… El hombre abrió los ojos; todo estaba en su lugar. Se dio vuelta. La puerta estaba cerrada. Se tocó el cuello; no tenía ninguna herida. Como si nunca hubiera pasado nada.
Lentamente abrió la puerta del salón, sintió unos paso acercándose, fue hacia la escalera y sintió la presencia de una sombra. La evitó. Rápidamente salió por la puerta trasera, se subió a su auto. Lo encendió, aceleró y se fue.
En la casa solo se escuchó un grito.
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Abrió lentamente los ojos. El techo gris del salón parecía tan alto y el candelabro desprendía pequeños destellos sobre él. Se quedó así por un minuto interminable, tratando de asimilar lo sucedido. Nada, nada de nada. Los sucesos se repetían en su mente borrosos y confusos.
Intentó moverse pero una fuerte puntada en la cabeza le cegó la vista. Frente a él un hombre musculoso, vestido de negro, lo observaba. En sus manos reposaba una novela, manchada de sangre, de tal modo que no se distinguía la tapa.
_Es hora de terminar lo que empezamos hace mucho tiempo- dijo el muchacho.
En seguida lo reconoció; era el hombre por el que su mujer lo dejó.
_Yo no fui; lo sabes muy bien.
_Claro que lo sé, pero ella no. La hiciste sufrir y ahora… ahora te toca a ti.
Lentamente cerró los ojos; sintió una mano que lo sujetaba y el calor del puñal al atravesar su pecho. Respiró profundamente y lentamente dejó salir el aire de su cuerpo por última vez.
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El hombre, con el puñal fuertemente agarrado, se estaba preparando para el golpe final cuando de pronto escuchó pasos detrás de él. Asustado, se escondió rápidamente detrás de la cortina, sin darse cuenta de que los ventanales estaban abiertos, cayendo así hacia una muerte casi segura. En la caída, en un último intento de conseguir su meta, lanzó el cuchillo hacia arriba, pero, como dice el dicho, “todo lo que sube tiene que bajar”. El impacto contra el piso fue tremendo, pero no mortal. El hombre aún tenía esperanzas de vida, hasta que su propio puñal se le incrustó en el corazón. Lo último que escuchó fue a un hombre diciendo “esto te pasa por meterte con mi cuñada”.
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De pronto el libro era un espejo de su propia habitación. Sigilosamente miró el reflejo del ventanal. Enseguida reconoció al hombre, lo había visto con su mujer, estaba seguro. Prendió un cigarrillo, simuló colocarlo en su boca, mas su verdadero paradero eran los ojos de su oponente. Ante la sorpresa el amante quedó desorientado, permitiendo al dueño de casa tomar su puñal y recrear en un segundo la acción que con tanta precaución habían planeado su esposa y el asesino asesinado. Dejó caer el cuerpo sangriento. Cambió de página la novela. Estaba vacía.
Excelentes finales, denotan una gran creatividad. Me gustó el último, cuando cambió la página y estaba vacía.
ResponderEliminarbuenardoooooooooooooooo
ResponderEliminarDOUUUUUUUUUUU GRACIAS POR LOS FINALES PAPA
ResponderEliminarMuy buenos finales, pero estaría necesitando uno que sea de desenlace para el cuento "Continuidad de los parques" que siga siendo del tipo fantástico ¿Podrías ayudarme
ResponderEliminarGRACIAS POR LOS FINALES NOS HICIERON LA TAREA A LEANDRO Y A MI
ResponderEliminarEn las evaluaciones,ni te va a,servir ja
Eliminargracias jejej me re sirvio son unos capos deeeea vamas morena
ResponderEliminarinsta
ResponderEliminaraguante el porro dice leandro
ResponderEliminarJsjsjsjs re atrevido el Leandro
EliminarJAJAJAJA un distinto el leandro
EliminarUn mamerto
Eliminareaaaa me re sirvio
ResponderEliminargracias mi reeeey
ResponderEliminarMe lleve 7 materias de 10 todo lo que está bien:)
ResponderEliminarEste final es inventado? X que necesito hacer un nuevo final
ResponderEliminarMuchas Gracias me sirvió mucho
ResponderEliminarGracias sucio
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