jueves, 5 de octubre de 2017

5º año: INFORMACIÓN GENERAL SOBRE CERVANTES Y “DON QUIJOTE”



INFORMACIÓN GENERAL SOBRE CERVANTES Y “DON QUIJOTE”

SIGLOS DE ORO ESPAÑOLES

Se conoce con este nombre a un período muy importante para España en lo artístico y literario. Abarca los siglos XVI y XVII, Renacimiento y Barroco respectivamente, época que el español de hoy recuerda a la vez con orgullo (por el esplendor artístico, por la unificación nacional) y vergüenza (por la rígida diferenciación de clases y el racismo existentes en su país por entonces).

RENACIMIENTO
Es una época en que resurgen las ideas y formas de la Antigüedad clásica, modificadas por la influencia de la Edad Media y el cristianismo. 
Se produce un movimiento cultural nuevo, el Humanismo, iniciado en Italia, que considera al hombre el centro del universo y dedica sus esfuerzos al estudio de las letras humanas. Adquieren gran importancia las universidades y florecen los “mecenas”, los protectores de los artistas. Se quiere restaurar el ideal educativo de la Antigüedad, que apuntaba a formar al hombre por igual en lo físico, moral, intelectual y artístico.
Entre los rasgos significativos de la cultura renacentista se destaca el individualismo, el hombre como centro del mundo y dueño de su destino. Hay gran vitalidad en la cultura: en el arte, la literatura, y también se percibe el esplendor de sus cortes y palacios. Es una época de optimismo, en la que se piensa que el universo y la naturaleza están a disposición del ser humano, que se cree capaz de dominarlos racionalmente. La confianza en el poder de la razón explica la idea de progreso propia del Renacimiento: se considera que el saber puede hacer cada vez mejor al hombre. 
España se encuentra unificada en lo político (monarquía), en lo religioso (catolicismo) y en lo lingüístico (castellano), pero esa unidad es todavía inestable. Hay en España muchos judíos y musulmanes “conversos”, que se convirtieron al cristianismo (o lo simularon) para evitar la expulsión del país. 
Pese a las riquezas obtenidas de América, los gastos de las continuas guerras llevaron a la pobreza. Los campos se van despoblando y aumentan los impuestos. La nobleza se organiza en jerarquías; en la cúspide están los títulos más altos (duques, condes, marqueses), luego vienen los caballeros y por último los hidalgos. Todos ellos estaban eximidos de pagar impuestos, por lo que los que no eran nobles hicieron cuanto pudieron para adquirir al menos la categoría de hidalgo, sea por compra de títulos, por soborno o adquisición de tierras. 
Culturalmente, el panorama se va haciendo cada vez más difícil, se publican listas de libros prohibidos y se censura previamente cualquier publicación. La Iglesia y el Estado tienen un fuerte control de todos los asuntos humanos, incluyendo el arte.
La literatura del Renacimiento en general busca la perfección, el orden, la claridad, sencillez, equilibrio y simetría. Es un arte para minorías, severo y exquisito.

BARROCO
El término “barroco” tuvo en su origen un significado peyorativo (“perla irregular”), pero ha sido aceptado luego para definir el conjunto de rasgos propios de la cultura del siglo XVII. No se produce una ruptura con el Renacimiento, sino una continuidad y evolución. Es un período en general visto como confuso, caprichoso y falto de reglas, con una actitud de angustia y decepción, por oposición a la euforia renacentista. Se vuelve a insistir en ideas medievales como la brevedad de la vida, la fugacidad de lo terrenal, el desengaño, una concepción negativa del mundo, que aparece como caos, desorden y confusión. 
En cuanto a las artes, podemos notar que se utiliza una rica ornamentación, con figuras en movimiento, con gran detallismo y expresividad. En pintura, las masas de color sustituyen a las líneas, se buscan los contrastes entre luz y sombras y las perspectivas sorprendentes. “El arte barroco sustituye la serenidad y severidad del arte clásico por un arte acumulativo que busca impresionar los sentidos y la imaginación con estímulos poderosos e inusuales”. Apunta al entendimiento a través de imágenes brillantes y juegos de conceptos, pero también al sentimiento, excitando la admiración, el terror, la compasión y sorpresa del lector. Toca temas pintorescos, grotescos o monstruosos, y se caracteriza por el gusto por lo irregular, lo complicado, detallado, sobrecargado, la exageración, las ambigüedades, los contrastes y las ironías.
Es un siglo de crisis, en el que España ha perdido su supremacía en el continente, las ganancias de las Indias se hacen cada vez menores, hay numerosas guerras, epidemias, decaen la agricultura, la industria y el comercio. La burguesía va perdiendo influencia, la nobleza y el clero acaparan las tierras, dejando gran parte de los campos sin cultivar. La miseria se extiende entre las clases populares, que abandonan el campo, donde la delincuencia es un fenómeno común, y buscan la supervivencia en las grandes ciudades, en las que crece de modo alarmante el número de desempleados, mendigos, pícaros y ladrones.



Miguel de Cervantes

Nació  en 1547; de su época de estudiante datan sus primeros trabajos poéticos. Típico hombre renacentista, su vida se dividió entre las armas y las letras. En ambas su labor fue destacada, aunque no igualmente reconocida. Como soldado, participó en varias batallas, incluyendo la de Lepanto, donde perdió el uso de la mano izquierda. Por ese tiempo fue hecho prisionero por los piratas turcos, y debió estar cautivo en Argel en espera de un rescate por dinero durante cinco años. A su regreso a España se encontró en la mayor pobreza, por lo cual tuvo que desempeñar diversos oficios, hasta el de recaudador de impuestos para la Armada Invencible, que lo lleva a la cárcel en 1602 por deudas y quiebras de sus aseguradores. Tal vez fue en prisión que comenzó a escribir su obra maestra, Don Quijote, ya que de ella afirma que “se engendró en una cárcel, donde toda incomodidad hace su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación”, si bien esto puede haber sido dicho en sentido metafórico, aludiendo a  la cautividad de la vida terrena, al cuerpo cautivo del espíritu.
A partir de la derrota de la Armada Invencible, en 1588, se inicia en España un sentimiento de fracaso generalizado: ya no existe la esperanza de un dominio español mayor. Las novelas de caballerías que satiriza Cervantes en el Quijote habían sido leídas por hombres que creían posible la mayor grandeza. América guardaba para ellos misterios, leyendas, aventuras, todo lo que termina en la época en que aparece esta novela. Este es un tiempo de desengaño, de choque entre la realidad presente y lo soñado.
  La obra de Cervantes comprende poesía lírica, narraciones y obras dramáticas.
a) Poesía lírica: se conservan unas 38 composiciones de variado valor, a veces con formas cultas, a veces con formas populares
b) Dramas: cultivó este autor la comedia, la tragedia y el entremés (obra pequeña, con asuntos cotidianos, con personajes de pueblo y un lenguaje cercano y gracioso), obteniendo un reconocimiento moderado.
c) Narraciones: escribe Cervantes novelas pastoriles (“La Galatea”), caballerescas (“Don Quijote”), de aventuras (“Los trabajos de Persiles y Segismunda”) y una serie de doce novelas breves, de intención moralizante, que él llama “novelas ejemplares”.
Desde la publicación en España de la novela de caballerías “Amadís de Gaula”, los lectores comienzan a deleitarse con las historias grandiosas, aunque inverosímiles, propias de este tipo de obras. Cervantes también las leyó, pero con mirada crítica. Les critica su falta de enseñanza (deleitan, pero no enseñan),que carecen de verdad histórica, que no son verosímiles, que su estilo es muy artificioso. De allí que las parodie en la obra que estudiaremos. Allí hay también personajes y situaciones propios de la novela pastoril y picaresca, si bien el autor no se burla de ellos, tal vez sintiéndolos más cercanos espiritualmente.

“EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA”

Esta obra es hoy considerada el origen de la novela moderna, obra maestra de su autor. Su primera parte apareció publicada en 1605. 
Comienza con una dedicatoria al duque de Béjar, protector de Cervantes, seguida de un prólogo donde el autor, con tono desenfadado, plantea una crítica contra ciertos escritores de su época, deseosos de mostrar su erudición. Era frecuente que las obras aparecieran acompañadas por elogios de personas importantes, y Cervantes plantea que un amigo le aconsejó inventar dichos elogios, ya que no los tenía. Es por eso que a continuación hay una serie de poemas dedicados a Don Quijote, a Dulcinea, a Sancho, poemas firmados por personajes de ficción, que terminan con un diálogo en verso entre el caballo del Cid y el de Don Quijote. La narración propiamente dicha se articula en 52 capítulos, en los cuales se relatan dos salidas del personaje, una en la que va solo y otra en que es acompañado por Sancho, como escudero. Este último es el complemento perfecto para el idealismo de Don Quijote, ya que es un personaje práctico, que sólo cree lo que ve, con lo cual la percepción de la “realidad” no siempre es la misma para el caballero y el escudero. Otros, como el cura y el barbero, reaparecen en distintas partes de la novela. Además hay gran cantidad de personajes episódicos, cada uno con su historia, que complican la intriga. Toda esta acumulación de personajes, de historias, de aventuras, esta complejidad y diversificación de la trama, dan a la obra su carácter abierto y barroco.

La primera parte de la obra es una novela de forma abierta, formada por episodios cuya unidad surge del personaje central y de la relación que él establece con todos los demás.

En 1614, mientras Cervantes estaba escribiendo la segunda parte de la novela, aparece la continuación de la misma, firmada por Fernández de Avellaneda, seudónimo de un autor que no se dio a conocer. Es la suya una versión inferior, con un Quijote antipático y empequeñecido, sin mayor éxito. Esto motivó a Cervantes a desmentirlo reiteradas veces en su segunda parte, que aparece en 1615. Está dedicada al Conde de Lemos, otro protector, y consta de 74 capítulos y una sola salida del personaje, con un estilo más trabajado y preciso, y con mayor unidad de composición. Termina con la muerte del personaje, para evitar continuaciones.

Se discute a veces el origen de la historia, si tiene base real o literaria. Si bien Don Quijote es un personaje de ficción, se habló en la época de casos de personas que perdieron el juicio por leer novelas de caballerías. Por otro lado hay una obra, “El entremés de los romances”, cuyo protagonista enloqueció por leer romances. No sabemos si es o no anterior a la obra de Cervantes, o si influyó en ella.

Cervantes, quien se presenta como autor del prólogo y narración de ambas partes, aparece como recopilador de distintas tradiciones. Afirma la existencia de autores que escribieron sobre el Quijote, para darle verosimilitud, y a partir del capítulo 9 dice apelar a un supuesto manuscrito árabe, de un tal Cide Hamete Benengeli, que parece agotarse en la primera parte, pero reaparece sin explicaciones en la segunda. Benengeli significa “hijo de ciervo”, lo que coincide sugestivamente con el apellido del autor, Es como un juego de espejos: Cervantes crea a Cide Hamete, quien crea a Alonso Quijana, quien crea a Don Quijote...

Por último, digamos que la obra tiene a la vez elementos del estilo barroco y manierista. El carácter barroco está en la forma abierta de la novela, la acumulación de elementos, personajes y acciones, los múltiples contrastes de los personajes y el ritmo dinámico de la narración. El Manierismo fue un estilo artístico y literario de fines del siglo XVI y comienzos del XVII, de espíritu aristocrático, intelectualista. Se da en esta obra en el planteo de la relación entre el creador y el arte, la doble naturaleza del héroe (ridículo y sublime) y la inclusión de narraciones menores dentro de la novela, lo que se conoce como “arte dentro del arte”.

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