EL
SIGLO DE LAS LUCES
El siglo XVIII también
es conocido como la Ilustración, el
Siglo de las Luces o el Siglo Filosófico, en virtud de su búsqueda del
saber en distintas disciplinas (ciencias naturales, historia, religión,
derecho, etc.) utilizando como instrumento
la razón. Se busca apoyatura en los hechos reales, concretos,
verificables y experimentales, y se trabaja a partir de la inducción, es decir,
que los principios generales se derivan de la minuciosa observación de lo
fáctico. Esto viene del Empirismo, que propone que todo auténtico conocimiento
debe provenir de la experiencia.
OPTIMISMO
Es central la idea del
progreso indefinido de la humanidad.
El intelectual era visto como el conductor espiritual de los pueblos.
ENCICLOPEDISMO
La “Enciclopedia” (“Diccionario razonado
de las ciencias, las artes y los oficios”) fue una obra escrita entre 1745 y
1772 que intentó abarcar todos los
aspectos del saber humano de la época. El plan y la dirección general
estaban en manos de Diderot, y en ella colaboraron los más grandes pensadores
del siglo, entre ellos Voltaire, trabajando en la parte relativa a la
literatura junto a Montesquieu y otros estudiosos del tema. Sus objetivos eran
transmitir conocimientos y a la vez cambiar la manera habitual de pensar de las
personas. Tuvo gran influencia en la Revolución Francesa.
CRÍTICAS A LA RELIGIÓN
Muchos autores atacan
la irracionalidad de los dogmas religiosos, la supuesta ignorancia que
favorecen, la sumisión ante las injusticias que pregonan, la hipocresía de los
sacerdotes, el negocio en que muchos han convertido su misión, la sujeción a
autoridades arbitrarias, el engaño de los rituales y especialmente las guerras
sangrientas que han desencadenado.
Voltaire: “El primer
teólogo fue el primer bribón que encontró al primer tonto”.
Una postura frecuente
es el “Deísmo”, que implica la
concepción de un Ser Supremo a quien se venera a través de un culto íntimo, sin rituales ni intermediarios.
CONCEPCIÓN POLÍTICA Y
SOCIAL
El siglo XVIII hace de la libertad una ideología. Toma
como ejemplo el régimen parlamentario de Inglaterra y su respeto a los derechos
de los ciudadanos. Proponen el “despotismo
ilustrado”, una monarquía gobernada bajo la guía de la Razón y las luces de
los filósofos. Testimonio de la admiración de Voltaire por el sistema inglés de
gobierno son las “Cartas filosóficas” o
“Cartas de Inglaterra” (1734), donde afirma “de hecho, ¿qué es ser libre? Es
conocer los derechos del hombre y, una vez conocidos, se defienden sin más”. Es
una época de individualismo
apasionado; quieren liberar el espíritu del hombre como individuo de las trabas
de una organización centralizada, como la Iglesia.
Critican a su
organización social, proponiendo un Derecho
natural, un orden social justo y armónico en el que hay que apoyarse para
construir el Derecho positivo con independencia de los dogmas teológicos y del
absolutismo del Estado (derechos que son
“naturales, inalienables, imprescriptibles y sagrados”, diría la declaración de
1789).
ECONOMÍA
La prosperidad del
Estado no se basa en la cantidad de metales preciosos que posea (tesis
mercantilista) sino en el trabajo de sus habitantes, el relativo a la
naturaleza (agricultura, ganadería, pesca, minería) y no tanto al comercio. Que
el Estado no intervenga. La postura es “dejad
hacer, dejad pasar; el mundo camina solo”. Esta es una libertad que resulta
de fundamental importancia para la burguesía enriquecida del siglo XVIII.
VIDA SOCIAL
Se centraba en París. La nobleza cortesana se ve
reemplazada por la burguesía ascendente, productiva, que es a la vez la
principal consumidora de los productos culturales. Los centros de reunión son salones, cafés y clubes. Los salones,
generalmente recepciones en casa de alguna dama distinguida, son sitios donde
reina la conversación brillante, el juego de ingenio, la galantería, el
refinamiento.
LA LITERATURA DEL
SIGLO VXIII
POESÍA. Este no es un
siglo poético, aunque hay influencia de la poesía sombría de algunos
prerrománticos ingleses, con un culto de la pasión acompañado del deseo de
comunión con la naturaleza. Hay algo de poesía
didáctica (con intención de enseñanza),
y satírica (por ejemplo
“Discurso sobre el hombre”, de Voltaire). Suele ser una literatura artificial y
fría, con temas morales, filosóficos y aun científicos.
PROSA. Se desarrolla
la prosa de ideas (como ensayos y
discursos), la prosa científica
y polémica (a través, esta última, del periodismo)
y son importantes la novela filosófica,
la novela epistolar (en base a
cartas ficticias, como “La Nueva Heloísa”, de Rousseau). y confesional (armada en
base a supuestos diarios íntimos).
La del siglo XVIII es
una literatura militante, representada sobre todo por el periodismo y el drama
satírico. Poco antes de la Revolución Francesa existían en París unos
veinte periódicos, que tuvieron gran importancia en la propagación de sus
ideas, no solo políticas sino también
literarias
“Zadig” y “Cándido”
son textos de base filosófica, que
expresan ideas atrevidas y hacen una sátira
aguda y desvergonzada de la sociedad de su tiempo.
En cuanto a la literatura científica, la Enciclopedia
es su mejor ejemplo, como testimonio del progreso de la raza humana.
TEATRO. Es importante
la tragedia, como “Zaïre” y
“Mérope”, de Voltaire, y también hay un gran progreso de las comedias teatrales que buscan la
expresión de ideas más o menos osadas, a veces prohibidas por la autoridad,
como “El Barbero de Sevilla” Y “Las Bodas de Fígaro”, de Beaumarchais.
VOLTAIRE (1694- 1778)
Voltaire cultivó todos
los géneros literarios e inventó el cuento
filosófico, que le dio fama literaria. En su obra hay además poesías de temas variados, poemas épicos y dramáticos, ensayos, obras
históricas y filosóficas, panfletos y una vasta correspondencia de la que
se conservan unas diez mil cartas, que fue uno de sus principales medios de
acción. Escribió a centenares de personas, incluyendo a una emperatriz y un
Papa, y gran parte de su polémica con Rousseau se hizo a través de cartas más o
menos abiertas.
Sus tragedias y poemas
no perduraron en el tiempo, quizá por ser demasiado apegados a un concepto
rígido del arte o porque su ingenio y agudeza no eran aptos para esos géneros
sino muy apropiados para una literatura
comprometida, al servicio de una idea. Un crítico (Claude Brum) lo define
de este modo: “el cuento de Voltaire es una interrogación irónica sobre el
mundo y sobre sí mismo, que el autor propone mediante la ficción. (…) La
ficción es el medio más directo de develar la realidad porque muestra sus
aspectos extraños. La ficción no es
inocente. Busca interrogar irónicamente al mundo, a la manera socrática.
Finalmente, la ficción es el pensamiento mismo de Voltaire, en su riqueza y sus
contradicciones, en su relación inmediata ante la vida. El cuento voltaireano
es también una obra íntima”.
[ Material basado
fundamentalmente en “Voltaire” (Graciela Mántaras, ed. Técnica, Mdeo., 1977) e
“Historia de la literatura francesa” (R. G. Escarpit, ed. FCE, 1956) ]
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