad estética y su tema religioso.
La composición se ubica en los años de exilio de Dante. Se supone que el Infierno habría sido terminado alrededor de 1308, el Purgatorio hacia 1313 y el Paraíso poco antes de morir, en 1321. Narra un viaje por los tres reinos de ultratumba, tal como eran concebidos por la Iglesia de su época: Infierno, Purgatorio y Paraíso. La idea de ubicar la obra en el más allá no es original de Dante: en la antigüedad grecolatina hubo autores como Homero (“La Odisea”) y Virgilio (“La Eneida”) que hacen descender a sus personajes al mundo de los muertos. En cada región el poeta habrá de encontrarse con distintos espíritus, algunos procedentes del mundo real y otros que son solo mitos.

ESTRUCTURA:

Está escrita en versos de once sílabas (endecasílabos) agrupados en estrofas de tres versos (tercetos) con rima consonante, ya que riman el primer y tercer verso de cada estrofa, mientras el segundo marca la rima para la estrofa siguiente.
Estructuralmente es de una simetría rigurosa. Está compuesta por cien cantos, número considerado perfecto. Estos cantos se distribuyen en tres grandes partes, llamadas cánticas: el Infierno, con un canto de introducción y 33 cantos, el Purgatorio, con 33 cantos, y el Paraíso, con 33 cantos. Se nota una preocupación cabalística por parte del autor, el cual insiste en varias oportunidades con el número 3 y sus múltiplos. Este número tenía gran importancia para el cristianismo, derivado de la Santísima Trinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
LOS TRES REINOS

Para Dante, según el sistema de Tolomeo, nuestro planeta está inmóvil en el centro del mundo y a su alrededor giran las esferas celestes en las que están suspendidos el Sol, los planetas, las estrellas.
INFIERNO es la región de los condenados eternos, reina el dolor y la desesperanza, no existe posibilidad de salir y los castigos se repetirán idénticamente por siempre. Es un mundo de oscuridad, sin Sol y sin estrellas, reflejo de la condición moral del alma de los condenados. Una rica escenografía será el marco de este lugar, donde hay puertas, tumbas, murallas, castillos, ríos, lagunas, gusanos, serpientes, demonios, etc. Dante es guiado aquí y en la mayor parte del Purgatorio por Virgilio, escritor de la Antigüedad.
Dante lo concibe dividido en nueve círculos. A medida que se desciende el espacio es menor y más grave el pecado, hasta llegar al último círculo, el de los traidores, donde está Lucifer. Las culpas se ordenan en tres grandes categorías:
a) Pecados de INCONTINENCIA: es la incapacidad de frenar los impulsos con la razón (lujuriosos, glotones, avaros, pródigos e iracundos).
b) Pecados de BESTIALIDAD (herejes y violentos).
c) Pecados de MALICIA (traidores y fraudulentos).
El pecado es mayor cuanto mayor grado de racionalidad implica, los habitantes de los primeros círculos no hicieron más que dejarse dominar por las pasiones, mientras los últimos utilizaron su capacidad intelectual para hacer el mal. Quedan excluidos de esta división aquellos que no conocieron al verdadero Dios por vivir antes de la era cristiana y los niños que murieron sin ser bautizados. Sus espíritus residen eternamente en una región llamada Limbo, donde no hay castigos pero sí una eterna melancolía por no poder aspirar al Paraíso.
El PURGATORIO es un lugar transitorio, donde las almas se purifican con la esperanza de alcanzar el Paraíso. Dante lo concibe como una montaña en una isla. En la base hay una zona rocosa de difícil acceso: el Antepurgatorio; luego viene el Purgatorio propiamente dicho, dividido en siete terrazas donde el alma se purifica de los siete pecados capitales y en la cima hay una planicie, el Paraíso terrestre. Aquí se produce el encuentro entre Dante y Beatrice, que será en adelante su guía, sustituyendo a Virgilio, que no puede entrar al Paraíso.
El PARAÍSO se compone de nueve cielos, esferas luminosas concéntricas, sobre las cuales está el cielo de Dios, las jerarquías celestiales y los bienaventurados. Es el reino del espíritu absolutamente liberado de la carne, las almas nada lamentan de lo terreno y nada ansían, pues están completas en sí mismas.

lunes, 29 de mayo de 2017

Bienaventuranzas

 BIENAVENTURANZAS


     Se llama bienaventuranzas a una serie de alabanzas o bendiciones a los poseedores de cierta virtud, en función del bien que por ello reciben. También son llamadas beatitudes, pues “beati”, en latín, significa bienaventurado. En cuanto a su número, aunque son nueve, algunos autores ven en ellas ocho, al unir la primera y la segunda, o diez, si cuentan todo sitio en que dice la palabra “bienaventurado”. Su orden puede variar según la traducción, pero siempre son iguales la primera y la última.
     Se trata de un fragmento de prosa rítmica, en el cual cada frase está dividida en dos hemistiquios, relacionados por la forma y los contenidos. El primero contiene una paradoja, ya que se alaba al poseedor de una cualiad por lo general despreciable según la valoración corriente. En Mateo las bienaventuranzas no tienen una atribución personal  ( “de ellos es...”) , mientras que en Lucas se dirigen inequívocamente a sus escuchas ( “vosotros...”).
     Al finalizar el capítulo 4 se plantea cómo Jesús se rodea de sus discípulos para predicar a la muchedumbre reunida, y cómo ya tenía gran fama de sanador y era seguido por personas de diferentes ciudades. Esto nos prepara para asistir al discurso de un líder, el cual en el principio del capìtulo 5 toma asiento, se rodea de sus discípulos y comienza a enseñarles.


1 Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó y sus discípulos se le acercaron.
2 Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo:
3 “Bienaventurados los pobres de espíritu,
porque de ellos es el Reino de los Cielos.
4 Bienaventurados los mansos,
porque ellos poseerán en herencia la tierra.
5 Bienaventurados los que lloran,
porque ellos serán consolados.
6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia,
porque ellos serán saciados.
7 Bienaventurados los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia.
8 Bienaventurados los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.
9 Bienaventurados los que trabajan por la paz,
porque ellos serán llamados hijos de Dios.
10 Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el Reino de los Cielos.
11 Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. 12 Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.”