martes, 2 de abril de 2013

6º año Información (muy breve) sobre el siglo XVIII


EL SIGLO DE LAS LUCES

El siglo XVIII también es conocido como la Ilustración, el Siglo de las Luces o el Siglo Filosófico, en virtud de su búsqueda del saber en distintas disciplinas (ciencias naturales, historia, religión, derecho, etc.) utilizando como instrumento la razón. Se busca apoyatura en los hechos reales, concretos, verificables y experimentales, y se trabaja a partir de la inducción, es decir, que los principios generales se derivan de la minuciosa observación de lo fáctico. Esto viene del Empirismo, que propone que todo auténtico conocimiento debe provenir de la experiencia.

OPTIMISMO
Es central la idea del progreso indefinido de la humanidad. El intelectual era visto como el conductor espiritual de los pueblos.

ENCICLOPEDISMO
La “Enciclopedia” (“Diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios”) fue una obra escrita entre 1745 y 1772 que intentó abarcar todos los aspectos del saber humano de la época. El plan y la dirección general estaban en manos de Diderot, y en ella colaboraron los más grandes pensadores del siglo, entre ellos Voltaire, trabajando en la parte relativa a la literatura junto a Montesquieu y otros estudiosos del tema. Sus objetivos eran transmitir conocimientos y a la vez cambiar la manera habitual de pensar de las personas. Tuvo gran influencia en la Revolución Francesa.

CRÍTICAS A LA RELIGIÓN
Muchos autores atacan la irracionalidad de los dogmas religiosos, la supuesta ignorancia que favorecen, la sumisión ante las injusticias que pregonan, la hipocresía de los sacerdotes, el negocio en que muchos han convertido su misión, la sujeción a autoridades arbitrarias, el engaño de los rituales y especialmente las guerras sangrientas que han desencadenado.
Voltaire: “El primer teólogo fue el primer bribón que encontró al primer tonto”.
Una postura frecuente es el “Deísmo”, que implica la concepción de un Ser Supremo a quien se venera a través de un culto íntimo, sin rituales ni intermediarios.

CONCEPCIÓN POLÍTICA Y SOCIAL
El siglo XVIII hace de la libertad una ideología. Toma como ejemplo el régimen parlamentario de Inglaterra y su respeto a los derechos de los ciudadanos. Proponen el “despotismo ilustrado”, una monarquía gobernada bajo la guía de la Razón y las luces de los filósofos. Testimonio de la admiración de Voltaire por el sistema inglés de gobierno  son las “Cartas filosóficas” o “Cartas de Inglaterra” (1734), donde afirma “de hecho, ¿qué es ser libre? Es conocer los derechos del hombre y, una vez conocidos, se defienden sin más”. Es una época de individualismo apasionado; quieren liberar el espíritu del hombre como individuo de las trabas de una organización centralizada, como la Iglesia.
Critican a su organización social, proponiendo un Derecho natural, un orden social justo y armónico en el que hay que apoyarse para construir el Derecho positivo con independencia de los dogmas teológicos y del absolutismo del Estado (derechos que son “naturales, inalienables, imprescriptibles y sagrados”, diría la declaración de 1789).

ECONOMÍA
La prosperidad del Estado no se basa en la cantidad de metales preciosos que posea (tesis mercantilista) sino en el trabajo de sus habitantes, el relativo a la naturaleza (agricultura, ganadería, pesca, minería) y no tanto al comercio. Que el Estado no intervenga. La postura es “dejad hacer, dejad pasar; el mundo camina solo”. Esta es una libertad que resulta de fundamental importancia para la burguesía enriquecida del siglo XVIII.

VIDA SOCIAL
Se centraba en París. La nobleza cortesana se ve reemplazada por la burguesía ascendente, productiva, que es a la vez la principal consumidora de los productos culturales. Los centros de reunión son salones, cafés y clubes. Los salones, generalmente recepciones en casa de alguna dama distinguida, son sitios donde reina la conversación brillante, el juego de ingenio, la galantería, el refinamiento.

LA LITERATURA DEL SIGLO VXIII
POESÍA. Este no es un siglo poético, aunque hay influencia de la poesía sombría de algunos prerrománticos ingleses, con un culto de la pasión acompañado del deseo de comunión con la naturaleza. Hay algo de poesía didáctica (con intención de enseñanza), y satírica (por ejemplo “Discurso sobre el hombre”, de Voltaire). Suele ser una literatura artificial y fría, con temas morales, filosóficos y aun científicos.
PROSA. Se desarrolla la prosa de ideas (como ensayos y discursos), la prosa científica y polémica (a través, esta última, del periodismo) y son importantes la novela filosófica, la novela epistolar (en base a cartas ficticias, como “La Nueva Heloísa”, de Rousseau).  y confesional (armada en base a supuestos diarios íntimos).
La del siglo XVIII es una literatura militante, representada sobre todo por el periodismo y el drama satírico. Poco antes de la Revolución Francesa existían en París unos veinte periódicos, que tuvieron gran importancia en la propagación de sus ideas, no solo políticas sino también  literarias
“Zadig” y “Cándido” son textos de base filosófica, que expresan ideas atrevidas y hacen una sátira aguda y desvergonzada de la sociedad de su tiempo.
En cuanto a la literatura científica, la Enciclopedia es su mejor ejemplo, como testimonio del progreso de la raza humana.
TEATRO. Es importante la tragedia, como “Zaïre” y “Mérope”, de Voltaire, y también hay un gran progreso de las comedias teatrales que buscan la expresión de ideas más o menos osadas, a veces prohibidas por la autoridad, como “El Barbero de Sevilla” Y “Las Bodas de Fígaro”, de Beaumarchais.


VOLTAIRE (1694- 1778)


Voltaire cultivó todos los géneros literarios e inventó el cuento filosófico, que le dio fama literaria. En su obra hay además poesías de temas variados, poemas épicos y dramáticos, ensayos, obras históricas y filosóficas, panfletos y una vasta correspondencia de la que se conservan unas diez mil cartas, que fue uno de sus principales medios de acción. Escribió a centenares de personas, incluyendo a una emperatriz y un Papa, y gran parte de su polémica con Rousseau se hizo a través de cartas más o menos abiertas.
Sus tragedias y poemas no perduraron en el tiempo, quizá por ser demasiado apegados a un concepto rígido del arte o porque su ingenio y agudeza no eran aptos para esos géneros sino muy apropiados para una literatura comprometida, al servicio de una idea. Un crítico (Claude Brum) lo define de este modo: “el cuento de Voltaire es una interrogación irónica sobre el mundo y sobre sí mismo, que el autor propone mediante la ficción. (…) La ficción es el medio más directo de develar la realidad porque muestra sus aspectos extraños. La ficción no es inocente. Busca interrogar irónicamente al mundo, a la manera socrática. Finalmente, la ficción es el pensamiento mismo de Voltaire, en su riqueza y sus contradicciones, en su relación inmediata ante la vida. El cuento voltaireano es también una obra íntima”.


[ Material basado fundamentalmente en “Voltaire” (Graciela Mántaras, ed. Técnica, Mdeo., 1977) e “Historia de la literatura francesa” (R. G. Escarpit, ed. FCE, 1956) ]

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