lunes, 29 de mayo de 2017

Bienaventuranzas

 BIENAVENTURANZAS


     Se llama bienaventuranzas a una serie de alabanzas o bendiciones a los poseedores de cierta virtud, en función del bien que por ello reciben. También son llamadas beatitudes, pues “beati”, en latín, significa bienaventurado. En cuanto a su número, aunque son nueve, algunos autores ven en ellas ocho, al unir la primera y la segunda, o diez, si cuentan todo sitio en que dice la palabra “bienaventurado”. Su orden puede variar según la traducción, pero siempre son iguales la primera y la última.
     Se trata de un fragmento de prosa rítmica, en el cual cada frase está dividida en dos hemistiquios, relacionados por la forma y los contenidos. El primero contiene una paradoja, ya que se alaba al poseedor de una cualiad por lo general despreciable según la valoración corriente. En Mateo las bienaventuranzas no tienen una atribución personal  ( “de ellos es...”) , mientras que en Lucas se dirigen inequívocamente a sus escuchas ( “vosotros...”).
     Al finalizar el capítulo 4 se plantea cómo Jesús se rodea de sus discípulos para predicar a la muchedumbre reunida, y cómo ya tenía gran fama de sanador y era seguido por personas de diferentes ciudades. Esto nos prepara para asistir al discurso de un líder, el cual en el principio del capìtulo 5 toma asiento, se rodea de sus discípulos y comienza a enseñarles.


1 Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó y sus discípulos se le acercaron.
2 Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo:
3 “Bienaventurados los pobres de espíritu,
porque de ellos es el Reino de los Cielos.
4 Bienaventurados los mansos,
porque ellos poseerán en herencia la tierra.
5 Bienaventurados los que lloran,
porque ellos serán consolados.
6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia,
porque ellos serán saciados.
7 Bienaventurados los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia.
8 Bienaventurados los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.
9 Bienaventurados los que trabajan por la paz,
porque ellos serán llamados hijos de Dios.
10 Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el Reino de los Cielos.
11 Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. 12 Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.”