martes, 15 de septiembre de 2015

Obra para el segundo parcial de 6°: "HIstoria del hombre que se convirtió en perro", de Dragún

HISTORIAS PARA SER CONTADAS[1]
Autor: Osvaldo Dragún

HISTORIA DEL HOMBRE QUE SE CONVIRTIÓ EN PERRO
ACTOR 1: Amigos, la cuarta historia vamos a contarla así...
ACTOR 2: Así como nos la contaron esta tarde a nosotros.
ACTRIZ:    Es la “Historia del hombre que se convirtió en perro”.
ACTOR 1: Empezó hace dos años, en el banco de un parque. Allí, señor..., donde usted trataba hoy de adivinar el secreto de una hoja.
ACTRIZ:    Allí, donde extendiendo los brazos apretamos al mundo por la cabeza y los pies, y le decimos: ¡suena, acordeón, suena!
ACTOR 2: Allí lo conocimos. (Entra el ACTOR 3.) Era... (Lo señala.) Así como lo ven, nada más. Y estaba muy triste.
ACTRIZ:    Fue nuestro amigo. Él buscaba trabajo, y nosotros éramos actores.
ACTOR 1: Él debía mantener a su mujer, y nosotros éramos actores.
ACTOR 2: Él soñaba con la vida, y despertaba gritando por la noche. Y nosotros éramos actores.
ACTRIZ:    Fue nuestro amigo, claro. Así como lo ven... (Lo señala.) Nada más.
TODOS:    ¡Y estaba muy triste!
ACTOR 1: Pasó el tiempo. El otoño...
ACTOR 2: El verano...
ACTRIZ:    El invierno...
ACTOR 1: La primavera...
ACTOR 3: ¡Mentira! Nunca tuve primavera.
ACTOR 1: El otoño...
ACTRIZ:    El invierno...
ACTOR 2: El verano. Y volvimos. Y fuimos a visitarlo, porque era nuestro amigo.
ACTOR 1: Y preguntamos: ¿Está bien? Y su mujer nos dijo...
ACTRIZ:    No sé...
ACTOR 2: ¿Está mal?
ACTRIZ:    No sé.
ACTORES 1 y 2: ¿Dónde está?
ACTRIZ:    En la perrera. (ACTOR 3 en cuarto patas.)
ACTORES 1 y 2: ¡Uhhh!
ACTOR 1: (Observándolo.)
Soy el director de la perrera,
Y esto me parece fenomenal.
Llegó ladrando como un perro
(requisito principal.);
y si bien conserva el traje,
es un perro, a no dudar.
ACTOR 2: S-s-soy el v-veter-r-inario,
Y esto-to-to es c-claro p-paramí.
Aun-que p-parezca un ho-hombre,
Es un p-pe-perro el q-que está aquí.
ACTOR 3: (Al público.) Y yo, ¿qué les puedo decir? No sé si soy hombre o perro. Y creo que ni siquiera ustedes podrán decírmelo al final. Porque todo empezó de la manera más corriente. Fui a una fábrica a buscar trabajo. Hacía tres meses que no conseguía nada, y fui a buscar trabajo.
ACTOR 1: ¿No leyó el letrero? “NO HAY VACANTES”.
ACTOR 3: Sí, lo leí. ¿No tiene nada para mí?
ACTOR 1: Si dice “No hay vacantes”, no hay.
ACTOR 3: Claro. ¿No tiene nada para mí?
ACTOR 1: ¡Ni para usted, ni para el ministro!
ACTOR 3: ¡Ahá! ¿No tiene nada para mí?
ACTOR 1: ¡NO!
ACTOR 3: Tornero...
ACTOR 1: ¡NO!
ACTOR 3: Mecánico...
ACTOR 1: ¡NO!
ACTOR 3: Electricista…
ACTOR 1: ¡NO!
ACTOR 3: Albañil...
ACTOR 1: ¡NO!
ACTOR 3: Zapatero...
ACTOR 1: ¡NO!
ACTOR 3: ¡Peón de patio!…
ACTOR 1: ¡NO! ¡NO! ¡NO!
ACTOR 3: ¡Celador! ¡Celador! ¡Aunque sea de celador!
ACTRIZ:    (Como si tocara un clarín.) ¡Tutú, tu, tu, tú! ¡El patrón!
Los ACTORES 1 y 2 hablan por señas.
ACTOR 1: El perro del celador había muerto la noche anterior, luego de veinticinco años de lealtad.
ACTOR 2: Era un perro muy viejo.
ACTRIZ:    Amén.
ACTOR 2: (Al ACTOR 3.) ¿Sabe ladrar?
ACTOR 3: Tornero.
ACTOR 2: ¿Sabe ladrar?
ACTOR 3: Mecánico...
ACTOR 2: ¿Sabe ladrar?
ACTOR 3: Albañil...
ACTORES 1 y 2: ¡NO HAY VACANTES!
ACTOR 3: (Pausa.) ¡Guau... guau!...
ACTOR 2: Muy bien, lo felicito...
ACTOR 1: Le asignamos mil pesos diarios de sueldo, la perrera y la comida.
ACTOR 2: Como ven, ganaba mil pesos más que el perro verdadero.
ACTRIZ:    Cuando volvió a casa me contó del empleo conseguido. Estaba borracho.
ACTOR 3: (A su mujer.) Pero me prometieron que apenas un obrero se jubilara, muriera o fuera despedido me darían su puesto. ¡Diviértete, María, diviértete! ¡Guau... guau!... ¡Diviértete, María, diviértete!
ACTORES 1 y 2: (Pasando.) ¡Diviértete, María, diviértete!
ACTRIZ:    Estaba borracho, pobre...
ACTOR 3: Y a la noche siguiente empecé a trabajar... (Se agacha en cuatro patas.)
ACTOR 2: ¿Tan chica le queda la perrera?
ACTOR 3: No puedo agacharme tanto.
ACTOR 1: ¿Le aprieta aquí?
ACTOR 3: Sí.
ACTOR 1: Bueno, pero vea, no me diga “sí”. Tiene que empezar a acostumbrarse. Dígame: ¡Guau... guau!
ACTOR 2: ¿Le aprieta aquí? (El ACTOR 3 no responde.) ¿Le aprieta aquí?
ACTOR 3: ¡Guau... guau!...
ACTOR 2: Y bueno... (Sale.)
ACTOR 3: Pero esa noche llovió, y tuve que meterme en la perrera.
ACTOR 2: (Al ACTOR 1.) Ya no le aprieta...
ACTOR 1: Y está en la perrera.
ACTOR 2: (Al ACTOR 3.) ¿Vio como uno se acostumbra a todo?
ACTRIZ:    Uno se acostumbra a todo...
ACTORES 1 y 2: Amén...
ACTRIZ:    Y él empezó a acostumbrarse.
ACTOR 1: Entonces, cuando vea que alguien entra, me grita: ¡Guau... guau! A ver...
ACTOR 3: (El ACTOR 2 pasa corriendo.) ¡Guau... guau!... (El ACTOR 2 pasa sigilosamente.) ¡Guau... guau!... (El ACTOR 2 pasa agachado.) ¡Guau... guau... guau!... (Sale.)
ACTOR 1: (Al ACTOR 2.) Son mil pesos por día extras en nuestro presupuesto...
ACTOR 2: ¡Mmm!
ACTOR 1: ... pero la aplicación que pone el pobre, los merece...
ACTOR 2: ¡Mmm!
ACTOR 1: Además, no come más que el muerto...
ACTOR 2: ¡Mmm!
ACTOR 1: ¡Debemos ayudar a su familia!
ACTOR 2: ¡Mmm! ¡Mmm! ¡Mmm! (Salen.)
ACTRIZ:    Sin embargo, yo lo veía muy triste, y trataba de consolarlo cuando él volvía a casa. (Entra ACTOR 3.) ¡Hoy vinieron visitas!...
ACTOR 3: ¿Sí?
ACTRIZ:    Y de los bailes en el club, ¿te acuerdas?
ACTOR 3: Sí.
ACTRIZ:    ¿Cuál era nuestra canción favorita?
ACTOR 3: No sé.
ACTRIZ:    ¡Cómo que no! “Es la historia de un amor, como no hay otro igual...” (El ACTOR 3 está en cuatro patas.) Y un día me trajiste un clavel... (Lo mira, y queda horrorizada.) ¿Qué estás haciendo?
ACTOR 3: ¿Qué?
ACTRIZ:    Estás en cuatro patas... (Sale.)
ACTOR 3: ¡Esto no lo aguanto más! ¡Voy a hablar con el patrón! (Entran los ACTORES 1 y 2.)
ACTOR 1: Es que no hay otra cosa...
ACTOR 3: Me dijeron que un viejo se murió.
ACTOR 1: Sí, pero estamos en recesión. Espere un tiempito más, ¿eh?
ACTRIZ:    Y esperó. Volvió a los tres meses.
ACTOR 3: (Al ACTOR 2.) Me dijeron que uno se jubiló...
ACTOR 2: Sí, pero pensamos cerrar esa sección. Espere un tiempito más, ¿eh?
ACTRIZ:    Y esperó. Volvió a los dos meses.
ACTOR 3: (Al ACTOR 1.) Denme el empleo de uno de los que echaron por la huelga...
ACTOR 1: Imposible. Sus puestos quedarán vacantes...
ACTORES 1 y 2: ¡Como castigo! (Salen.)
ACTOR 3: Entonces no pude aguantar más... ¡y renuncié!
ACTRIZ:    Fue nuestra noche más feliz en mucho tiempo. (Lo toma del brazo.) ¿Cómo se llama esta flor?
ACTOR 3: Flor...
ACTRIZ:    ¿Y cómo se llama esa estrella?
ACTOR 3: María.
ACTRIZ:    (Ríe.) ¡María me llamo yo!
ACTOR 3: ¡Ella también... ella también! (Le toma una mano y la besa.)
ACTRIZ:    (Retira la mano.) ¡No me muerdas!
ACTOR 3: No te iba a morder... Te iba a besar, María...
ACTRIZ:    ¡Ah!, yo creía que me ibas a morder... (Sale. Entran los ACTORES 1 y 2.)
ACTOR 2: Por supuesto...
ACTOR 1: A la mañana siguiente...
ACTOR 1 y 2: Debió volver a buscar trabajo.
ACTOR 3: Recorrí varias partes, hasta que en una…
ACTOR 1: Vea... no tenemos nada. Salvo que...
ACTOR 3: ¿Qué?
ACTOR 1: Anoche murió el perro del celador.
ACTOR 3: ¿Y?
ACTOR 2: Tenía treinta y cinco años, el pobre...
ACTOR 1 y 2: ¡El pobre!
ACTOR 3: Y tuve que volver a aceptar.
ACTOR 2: Eso sí, le pagábamos dos mil pesos por día. (Los ACTORES 1 y 2 dan vueltas.) ¡Hmmm!... ¡Hmmm!... ¡Hmmm!...
ACTORES 1 y 2: ¡Aceptado! ¡Que sean dos mil!
ACTRIZ:    (Entra.) Claro que 60 mil pesos no nos alcanzan para pagar el alquiler...
ACTOR 3: Mira, como yo tengo la perrera, pásate tú a una pieza con cuatro o cinco chicas más, ¿eh?
ACTRIZ:    No hay otra solución. Y como no nos alcanza tampoco para comer...
ACTOR 3: Mira, como yo me acostumbré al hueso, te voy a traer la carne a ti, ¿eh?
ACTORES 1 y 2: ¡La junta directiva aceptó!
ACTOR 1 Y ACTRIZ: La junta directiva aceptó… ¡Bendita sea!
ACTOR 3: Yo ya me había acostumbrado. La perrera me parecía más grande. Andar en cuatro patas no era muy diferente de andar en dos. Con María nos veíamos en la plaza... (Va hacia ella.) Porque como tú no puedes entrar en mi perrera; y como yo no puedo entrar en tu pieza... Hasta que una noche…
ACTRIZ:    Paseábamos. Y de repente me sentí mal...
ACTOR 3: ¿Qué te pasa?
ACTRIZ:    Tengo mareos.
ACTOR 3: ¿Por qué?
ACTRIZ:    (Llorando.) Me parece... que voy a tener, un hijo...
ACTOR:     ¿Y por eso lloras?
ACTRIZ:    ¡Tengo miedo..., tengo miedo!
ACTOR 3: Pero, ¿por qué?
ACTRIZ:    ¡Tengo miedo..., tengo miedo! ¡No quiero tener un hijo!
ACTOR 3: ¿Por qué, María? ¿Por qué?
ACTRIZ:    Tengo miedo... que sea... (Musita “perro”. El ACTOR 3 la mira aterrado, y sale corriendo y ladrando. Cae al suelo. Ella se pone de pie.) ¡Se fue..., se fue corriendo! A veces se paraba, y a veces corría en cuatro patas...
ACTOR 3: ¡No es cierto, no me paraba! ¡No podía pararme! ¡Me dolía la cintura si me paraba! ¡Guau!... Los carros se me venían encima... La gente me miraba... (Entran los ACTORES 1 y 2.) ¡Váyanse! ¿Nunca vieron un perro?
ACTOR 2: ¡Está loco! ¡Llamen a un médico! (Sale.)
ACTOR 1: ¡Está borracho! ¡Llamen a un policía! (Sale.)
ACTRIZ:    Después me dijeron que un hombre se apiadó de él, y se le acercó cariñosamente.
ACTOR 2: (Entra.) ¿Se siente mal, amigo? No puede quedarse en cuatro patas. ¿Sabe cuántas cosas hermosas hay para ver, de pie, con los ojos hacia arriba? A ver, párese... Yo lo ayudo... Vamos, párese...
ACTOR 3: (Comienza a pararse, y de repente:) ¡Guau... guau!... (Lo muerde.) ¡Guau... guau!... (Sale.)
ACTOR 1: (Entra.) En fin, que cuando, después de dos años sin verlo, le preguntamos a su mujer ¿Cómo está?, nos contestó...
ACTRIZ:    No sé.
ACTOR 2: ¿Está bien?
ACTRIZ:    No sé.
ACTOR 1: ¿Está mal?
ACTRIZ:    No sé.
ACTORES 1 y 2: ¿Dónde está?
ACTRIZ:    En la perrera.
ACTOR 1: Y cuando veníamos para acá, pasó al lado nuestro un futbolista.
ACTOR 2: Y nos dijeron que no sabía leer, pero que eso no importaba porque era futbolista.
ACTRIZ:    Y pasó un policía…
ACTOR 2: Y pasaron…, y pasaron…, y pasaron ustedes. Y pensamos que tal vez podría importarles la historia de nuestro amigo…
ACTRIZ:    Porque tal vez entre ustedes haya ahora una mujer que piense: “¿No tendré… no tendré…?” (Musita: “perro”.)
ACTOR 1: O alguien a quien le hayan ofrecido el empleo del perro del celador…
ACTRIZ:    Si no es así, nos alegramos.
ACTOR 2: Pero si es así, si entre ustedes hay alguno a quien quieran convertir en perro, como a nuestro amigo, entonces… Pero, bueno, entonces esa… ¡esa es otra historia!
TELÓN





[1] Tomado de: DRAGÚN, Osvaldo. Historias para ser contadasGirol Books Inc., Ottawa (Canadá.), 2000.

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